No son pocas las voces que se han escuchado promover la educación híbrida en el escenario de la pandemia mundial, pero gracias al shock producido por el covid-19 en las poblaciones, la estrategia de la hibridez educativa parece instalarse como permanente.
Lo
que llamábamos educación a distancia, como una cuestión excepcional o privativa
del mundo de la educación superior; ahora se naturaliza, porque la “normalidad”
estalló en crisis, pero no como “educación a distancia”, sino como híbrida.
Sin
embargo, lo que parece semejante, educación a distancia y educación híbrida, no
lo es. En el primer caso no está en cuestión el modelo educativo, sobre todo si
hablamos de universidades públicas; en el segundo, sí se cuestiona el modelo
educativo, es más, se lo somete a otra crisis.
La
educación híbrida, con carácter universal y no excepcional (sólo para la
emergencia), encubre el papel, no neutral, de la tecnología en un “nuevo”
modelo educativo en el que “lo tecnológico” adquiere mayor relevancia que los
propios actores del hecho educativo, incluso sustituyendo la acción pedagógica
por tecnologías del aprendizaje.
De
la “normalidad” a la “nueva normalidad”
Es
cierto que lo excepcional de la pandemia ha dejado aun más al descubierto
las venas abiertas de América Latina, con el aumento desmedido de la
pobreza y desproporcionalmente, el aumento desmedido de la riqueza.
Por
cierto, el último informe de UNICEF para Argentina indica los nuevos números de
la pobreza infantil y juvenil y el crecimiento anualizado.
“Las
nuevas estimaciones del organismo alertan que, entre diciembre de 2019 y
diciembre de 2020, la cantidad chicas y chicos pobres pasaría de 7 a 8,3
millones (…) en diciembre de este año, el porcentaje de niños y
niñas pobres alcanzaría el 62,9%…”
En ese marco, otro dato importante revelado
por el propio Ministerio de Educación de la Nación, nos muestra que la realidad
dista mucho de los discursos sobre la posibilidad concreta de la educación
híbrida, puesto que fragmentaría aún mas lo que ya está estallado.
“El
53% (de los alumnes) no cuenta con una computadora liberada para uso educativo.
El piso tecnológico de los hogares que asisten a escuelas del sector privado
duplica al de los que asisten al sector estatal”
Esa
es la fotografía de la “normalidad”, heredada, corregida y aumentada por la
“nueva normalidad”. Lo que queda demostrado es que desde hace muchísimos años
las políticas públicas sólo debilitaron el tejido social y las áreas
estratégicas como salud, vivienda y educación, transformados en grandes
mercados especulativos.
Una
personalidad, integrante del propio sistema, como Philip Alston, que fuera
relator de la ONU entre 2014 y 2020 en un interesante artículo, sentenció lo
siguiente:
“El
coronavirus no ha hecho más que destapar una pandemia de pobreza que venía de
antes. La COVID-19 llegó a un mundo en el que crecían la pobreza, la
desigualdad extrema y el desprecio por la vida humana. Un mundo en el que las
leyes y las políticas económicas se conciben para crear y mantener la riqueza
de los poderosos, no para acabar con la pobreza. Esta es la elección política
que se ha hecho…”
Y justamente hablando de concentración de la
riqueza, vemos que los “ricos tecnológicos”, en algunos casos disfrazados de
“filántropos”, son los 7 multibillonarios que se encuentran en los primeros 15
puestos de la revista Forbes (julio 2020) y que entre los 7
tienen una fortuna personal que sumada da 476 mil millones de dólares, frente a
la mitad de la población mundial que vive con 5,50 dólares al día y
aproximadamente un tercio de ellos sólo con 1,9 dólares.
Estos
son solo datos objetivos que muestran que muy lejos están de hacer
“filantropismo” a pesar de las máscaras son los mismos que en el Foro Económico
Mundial de este año, hacen subir sus acciones promocionando como única
posibilidad de educación, la tecnología.
