En el ámbito educativo se respira una calma chicha…pese a la pandemia, todo marcha viento en popa, se aproxima la primera evaluación trimestral de este extraño y atípico ciclo escolar, pero todo continúa conforme a lo planeado.
El sistema aprieta, y fuerte; en unos cuantos días, un magisterio
sobreexplotado e hiperprecarizado, deberá demostrar que se ha ganado su
salario, así sea a costa de confrontarse con los padres de sus alumnos o
incluso con sus propios compañeros.
Las diversas figuras de autoridad, como parte de la larga cadena de
mando que recae en las escuelas, están ocupadas en recordarle a maestras y
maestros que no hay plazo que no se cumpla; llegó la hora de rendir cuentas
sobre el cumplimiento de sus responsabilidades. Deben alimentar plataformas con
datos, evidencias y estadísticas que den cuenta de que están cumpliendo con la
cobertura, a la vez que con los aprendizajes esperados.
Mientras tanto, el secretario de educación no desaprovecha la
oportunidad para presumir los logros de su gestión; asiste a reuniones con
empresarios para informarles que los aprendizajes no se han detenido, que la
modalidad híbrida continuará incluso si el semáforo pandémico cambia a verde y
se decide abrir las escuelas.
En una de esas reuniones, Moctezuma Barragán hizo declaraciones
sugerentes que pasaron casi desapercibidas: “Es posible que en el futuro
inmediato México tenga una educación que combine la educación vía remota con la
presencial, la cual será el fundamento de la educación 4.0” (Regreso a clases puede seguir modelo de educación mixta).
Los asistentes a esa reunión saben, y muy bien, a qué se refiere el
señor secretario, después de todo, hablan el mismo lenguaje.
En esa reunión, organizada por la Cámara Nacional de la Industria de
Transformación (CANACINTRA), organismo que representa al sector
industrial mexicano, anunció también que, una vez superada la pandemia, existirá
un modelo educativo multiplataforma combinado con las clases presenciales,
orientado a propiciar las habilidades tecnológicas, comunicacionales y el
aprendizaje digital. “Estamos viviendo un período de cambio educativo
que no esperábamos se diera de manera tan intensa y veloz”, y en el que,
por cierto, permítasenos recordarlo, las televisoras y las grandes
corporaciones como Google, están obteniendo ganancias.
Mientras tanto, el resto de la población, los simples mortales, los
nadies, estamos lidiando con el manejo de la tecnología. Innegablemente, su uso
adquirió centralidad e invadió todas las esferas de nuestra existencia. Así que
para no quedar reducidos a meros conejillos de indias de un proyecto educativo
pensado por otros para nosotros. Más vale entonces saber qué es eso de la
educación 4.0.
La 4RI demanda una educación 4.0
El término Cuarta Revolución Industrial fue acuñado por el fundador del
Foro Económico Mundial, el alemán Schwuab, para referirse a los cambios que ha
traído consigo la producción y creación de fábricas inteligentes, en las que
predomina la automatización, se desdibujan las fronteras entre tecnología y ser
humano, y se reconfigura nuestra concepción de la realidad y de la relación
espacio-tiempo.
Frente a estos cambios, el sector industrial demanda la convergencia
entre el trabajo y la educación, es decir, una educación 4.0. Esta educación se
asocia a diversas teorías y métodos de aprendizaje vinculados al empleo, el
emprendimiento y la información. Recurre a un enfoque educativo ecléctico que
busca fomentar el uso de las tecnologías para optimizar el aprendizaje y
proporcionar soluciones innovadoras a problemas reales, mediante la formación
de determinadas habilidades.
La educación 4.0 se interesa en un aprendizaje adaptativo,
autorregulado, activo, autodirigido y ubicuo, esto es, por el aprender a
aprender, la madre de todas las habilidades habidas y por haber. El enfoque de
competencias es el que mejor se adapta a este propósito, al igual que
estrategias tales como la gamificación, el aula invertida y la capacitación
profesional adaptada al incesante avance tecnológico en sectores estratégicos
para el desarrollo económico, social y educativo.
En síntesis, la industria 4.0 y la educación 4.0 van junto con pegado;
ésta última responde a las demandas de la emergente revolución industrial
respecto a la formación de capital humano calificado para la toma de decisiones
y el uso de tecnología disruptiva, llamada así porque destruye o vuelve
obsoletas sistemas y tecnologías anteriores y está cambiando la forma en que
trabajamos, vivimos, pensamos y nos comportamos.
En la era digital, muchos puestos de trabajo se están transformando,
otros desaparecerán, existe un alto grado de permeabilidad entre profesiones,
lo que demanda una colaboración entre diferentes profesiones. La formación
continua es indispensable, dependiendo de las demandas de un mercado de trabajo
cambiante, caracterizado por la volatilidad, incertidumbre, complejidad y
ambigüedad.
Los títulos, nos dicen con insistencia las élites y gobiernos, ya no
garantizan el empleo, se prioriza el dominio de las competencias y su
certificación. Junto con esto, la Educación 4.0 propone esquemas de
organización de trabajo y de la empresa a través de la digitalización y el uso
de plataformas conectadas, para dar servicio personalizado al cliente, acortar
el ciclo de la elaboración de los productos, añadir servicios y aprovechar la
información que se genera.
