Para el neoliberalismo, el mejor sindicato es el que no existe, y por décadas han intentado contener la organización de los trabajadores. Sin un referente como la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), luchando ininterrumpidamente durante 41 años de existencia, el giro neoliberal habría devastado el sistema educativo público, tal cual sucedió en países como es el caso de Chile, donde la educación privada impera sobre la escuela gratuita.
Pero las formas de privatización educativa directa
son cada vez menos recurridas por los estados, lo mismo que la disolución
violenta, legal o administrativa de los sindicatos o los ataques frontales
contra ellos y sus liderazgos. El periodo de persecución, encarcelamientos,
asesinatos, desapariciones forzadas o represión policiaca contra los maestros
de la disidencia magisterial en México ha dejado de ser la política central de
contención del sistema.
Para conseguir el mismo objetivo; es decir, la
abrogación del sindicato y el derecho a la defensa colectiva y organizada del
trabajador, el neoliberalismo se reinventa constantemente, modernizando su
lenguaje, sus formas de control y el despojo laboral. A través de nociones como
transparencia, meritocracia o derecho humano, se impone sin necesidad de
utilizar métodos coercitivos; la introyección de la mentalidad neoliberal ha
tenido mejores resultados y menos resistencias que las medidas abiertas y
frontales.
Del mismo modo que las oligarquías multinacionales
impusieron la noción de que el libre mercado era la mano invisible que regula y
ordena toda relación social para construir el supuesto interés común; ahora lo
hacen con la idea de transparencia. El mito de que la nueva diosa del
capitalismo informático habita el olimpo de la virtualidad, translúcida, pura e
incorruptible, sirve de narrativa para instalar un sistema de control y de
sometimiento impersonal, en donde la burocracia del Estado como representación
de los intereses de las clases gobernantes está siendo sustituida por la
tramitología individual.
La transparencia puede ser visible en su morfología
de información y datos, pero es un dogma intangible que no se presenta como
hechura de la imperfección humana. La subjetividad neoliberal se oculta en el
diseño, metodología, captura y manejo de los datos y no admite reclamo
organizado colectivamente para hacer efectivo el derecho social al trabajo con
dignidad; todo el proceso de tramitología digitalizado está pensado para la
individualización o fragmentación de la organización sindical, sin otra
posibilidad de interacción que no sea la soledad de la plataforma virtual.
La virtualización de la tramitología del derecho
laboral evoca al mérito como empoderamiento personal; sin embargo, lo que se
materializa como producto de la subjetividad neoliberal es un régimen de
precariedad en el que la relación de trabajo es individual y se sujeta a las
reglas patronales, unilateralmente y sin la mediación del contrato colectivo ni
la defensa sindical de unas reglas de común acuerdo.
La actual reforma educativa de la cuarta
transformación adoptó la morfología constitucional de estas nociones renovadas
del neoliberalismo; los mecanismos de ingreso a la docencia, promoción y
reconocimiento establecidos en la Ley General del Sistema de Carrera para las
Maestras y los Maestros, así como los cambios de adscripción, están atravesados
por dispositivos reglamentarios y plataformas de gestión individualizada para
fraguar la obsolescencia del sindicalismo, de ahí que la CNTE no encuentre un
punto de partida para aterrizar la gestión democrática del magisterio.
Paradójicamente, en la sociedad del capitalismo
informático, la libertad no se combate con censura, sino con más libertad que
se autocontrola, diversificando los medios aparentemente independientes del
poder, sobre todo a través de las redes sociales; la tensión de las demandas
populares, mucho antes de ser sofocadas por medios represivos, se contienen con
un diálogo sistemático y dilatorio para mantener el conflicto en la esfera de
la comunicación y la información pública, pero fuera del terreno callejero de
la lucha de clases. Después de 18 reuniones de la CNTE con el gobierno federal,
se va comprendiendo con mayor certeza que esta es la estrategia del Estado.
Sin la abrogación de la actual reforma educativa de
la Cuarta Transformación, sin la Nueva Escuela Mexicana recuperando los
proyectos educativos de la CNTE y sin un terreno firme y parejo para la
democratización del SNTE; el reconocimiento político a la bilateralidad de las
estructuras sindicales nacionales y seccionales del movimiento magisterial que
naciera en el invierno de 1979 y que tendrá lugar en Palacio Nacional el
próximo 21 de diciembre, podría ser otro episodio del Estado para continuar con
la estrategia de disolución del sindicalismo y de aterrizaje de las nuevas
formas de precariedad laboral; esto lo saben los militantes de la Coordinadora
que han mantenido viva la resistencia, cuya paciencia se agota cada vez que los
compromisos establecidos en las mesas con el Presidente de la República no
encuentran eco en los gobiernos estatales ni concreción en los funcionarios del
gabinete federal.
Fuente:
https://profelandia.com/neoliberalismo-transparencia-y-educacion/
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