“El
COVID-19 ha provocado el cierre de escuelas en todo el mundo. A nivel
mundial, más de 1.200 millones de niños están fuera del aula.
Como
resultado, la educación ha cambiado drásticamente, con el aumento distintivo
del aprendizaje electrónico, mediante el cual la enseñanza se lleva a cabo de
forma remota y en plataformas digitales.
La
investigación sugiere que se ha demostrado que el aprendizaje en línea aumenta
la retención de información y toma menos tiempo, lo que significa que los
cambios que ha causado el coronavirus podrían estar aquí para quedarse”
Por
supuesto que estás afirmaciones son totalmente incentivadas por los propios
organismos internacionales desde hace muchos años, entre otros, la OCDE y la
UNESCO; es decir, las oficinas globales que redireccionan nuestras políticas
coloniales, ahora con el nombre de “nueva normalidad”, en la que los
“protocolos” son las nuevas “leyes de indias”.
De
la pedagogía colonial del siglo XXI y el vaciamiento de contenidos críticos
Andreas
Schleicher, Director de Educación y Habilidades de la OCDE y asesor de la
editora Pearson PLC, la que realiza el gran negocio de las pruebas Pisa, dijo:
“Los
sistemas escolares necesitan encontrar formas más efectivas de
integración, la tecnología en la enseñanza y el aprendizaje para
proporcionar a los educadores entornos de aprendizaje que apoyen las pedagogías
del siglo XXI y proporcionen a los niños las habilidades del siglo XXI que
necesitan para triunfar en el mundo del mañana. (…) La tecnología
es la única forma de ampliar drásticamente el acceso al conocimiento. Para
cumplir las promesas que ofrece la tecnología, los países deben invertir de
manera más eficaz y asegurarse de que los docentes estén a la vanguardia del
diseño y la implementación de este cambio”
De
donde surgen las habilidades del siglo XXI, que no es más que lo que dieron en
llamar, la educación por competencias, una educación basada en cálculos,
resolución de problemas, compresión lectora, conocimientos básicos de ciencia,
colaboración y, ahora con la “nueva normalidad”, todo eso depende de las
habilidades para las tecnologías del aprendizaje,
En
síntesis, estos son los caballitos de batalla para imponer un modelo
escolarizado, carente de contenidos y tendiente a la estandarización del mundo
escolarizado.
Obvio
que Schleicher, cuando dice que las habilidades del siglo XXI son las “que
necesitan para triunfar en el mundo del mañana”, no hace más que un eslogan
publicitario, puesto que 3.400 millones de personas, casi la mitad de la
población mundial, vive con 5.50 por día y 736 millones con menos de 1.9 dólares.
Así
que más de la mitad de la población mundial no ha podido “triunfar”, producto
de las políticas que esos mismos organismos estimulan.
Aquí
es importante mostrar la influencia de la pedagogía de la obediencia, puesto
que México, justamente, es miembro de la OCDE, junto con Chile que tiene el
sistema más privatizado de Latinoamérica.
Un
interesante artículo aparecido en el diario La Jornada en junio del corriente
da cuenta de las “recomendaciones” de la OCDE.
“Como
en muchas otras partes del mundo, la pandemia ha sido un escenario perfecto
para la expansión operativa de grandes corporaciones dedicadas a la tecnología
educativa, como Microsoft, Google y Discovery Education. En pocos meses, dichas
firmas han logrado mejorar sustancialmente su situación presente al tiempo de
construir condiciones más favorables hacia el futuro. Por un lado, han sumado
millones de usuarios nuevos a sus plataformas, como efecto del seguimiento de
trabajo y clases a distancia y, por otro, han podido expandir su influencia en
sistemas educativos públicos de todo el mundo, con lo cual buscan garantizar el
desarrollo de una posterior fuerza de trabajo joven, quienes llenará(n) la
cartera de candidatos potenciales para unirse a nuestras empresas un día, según
el liderazgo de Discovery Education. La irrupción de dichas empresas en el
campo educativo ha provocado que la educación a distancia, mediada por
el software provisto por ellas, se convierta en un elemento esencial
de los sistemas educativos en el mundo, lo cual se está cocinando ya en México”
Así
las cosas, ya se “cocinó”, tres meses más tarde de este artículo que ya
adelantaba lo que iba a suceder… ¡sucedió!
