El término “Calidad
Educativa” apareció de la mano de la corriente neoliberal, y su uso se
generalizó, pero no así su significado, por lo que es necesario hacer hincapié
en el mismo ¿Cómo pensarla en la Educación Preescolar ? ¿Qué valor tiene la participación? Los siguientes párrafos se abocan al tema.
Una pregunta sobre la cual hemos reflexionado es ¿Qué
entendemos por calidad de la educación preescolar? Conociendo que la palabra
calidad en su origen se utilizó, primeramente en Japón y posteriormente en el
resto de los países industrializados, para calificar comercial y mercantilmente
las características de los bienes y los servicios producidos, desde la
post-guerra, capaces de satisfacer al cliente implicando alentar su consumo
como regla de oro para alimentar y sostener el sistema capitalista.
La aplicación la palabra calidad a la educación, no
convence, pues no deja de asociarse su connotación mercantilista del servicio
educativo como producto de mercado que se ofrece a los consumidores infantes y a
sus padres. Sin que por el momento contemos con un término alterno que
sustituya a la palabra calidad, aclaramos que la utilizamos con un sentido
distinto. Por ejemplo, creemos que si observáramos a más de dos centros
preescolares realizar su quehacer educativo, posiblemente identifiquemos que lo
que los caracteriza como semejantes es que realizan esencialmente la misma
tarea. Sin embargo, lo que las distingue es la forma o estilo propio que cada
uno imprime de manera cualitativamente distinta en lo que ambas realizan.
Así, la calidad de la educación se refiere a la calificación
del cómo se educa, pero ese cómo en el contexto educativo preescolar implica
que los adultos, en su función educadora asumen la responsabilidad por los
niños y niñas para propiciar la integración armónica de su crecimiento,
aprendizaje, desarrollo y bienestar, no obstante su condición diferente. De
manera que la calidad de la educación preescolar se refiere a la forma en cómo
los distintos actores realizan el quehacer educativo resultante de una
intervención social que contribuye conciente e intencionadamente al proceso y
resultado de la formación de preescolares competentes y felices. Esta
concepción de calidad de la educación tiene también, como lo veremos más
adelante, sus implicaciones en la evaluación del proceso y resultado educativo.
Dentro de esta misma pregunta reconocemos que ese proceso
educativo es muy complejo y por tanto, el ‘cómo’, referido a la calidad de la
educación preescolar involucra muchas dimensiones del mismo fenómeno. Por
ejemplo:
¿Cómo son las competencias de niñas y niños?, ¿Cómo es la práctica e intervención docente?,
¿Cómo es la participación de los padres o los cuidadores principales?
¿Cómo es la participación de la comunidad?,
¿Cómo es la participación de las autoridades educativas?,
¿Cómo es la participación de las autoridades escolares como la Directora, Supervisora de zona y Jefa de Sector?,
¿Cómo es
¿Cómo se aplica el currículum?
Lo que también nos plantea problemas concretos en cómo es la
evaluación, pues se tendrían que considerar todas esas dimensiones si es que se
quiere tener una foto en tercera dimensión más o menos fiel del fenómeno
escolar.
Autores: Clotilde Juárez-Hernández; Pastor Hernández, Olga
Porras, María de los Ángeles Contreras, Elena Negrete, Carmen Hernández, Diana
Arellano, Clara Frías, Elizabeth Mora y Mayte de Lassé
Profesores de Este trabajo es un producto derivado del Seminario sobre la Calidad de
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