viernes, septiembre 16, 2011

De la educación para todos, al aprendizaje para todos

El Banco Mundial ha sido promotor de políticas neoliberales en Educación, habla de "inversión", "rentabilidad", y no de "derecho humano", "equidad". Su finalidad es la de sostener el sistema capitalista, "invertir inteligentemente" significa "no afectar ganancias empresariales y producir mano de obra calificada y barata". Es dentro de este contexto que se producen las siguientes declaraciones, pero coincido que "calidad educativa" está más relacionada con "aprendizajes" que con "asistencia".






Resumido a partir del discurso “Education is fundamental to development and growth”, de Elizabeth M. King, Directora de Educación del Banco Mundial, enero 2011.

En las últimas dos décadas, el aumento de la escolarización de millones de niños y jóvenes en el mundo ha sido un gran logro, y los esfuerzos por lograr educación para todos deben continuar, dada la gran cantidad que aún está fuera del sistema. Pero la década que viene agrega un nuevo desafío: lograr el aprendizaje para todos. Son el conocimiento y las habilidades que los niños adquieren –no solo su asistencia a la escuela– los que impulsarán su empleabilidad, la productividad, la salud y el bienestar en las décadas venideras, sostuvo la   Directora de Educación del Banco Mundial, Elizabeth M. King, en la reunión del Foro Mundial de Educación en Londres en enero pasado. A continuación, un resumen de algunos de sus principales mensajes.

Dado que el crecimiento, el desarrollo y la reducción de la pobreza dependen de los conocimientos y habilidades que las personas adquieren –no del número de años que pasan en el aula – debemos transformar nuestro llamado a la acción de la Educación para Todos hacia el Aprendizaje para Todos.
A nivel individual, un diploma puede abrir las puertas al empleo, pero son las habilidades de un trabajador lo que determina su productividad y capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías y oportunidades, a tener una familia saludable y educada, y a participar en la vida cívica. A nivel social,  la  investigación  reciente  muestra  que el nivel de competencias de la mano de obra es mejor predictor de las tasas de crecimiento económico que el nivel promedio de escolaridad.

Frente a este desafío, es necesario: invertir tempranamente, invertir inteligentemente e invertir en el aprendizaje para todos.
Invertir tempranamente reconoce que las habilidades básicas adquiridas en la niñez temprana son las que posibilitan el aprendizaje para toda la vida. La visión tradicional de que la educación se inicia en la escuela primaria, asume  el  reto  demasiado  tarde.  Invertir  en forma inteligente implica priorizar y supervisar el aprendizaje más allá de las métricas tradicionales (número de maestros capacitados, número de alumnos matriculados, etc.): la calidad debe ser el foco de las inversiones en educación, medida con indicadores de mejoría de los aprendizajes.  Invertir   en   aprendizaje   para todos apela a reducir las barreras que impiden a los niños con discapacidad, a las minorías etnolingüísticas y a las niñas alcanzar la educación.

Lograr el aprendizaje para todos requiere ir más allá de proporcionar más y mejores insumos educativos: hay que mejorar los sistemas educativos.
El adecuado suministro de insumos (infraestructura escolar, maestros capacitados, libros de texto, computadores) es muy importante, pero se deben mejorar los sistemas educativos para asegurar que los insumos se utilicen con mayor eficacia para acelerar el aprendizaje. Esto implica:
• Ampliar la definición de lo que es un “sistema de educación” –normalmente asociada a las escuelas públicas, universidades y programas de formación– para incluir toda la gama de oportunidades  de  aprendizaje  disponibles en un país, sean financiadas por el gobierno o por el sector privado, sean formales o no formales, para niños o para adultos.
• Considerar   que   cada   sistema   educativo no solo incluye las agencias del gobierno y proveedores públicos y privados de servicios de aprendizaje, sino también los beneficiarios y otros actores (estudiantes y sus familias, las comunidades, los empleadores) cuyos impuestos, decisiones colectivas y “voz” pueden ayudar a mejorar el funcionamiento del sistema.
• Entender que, para funcionar apropiadamente, un sistema educativo necesita un nivel adecuado de recursos y buenos mecanismos de gobernanza y de rendición de cuentas. Cada parte tienen que ser capaz no sólo de ejecutar sus funciones, sino también de conectarse y coordinarse con las otras partes del organismo. Esto incluye las normas, reglamentos y políticas que determinan cómo los profesores son reclutados, entrenados, supervisados y pagados; cómo las escuelas o universidades son construidas, acreditadas, gestionadas, monitoreadas y financiadas; cómo los estudiantes son admitidos, evaluados, promovidos y retenidos, entre otras cosas.




El texto completo del discurso de King (en inglés) está disponible en el blog del Banco Mundial.
Fuente
PREAL Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe

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