El
titular de la Secretaría de Educación Pública de México, Esteban Moctezuma
Barragán en la Reunión Anual de Industriales adelantó la hibridez educativa.
“Cuando
los estudiantes regresen a clases tras haber superado la pandemia del Covid-19,
existirá un modelo multiplataforma, el cual estimulará las competencias de la
educación 4.0 con las clases presenciales…
Estamos
en un periodo de cambio educativo que no esperábamos se diera de manera tan
intensa y veloz, dijo al recordar que la migración las plataformas digitales,
las video conferencias y otras formas de educación a distancia se dieron con
altibajos”
En
esa misma línea, Audry Azoulay, Directora General de la UNESCO, también afirma
que:
“La
educación en nuestro planeta se ha convertido en algo virtual (…) la magnitud
de este desafío exige innovación, cooperación y solidaridad (…) aprendamos de
la crisis para el futuro de la educación…”
Lo
que dice la directora de la UNESCO es en el marco del video de la presentación
de la Coalición Mundial para la educación COVID-19, compuesta por miembros de
la ONU; Organizaciones de la Sociedad Civil (ong y fundaciones corporativas);
Empresas de Comunicación y de Tecnologías de la Información.
Negocio
redondo por una parte, e imposición de un modelo educativo global que imprime
el imperativo de las tecnologías del aprendizaje para el desarrollo, en
nuestros niñes y adolescentes, de las “habilidades del siglo XXI”.
¿Y
en Argentina qué?
En
Argentina, también, porque la “nueva normalidad” ya lo ha impuesto, pero una
cuestión es la emergencia en la que por supuesto no hay que exponer a les
estudiantes, ni a les docentes, pues no se trata de desafiar al virus, como
intentan algunos gobernadores de algunas provincias que han tenido que recular,
o como pretende la Ciudad de Buenos Aires con sus “deseos” contrahechos de la
realidad.
Ni
la hibridez del gobierno nacional, a través de su ministro de educación, que
cada vez queda más expuesto con un ministerio que en definitiva no tiene más
sentido que el de continuar las políticas que se deciden en los organismos
internacionales, como lo demuestra su participación en la Reunión
extraordinaria de jefes de Estado y de gobierno convocada, otra vez,
por la UNESCO, para seguir bajo el manto de la política colonial del siglo XXI
y poder recibir ayuda económica.
Como
vimos durante el recorrido del artículo, las políticas de hibridez educativa,
no son neutrales, existen múltiples intereses en la educación híbrida, pero tal
vez la estrategia mas radical sea la de ir desplazando al docente en el mediano
plazo, “readecuando” el estatuto que regula su actividad (puesto que también es
una de las recomendaciones OCDE 2017 para Argentina), es decir, flexibilizando
derechos, a la vez que se imponen nuevas obligaciones.
Vimos
que en México el anuncio de la educación híbrida se realizó en una reunión de
industriales, no con les docentes.
Lo
más categórico de estas “nuevas normalidades” de la educación, es que se
deciden sin la presencia de los docentes y por lo tanto, prescindiendo de su
consulta.
Algo
parecido a lo que sucedía con la lectura del “Requerimiento de Obediencia”,
cuando Colón desembarcó de este lado del océano; se leía en el monte,
en plena noche y sin interprete, en presencia del notario y ningún indio.
Por:
Darío Balvidares
Fuente
http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/364214
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