¿Cuál es la imagen de “Calidad Educativa” que tiene la escuela orientada hacia el crecimiento económico? ¿Es compatible con la búsqueda de una convivencia social democrática?
Según el modelo de desarrollo dominante en el mundo, la meta
de toda nación debería ser el crecimiento económico, sin importar otros
aspectos, como: la distribución de la riqueza, la igualdad social, las
condiciones necesarias para la estabilidad democrática, la calidad de las relaciones
de género y raza, u otros aspectos de la calidad de vida no vinculados con el
crecimiento económico.
Contrario a lo que argumentan los defensores de dicho modelo
dominante, los avances en sectores como la educación y la salud guardan muy
poca correlación con el crecimiento económico. Igual sucede con la libertad
política, que no necesariamente está garantizada por los indicadores de
crecimiento de la
economía. Así lo indica Nussbaum, cuando sostiene que, «producir crecimiento económico no equivale a
producir democracia, ni a generar una población sana, comprometida y formada
que disponga de oportunidades para una buena calidad de vida en todas las
clases sociales». Para Nussbaum, el crecimiento económico goza de gran
aceptación en los últimos tiempos, pues « la tendencia apunta a confiar cada
vez más en el “viejo paradigma”, en lugar de buscar una descripción más
compleja de lo que debería tratar de lograr cada sociedad para sus integrantes.
Educación para el
crecimiento económico
A este modelo de desarrollo con miras al crecimiento y la
rentabilidad, corresponde un modelo de educación para el crecimiento económico,
centrado en los procesos de alfabetización y en las competencias en matemática,
informática y tecnología. Los valores que sustentan este modelo son: la
estandarización, el impacto (económico), la rentabilidad, la competitividad, la
eficacia, la indiferencia ante la igualdad de acceso a la educación, el
desprecio y el temor hacia las humanidades y las artes.
La educación para el crecimiento económico promueve una
cierta familiaridad con la historia y los datos económicos, pero sólo por parte
de quienes accederán a niveles más avanzados de la educación —una élite—. Sin
embargo, para Nussbaum, se trata de una aproximación que no estimula, ningún
tipo de pensamiento crítico serio sobre cuestiones de clase, de raza y de
género, sobre los supuestos beneficios de las inversiones extranjeras para los
sectores pobres de la población rural ni sobre la supervivencia de la
democracia cuando existe una profunda desigualdad de oportunidades básicas.
El pensamiento crítico no constituye un componente
importante de la educación para el crecimiento económico. Por el contrario, es
desalentado, pues representa un peligro para los objetivos de tener trabajadores
obedientes con capacidad técnica que lleven a la práctica los planes de las
élites orientados a las inversiones extranjeras y al desarrollo tecnológico.
La historia enseñada por la educación para el crecimiento
económico concede importancia a las ambiciones nacionales (específicamente la
de la riqueza), en detrimento de cuestiones relacionadas con la pobreza y las
responsabilidades globales. Una historia que ponga en evidencia las injusticias
sociales de clase, casta, género, etnia o religión, generaría un pensamiento
crítico sobre el presente, algo que no conviene a los intereses del modelo de
desarrollo dominante. La educación para el crecimiento económico presenta la
pobreza y las privaciones sin precisión de lugar. La búsqueda irrestricta del
crecimiento no conlleva a «una reflexión
sensible sobre las desigualdades sociales o distributivas (…) [pues] cuando la
pobreza adquiere un rostro humano, surgen dudas y vacilaciones sobre la
búsqueda del crecimiento» (Nussbaum).
Como puede verse, las metas del modelo de educación para el
crecimiento y del modelo de desarrollo que lo sustenta, lesionan los principios
y metas de la democracia y constituyen la antítesis de un modelo de educación
orientado al fortalecimiento de la ciudadanía.
Extraído de:
Educación significa “educación para la ciudadanía
democrática”1
Giovanna Carvajal Barrios
Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la
Universidad del Valle. Comunicadora Social y Licenciada en Música, Magíster en
Comunicación y Diseño Cultural. Actualmente realiza el doctorado en Ciencias de
la Educación de Rudecolombia-Universidad Tecnológica de Pereira.
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