El estudio “Las llaves de la educación”, dirigido por Axel Rivas, investigó 12 sistemas educativos provinciales o subnacionales de América Latina que lograron una mejora sistémica de la educación entre 2004 y 2019. En Argentina, los casos analizados fueron Córdoba y Río Negro.
¿Qué han hecho los sistemas educativos provinciales y
subnacionales en América Latina para sostener mejoras educativas en el tiempo?
Esa es la pregunta disparadora del proyecto de investigación Las
llaves de la educación, liderado por Axel Rivas y Martín Scasso, que
realizó un estudio comparado en seis países sobre doce casos de mejora
sistémica de la educación a nivel subnacional en el período 2004-2019.
Se analizaron 486 sistemas educativos subnacionales de
Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú, de los cuales se
seleccionaron dos casos destacados en cada país para estudiarlos en
profundidad. En Argentina, los casos estudiados fueron Córdoba y Río
Negro.
La iniciativa fue coordinada por el Centro de Investigación Aplicada en
Educación de la Universidad de San Andrés, apoyada por el Instituto Natura para
América Latina, y contó con la participación de distintas instituciones socias
en cada país estudiado, entre ellas la Universidad de Chile, Universidad de Los
Andes (Colombia), El Colegio de México y GRADE (Perú).
Estas son las diez llaves que el estudio recoge como
“lecciones” aprendidas a partir del estudio de los sistemas educativos que
mejoraron de manera sostenida sus resultados educativos.
1. Otorgar una verdadera prioridad política a la educación
Los autores remarcan la necesidad de proteger la educación de la
perspectiva de corto plazo. “La educación es un servicio público complejo y
altamente invisible, pese a que nuestros hijos e hijas van a las escuelas todos
los días. La educación no genera un rédito político inmediato ni son palpables las
políticas profundas que generan los verdaderos cambios. Por eso resulta
tentador administrar su superficie, sus conflictos y sus relatos. La decisión
política de evitar esta tentación es un primer paso clave para cementar el
camino de la mejora”, plantea el documento. Y señala que los gobernantes deben
ver “el horizonte que está más allá de su gestión para apostar realmente por la
construcción de la plataforma de gobierno de la educación”.
2. Escuchar las voces de alumnos/as y docentes
El informe enfatiza la necesidad de entender el sistema en lugar de
enfrentarse a él. Y agrega: “Sin reconocer las vidas de los docentes, sus
historias, sus esfuerzos, sus limitaciones o la visión que tienen de su
trabajo, la política educativa no puede crear los enlaces de significado que
permiten la continuidad por parte de sus intérpretes en las aulas y escuelas”.
Y agrega: “Cuando los/as líderes no conozcan tanto del sistema, deberían
duplicar sus esfuerzos para recorrer este camino; por ejemplo, visitando
escuelas o conversando con los actores. Esto no significa que la identidad de
los/as líderes deba asimilarse al sistema, sino encontrar un lenguaje común,
una base de comunicación que no entorpezca las políticas con detalles
semánticos o confusiones comunicacionales”.
3. Definir objetivos claros e impulsar una búsqueda de mejora
En este punto el documento subraya la necesidad de tener un rumbo claro:
“Los esfuerzos de los numerosos actores de la educación deben tener ciertos
ejes comunes, un sentido compartido de la dirección en la cual moverse. También
es clave lograr amplias dosis de autonomía, de flexibilidad y de criterio
individual e institucional formando capacidades en los actores del sistema”.
Los autores afirman que la construcción de un proyecto educativo con ciertos
objetivos claros compartidos resulta vital. Y plantean que esas definiciones
“deben poder ser medidas para saber si se camina en la dirección correcta. La
medición del cumplimiento de los derechos indica su relevancia”.
4. Priorizar la legitimidad frente a las tentaciones de los atajos
Aquí los autores enfatizan la necesidad de ampliar la solidez y seriedad
de las políticas: “Las políticas «aceleradas» que no pasan por las pruebas de
la legitimidad son las primeras en ser revertidas cuando hay un cambio de
gobierno. Se convierten en banderas políticas. Generan fuerza unilateral, no
apoyos multifocales. Esto lo comprobamos constantemente en América Latina y es
una de las grandes hipótesis que explican tan pocos casos de mejora sistémica
sostenible”.
