jueves, septiembre 09, 2010

La educación pública como política de Estado


La educación pública como política de Estado -

Presencia de la filosofía y la teoría educativa en los albores del Tercer Milenio



1. Presentación

2. Introducción: definiciones imprescindibles

3. Claroscuros de la política educativa actual

4. Alternativa propuesta: desarrollo ético y sostenible



capítulo 8


1. Presentación
En este capítulo damos a conocer un largo argumento de análisis educativo que parte de recordar algunas definiciones insoslayables (por ejemplo: educación, sistema educativo, Estado...), para posteriormente mostrar las luces y sombras de la política educativa en marcha en nuestro contexto socio-político tanto internacional como nacional, para sacar una primera gran conclusión analítica: Si queremos promover una adecuada educación para nuestra nación, fundada en correctos análisis educativos, debemos entender a la educación pública como política de Estado en dos niveles básicos de comprensión:
1. El propio de la política estructural (sea internacional, nacional, intergubernamental, sindical, partidista, o el nivel estructural que sea) y:
2. El de la vida cotidiana donde sé concrete la gestión política del nivel 1, en la cual pueden suceder fundamentalmente dos cosas:
a- Las personas con las cuales se han de ejecutar las indicaciones realizadas en la política estructural las comprenden, aceptan y ejecutan; o:
b- Las sugerencias mencionadas caen en un campo poco fértil, por diversas circunstancias examinadas más adelante. Estos niveles analíticos nos conducen a una certeza intelectual ampliamente consensuada y expresada en diversos documentos entre los que destaca por su importancia internacional el base de la Séptima Reunión de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, el cual —en síntesis para esta presentación—, asegura la coexistencia de un modelo 'centrado en el profesor', promotor de una " 'pedagogía bancaria' como la llama Paulo Freire", y otro inspirador del “potencial creativo de los habitantes de la región". Así que, como lo decimos, tomando una frase del Programa de Desarrollo Educativo 1995-20004 , "Educar es pretender la transformación del ser humano conforme a una concepción de futuro. De ahí la necesidad de avizorar algunas tendencias que plantean serios desafíos a la educación, pero que también abren oportunidades para resolver muchos de sus problemas", particularmente el considerado en este capítulo: la educación pública como política de Estado, el cual busca concretar el análisis educativo desarrollado a lo largo del libro, en una circunstancia particular y relevante para la acción educativa nacional. Política de Estado que habrá de considerar el "carácter nacionalista de la educación, que tendrá que ser reafirmado de manera compatible con las nuevas responsabilidades surgidas de un mundo cada vez más interdependiente", en claro proceso de 'mundialización'. Simultánea y acorde con el tema destacado, podemos asegurar, —siguiendo este mismo texto— que "La educación es un proceso continuo y de largo plazo que no puede circunscribirse a períodos gubernamentales. Nuestra responsabilidad no es sólo con las generaciones actuales; tenemos en el presente que construir las bases del futuro", recuperando precisamente el concepto examinado: la educación pública como política de Estado y no de gobierno, sexenal en consecuencia. De esta forma debemos promover "El fomento de la investigación educativa", ya que "además de impulsar la generación y el uso de la información estadística, se alentará la investigación educativa que se propone esclarecer la naturaleza de los fenómenos y contribuye a plantear la toma de decisiones estratégicas sobre bases mejor fundamentadas. Se estimularán las actividades que, dentro y fuera del ámbito gubernamental, organizadas de manera sistemática hagan avanzar el conocimiento teórico y práctico de la realidad educativa y aportan visiones críticas, opciones y perspectivas futuras para guiar las políticas gubernamentales. El nuevo conocimiento es elemento indispensable para estimular los cambios e identificar mejores cursos de acción. De ahí que el gobierno federal intensificará el diálogo constructivo con los investigadores de la educación, apoyará a los grupos y proyectos regionales y procurará contribuir al fortalecimiento de sus tareas". El análisis señalado parte de un acercamiento al tema propuesto desde la filosofía de la educación, conscientes de su existencia y realidad, a pesar de la existencia de prestigiosas voces de investigadores educativos connotados y loados —en últimas, funcionales al sistema— que afirman su inexistencia7 . El subtítulo de este capítulo —Presencia de la filosofía y la teoría educativa en los albores del Tercer Milenio— resalta la tesis precedente y la aplica en el análisis expuesto en esta ocasión. Prescindimos de entrar al debate contra los escépticos por la vía de la confrontación hermenéutica y lo aceptamos con un ejercicio práctico de análisis filosófico sobre el tema expuesto, el cual presentará algunas definiciones imprescindibles, pasará a proponer los lineamientos básicos del prototipo analítico utilizado para examinar nuestro tema, situación conceptual que nos conducirá a entender la existencia de —al menos dos modelos educativos enfrentados—, los cuales desde una perspectiva crítica tampoco ofrecen alternativas sociales viables, por lo cual en la última parte, esta comunicación postula otro acercamiento conceptual, promotor de un desarrollo social ético y sustentable. Veamos el desarrollo anunciado.

