La pandemia ha puesto bajo todos los focos las dificultades que enfrentaba el sistema educativo, ya fuera por el acceso a la educación de calidad e inclusiva, o para la continuidad en el sistema de miles de alumnas y alumnos que son expulsados por diferentes motivos. Este puede ser un buen momento para dejar atrás inercias de un sistema demasiado cercano al siglo XIX.
Desde el principio de la pandemia, hemos asistido a numerosos debates
sobre las consecuencias y los aprendizajes generados por la COVID-19. Sin
embargo, es ahora cuando se está manifestando con más claridad cómo las medidas
tomadas para paliar sus consecuencias están afectando a la vida de las personas
a medio plazo. En algunos ámbitos más que en otros es más fácil conocer y medir
el impacto que están teniendo las políticas impulsadas por las
administraciones. No es este el caso del sistema educativo. La falta de una
base de datos centralizada para hacer seguimiento de la cantidad y el uso de
las ayudas económicas que reciben los centros escolares y la ausencia de
protocolos homogéneos para garantizar las medidas de seguridad a la hora de
“volver al cole” son algunos de los elementos que están impidiendo una
valoración real sobre cómo están funcionando las medidas implementadas para
asegurar el derecho a la educación de calidad, inclusiva y para todas las
personas junto al derecho a la salud de la comunidad educativa.
Estas son algunas de las razones por las que se ha impulsado la
iniciativa Cole
Seguro, lanzada por Plataforma de Infancia y Political Watch con el
objetivo de proponer una herramienta de vigilancia ciudadana para conocer el
funcionamiento y la eficacia de las políticas impulsadas por
las administraciones a la hora de garantizar el derecho a la educación durante
la pandemia. Como se evidencia también en el “Comunicado de la Red de educadores y educadora para una ciudadanía
global ante la situación de la educación por la COVID”, las
instrucciones recibidas están siendo profundamente cuestionadas por la sociedad
civil y por la comunidad educativa, tal y como demuestran la ola de comunicados
y protestas que desde julio han sido convocadas por sus distintos actores.
La situación que estamos viviendo resulta todavía más preocupante si se
consideran los retos a los que se enfrentaba el sistema educativo ya antes del
principio de la pandemia. En el encuentro organizado por Espai Sociedad Oberta para
presentar y dar a conocer los primeros resultados recogidos en el marco de la
iniciativa Cole Seguro, Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia,
remarca que “somos el país con la tasa de abandono escolar temprana más alta de
la Unión Europea (que en 2019 alcanzó el 17,3% mientras que la media en la UE
es el 10,2%) y con uno de los índices de segregación escolar más amplio.
Tenemos una tasa de repetición altísima como solución al fracaso y tenemos
datos de dificultad para la educación digital muy altos: casi un millón de
niños y niñas no tienen acceso a las tecnologías necesarias (equipamiento
informático o conexión) para acceder a internet”.
Contando con que España es uno de los países más afectados por la
COVID-19, resultan aún más impactantes los datos que la sitúan en la cola
europea en cuanto a digitalización de la enseñanza y al profesorado español
como el que menos incentivos recibe para incorporar la enseñanza digital en sus
actividades didácticas (OCDE, 2020).
Estos datos resaltan la urgencia de tomar medidas adecuadas para
revertir la tendencia que relaciona la procedencia socioeconómica de un niño o
niña con la posibilidad de poder acceder y disfrutar del derecho a la
educación. Además, nos recuerdan que garantizar el derecho una educación
inclusiva y de calidad no supone sólo la digitalización de la escuela, sino
también su adaptación a los desafíos que una ciudadanía global ha de enfrentar.
En este sentido, sigue pendiente una firme apuesta por una educación que
consiga incorporar tanto en las aulas como en las políticas de los centros
escolares contenidos, metodologías y enfoques para hacer de la educación una
herramienta de transformación social dirigida a generar conocimientos y valores
útiles para enfrentarse a los retos de la realidad actual y facilitar el
impulso de un modelo social, político y económico respetuoso con todas las
personas independientemente de su origen, sexo y orientación sexual.
Israel García Bayón, profesor en el IES Murillo (Sevilla) remarca que
“todas las medidas que se anunciaron a principio del curso escolar tienen como
denominador común la falta de la inversión necesaria para cumplir con el
derecho a una educación de calidad y para todas las personas y, además
aludiendo a la autonomía de los centros, se ha delegado en sus equipos
directivos y docentes la seguridad en los mismos y el éxito de los procesos de
enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, desde el principio de la pandemia se han
activado distintas iniciativas para facilitar desde la experiencia docente y en
el marco de la Educación para una Ciudadanía Global que se siga apostando por
una enseñanza de calidad, inclusiva, equitativa y transformadora”. Con el
objetivo de reforzar y compartir estas iniciativas, la Red de educadores y
educadoras para una ciudadanía global organizará el 12 de noviembre el encuentro online “Escuela pandémica para tiempos de mudanza.
Propuestas y reivindicaciones”. Mientras, la Red sigue elaborando recursos y
materiales para trabajar con el alumnado en formato online o
presencial distintas temáticas, entre ellas los ODS, la igualdad de género, las
migraciones, el cambio climático y los derechos humanos.
Los grandes retos de la educación siguen siendo similares a los que
existían antes de la pandemia que, sin embargo, los ha evidenciado y acentuado.
Quizás en esta ocasión nos encontramos con más fuerza frente a la posibilidad
de quedarnos con los métodos e inercias de la escuela del s. XIX y de apostar
por una educación de calidad, inclusiva, transformadora, capacitada en
facilitar la construcción de personas críticas y comprometidas con la
construcción de una realidad más justa y sostenible.
Giulia Pizzuti. Responsable de educación para zona centro. Oxfam Intermon
por
Giulia
Pizzuti
Fuente
https://eldiariodelaeducacion.com/2020/10/29/el-momento-para-una-educacion-de-calidad-inclusiva-transformadora/
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