5. Potenciar un liderazgo reflexivo, decidido y autocrítico
“Los liderazgos que encontramos en los casos de mejora tienen un rasgo
en común: se dedican exclusivamente a la agenda educativa. A diferencia de
muchos ministros/as o secretarios/as de Educación que están en demasiadas cosas
o en el día a día de los pasillos de la política, los casos estudiados nos
indican que la tarea educativa debe convertirse en una misión a tiempo
completo”, describe el informe. Y agrega otro rasgo: “Asumen esta tarea con una
perspectiva a largo plazo. Están allí para llegar hasta el final del camino, no
es un lugar de paso”.
6. Seleccionar a los mejores para los cargos estatales claves
“En los casos estudiados la preocupación por desarrollar
profesionalmente a los equipos de gobierno de las burocracias ha sido un punto
estelar”, indica el estudio, y subraya la necesidad de contar con equipos muy
bien formados, seleccionados de manera criteriosa y motivados para realizar la
tarea. “La arquitectura de las burocracias depende en gran medida de dos
factores críticos: seleccionar muy bien a los/las líderes en los puestos claves
(en toda la estructura de cargos intermedios) y crear condiciones dignas de
trabajo, tanto en lo simbólico como en lo material”, sostienen los autores, y
mencionan tres palabras clave: propósito, seguimiento y reflexión.
7. Analizar y evaluar el sistema con rigurosidad científica
“Esto supone combinar distintos planos analíticos: la recolección
sistemática de información y la producción de informes para las escuelas y los
distritos locales; la investigación sobre dimensiones decisivas de la
educación; y la evaluación de las políticas y de los resultados del sistema (o
el uso de las evaluaciones nacionales ya existentes)”, señala el documento. Los
autores enfatizan la necesidad de reconocer el caudal de saberes acumulados al
definir las agendas de política en cada sistema subnacional; así como la
importancia de tener una perspectiva comparada, de realizar análisis basados en
datos y de usar la investigación científica para orientar las decisiones.
8. Articular el proyecto educativo con otros actores políticos
“En los casos analizados cobró especial relevancia el vínculo con el
Estado nacional. En casi todos este eje fue bien trabajado, más allá de la
concordancia o no de los colores políticos de ambos gobiernos (el nacional y el
subnacional)”, comenta el informe. Además menciona la relación con los
sindicatos docentes como un factor importante: “La relación abierta, dialógica
y de cooperación es un eje decisivo en la visión de ecosistema que implica la
plataforma de gobierno de la educación”.
9. Institucionalizar las políticas educativas
“Para construir la duración del proyecto, la formación de sistemas de
valor simbólico profundo que movilicen sujetos a gran escala en los territorios
reales, es necesario comprender la subjetividad de la comunidad educativa en
sus diversas expresiones. Este saber adicional esta lectura de los metarrelatos
para integrarlos en una narrativa común «ecuménica», es un componente que no
debe faltar”, escriben los autores. Agregan además que la capacidad de
liderazgo no solo requiere voluntades individuales, sino también construir
instituciones estatales que den sentido, coherencia y claridad al gobierno de
la educación. Y mencionan tres “instituciones invisibles” fundamentales: la
autoridad, la confianza y la legitimidad.
10. Convertir los canales de política educativa en dispositivos
“Los canales de la política educativa se convierten en dispositivos
cuando producen un efecto de encauzamiento de las acciones del sistema
educativo, regulan prácticas y generan cierto control de los resultados. Los
dispositivos tienen la capacidad de regular grandes contingentes de actores,
prácticas e instituciones. Actuar como dispositivos implica utilizar una serie
de mecanismos para aprovechar los canales y convertirlos en sistemas de
regulación que buscan lograr ciertos resultados concretos”, explican los
autores. Se trata, en otras palabras, de lograr que lo que circula en el
sistema tenga coherencia, alineación, sentido e impacto.
“El camino largo, lento y trabajoso, pero decidido y buscando un
proyecto claro y medible de la construcción de capacidades estatales es
la única vía que tenemos para lograr una mejora sistémica de la educación en
América Latina –plantean los autores en la conclusión del documento–. Esta
plataforma es una condición necesaria para abrir la gran compuerta de los
sistemas educativos. Sin una plataforma de gobierno de la educación no es
posible desplegar una mejora educativa escalable, sostenida y sistémica“.
CONSULTÁ el documento “Las llaves de la educación”
Por Alfredo Dillon
Fuente
https://agendaeducativa.org/10-llaves-para-la-mejora-de-los-sistemas-educativos/
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