Educación 4.0 y Aprende en Casa II
A todo esto, ¿qué tiene que ver la educación 4.0 con la continuidad
neoliberal de la reforma educativa de la 4T, la educación a distancia y el
Aprende en casa II? Bueno, pues tiene que ver, y mucho; señalaremos brevemente
solo algunas cuestiones que ameritan examinarse con mayor detalle.
§ La industria 4.0 ya está aplicando la
educación 4.0 en las empresas. Pero también demanda de las instituciones
educativas, el desarrollo de las habilidades necesarias para trabajos que aún
no existen, haciendo suyas las proyecciones de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): de diez nuevos empleos, ocho
serán para quienes generen conocimiento, piensen nuevas soluciones, analicen
información, cuenten con habilidades técnicas, formación práctica, capacidades
directivas y espíritu emprendedor.
§ Los vasos comunicantes entre la
industria 4.0 y la educación 4.0 en el sistema educativo nacional son
múltiples. No se nos olvide que todos los niveles que componen la educación
obligatoria -preescolar, primaria, secundaria y media superior-, adoptaron desde
hace tiempo un enfoque de competencias, el mismo que promueve la educación 4.0.
§ Tampoco olvidemos que el Modelo
Educativo aprobado hacia el final del sexenio de Peña Nieto, como parte de la
reforma del Pacto por México, sigue vigente. En él se insiste en el aprender a
aprender como premisa básica; los aprendizajes clave son similares a las
habilidades demandadas por la industria 4.0.
§ Cuando EMB insiste ante empresarios
del sector industrial, que la prioridad de la educación a distancia es el logro
de los aprendizajes esperados, y anuncia que al regresar a clases, las escuelas tendrán educación 4.0 y un sistema mixto,
el mensaje es muy claro: la irrupción y adopción acelerada de las nuevas
tecnologías en la educación obligatoria y superior, llegó para quedarse. La
pandemia redujo el plazo, acortó la distancia, fue y sigue siendo aprovechada
para acelerar su incorporación.
¿Cuál es el problema?, ¿qué hay de malo en el aprender a aprender y en
reforzar la educación en Tecnologías de la Información,Comunicación,
Conocimiento y Aprendizaje Digital (TICCAD)?
Nosotrxs vemos los siguientes efectos indeseables:
§ El más obvio es poner la educación
pública al servicio de la economía y las necesidades del mercado, lo cual no es
ninguna novedad. La pugna por el territorio educativo siempre ha existido, las
luchas de colectivos magisteriales y de numerosas maestras, han impedido que este
propósito se traduzca en una conquista absoluta; en este momento, van ganando
la partida los señores del dinero y el poder, de la mano del titular de la SEP,
quien como parte del gobierno de la 4T, está sirviendo la educación pública en
charola de plata a esa industria 4.0.
§ Otro problema que hemos señalado en
diferentes artículos, es la sobreexplotación y precarización del trabajo
docente, mismas que se profundizan en la medida en que maestras y maestros son
seducidos por la tecnología o bien, se ven obligados por el sistema a cursar
diplomados, webinars, talleres virtuales y cuanta capacitación ofrezcan
empresas y corporaciones. Junto con esto, se van imponiendo esquemas de
organización del trabajo docente a través de la digitalización y el uso de plataformas,
que le facilita al sistema educativo un mayor control sobre el trabajo de cada
maestro -recordemos las tareas individuales que cada uno debió realizar en la
pasada reunión de Consejo Técnico-, así como demandar el cumplimiento de un
servicio personalizado para las y los alumnos, al tiempo que se aprovecha la
información que generan.
§ Por otra parte, es imposible obviar
las desigualdades preexistentes, agravadas por la pandemia. Un número
desconocido de niñas, niños y jóvenes han abandonado sus estudios porque
tuvieron que ponerse a trabajar, o porque se vieron obligados a cambiar de
residencia o a ayudar a la familia en el cuidado de la casa y los enfermos. Se
desconoce cuántos de ellos retornarán y cuántos se convertirán en desertores
permanentes del sistema educativo (Deserción escolar: el tsunami de la pandemia en México)
§ A este complejo panorama hay que
sumar la exclusión tecnológica de las niñas, niños y familias. Como se ha
repetido hasta el cansancio, no todos tienen el mismo acceso a las TICCAD, no
cuentan con los recursos ni con las condiciones materiales necesarias para el
estudio a través de plataformas, tampoco con el acompañamiento de algún adulto
durante las horas de clase, debido a que las madres y/o padres de familia,
trabajan todo el día. Cuando a éstos últimos les es posible estar presentes, se
enfrentan a sus propios límites para enseñar determinados contenidos u orientar
a sus hijxs en el manejo de plataformas y recursos tecnológicos diversos.
El piso nunca ha estado parejo, ahora con la pandemia, menos. Las
desigualdades crecen y se diversifican, adoptando nuevas formas. La educación
4.0 no es para todos, el acceso a internet es un lujo que no todos pueden
pagar, ni se diga una conexión eficiente y rápida. La brecha entre quienes
cuentan con los medios y los que no, entre quienes tienen las condiciones para
estudiar a distancia utilizando distintos medios y los que no, a la larga nos
pasará la factura.
Por: Lucía Rivera
Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza, Roberto González Villarreal
Fuente
https://insurgenciamagisterial.com/hacia-la-educacion-4-0-los-de-adelante-corren-mucho-y-los-de-atras-se-quedaran/
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