1. Introducción: definiciones imprescindibles
La primera definición a recordar es la de educación, y al respeto sólo debemos tener en cuenta los argumentos del primer capítulo, para aseverar que si la entendemos como apropiación adoptaremos una concepción realista, productiva, potenciadora de grandes desarrollos humanos y —a pesar de lo dicho más adelante contra los modelos educativos en pugna—, tendencialmente al servicio del modelo democratizador, productivista, innovador, organizador y de las competencias, entendidas éstas como "el conjunto de comportamientos socio afectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras, que permiten llevar a cabo adecuadamente un papel, una función, una actividad o una tarea". En resumen: sostenemos la tesis que para que exista cualquier aprendizaje, cualquier desarrollo cognitivo, psíquico, intelectual o moral, antes tiene que haberse dado las capacitaciones (apropiaciones) que hacen que el ser humano se convierta en tal y que conforman sus condiciones antropológicas primeras, sin las cuales es imposible el desenvolvimiento de cualesquiera otras habilidades y conocimientos. Como puede observarse hay una cierta vinculación entre el concepto de apropiación y el de competencia, sin embargo las diferencias se marcarán más adelante, cuando abordemos el tema de ética y educación y examinemos para qué nos capacitamos, cuales son las finalidades de la educación: si nos formamos para servirnos como seres humanos o nuestro propósito es estar a favor del capital, y del capital en su forma más perversa: el financiero. Habiendo precisado el concepto de educación utilizado en estos razonamientos, podemos pasar a considerar otros dos imprescindibles en el argumento, examinando el de educación pública y el de política de Estado. En nuestro contexto social, histórico y político sin la menor duda educación pública significa formación para la población de la Nación, independientemente de cómo entendamos el concepto de formación, en este momento equivalente a educación, analizado en los párrafos precedentes. El debate por tanto puede centrarse en otros puntos de tensión conceptual dejando de lado el señalado, que creo es importante y polémico. Si entendemos a la educación pública como lo señalamos pocos debatirían contra esta delimitación y muchos la igualarían, la analogarían con sistema educativo nacional; en cuanto éste se encarga de educar a la Nación, incluso con una historia importante y escrita con gestas de verdad impresionantes en la educación pública mundial; no obstante: ¿este símil es válido? Desde nuestro modo de concebir no. Si lo pensamos así estaremos avalando la idea de que educación es igual a enseñanza, a escolaridad, y promoviendo un modelo educativo magisterocentrista hoy profundamente cuestionado por diversos actores sociales de nuestra Nación y del mundo, e impulsado por personajes que insisten en mantener posiciones conceptuales, sensibles y prácticas anticuadas en un mundo globalizado y en pleno proceso de democratización, de gestión horizontal en todo tipo de centros de trabajo y comercialización, comunicativo y participativo como nos lo señalan múltiples documentos y contextos9 . Además estaremos valorando como positiva una concepción irreal y poco útil para los desafíos del próximo milenio. Desde una concepción realista de la educación debemos entender que la educación pública es, no solamente la formación brindada por el sistema educativo formal —que de paso sea dicho es también indebidamente presentado como el sistema educativo nacional—, sino de igual forma, la preparación brindada por la familia y, a través suyo, por la sociedad que la alberga; concreta en una comunidad específica (incluyente de barrios, colonias y/o asentamientos humanos determinados donde vive la familia en referencia), y rodeada de múltiples determinaciónes, de entre las cuales sólo queremos resaltar tres: 1. Los medios masivos de información. 2. La calle, como lugar de circulación y convivencia pública diaria y: 3. La estructura económica de la sociedad, presencia ineluctable e inaudible y determinante de todo nuestro entorno. Esta tesis puede referirse para su validación científica en muchos documentos oficiales10 , sin embargo creo más adecuado validarla, con un razonamiento antropofilosófico. Es completamente irreal pensar que el Sistema Educativo Nacional —entendido como el formal de nuestra educación pública— forma íntegramente a nuestra niñez y juventud, como es la ilusión del modelo educativo centrado en la enseñanza. La niñez que llega al sistema formal, arriba con la formación (o deformación) brindadas por la familia y la sociedad, y el personal educativo que la recibe —prioritariamente el docente— lo sabe perfectamente, pues es gracias a las apropiaciones con las cuales aparece que su trabajo será favorable o fuente de dificultades y desdichas. En consecuencia, y a reserva de desarrollar en otra oportunidad con mayor extensión estas tesis, hemos de promover la idea que el Sistema Educativo Nacional incluye definitiva y totalmente a la familia y a la sociedad —con las determinaciones especificadas—, para reconocer, entre otras cosas, el papel concreto jugado por la familia, los medios masivos de información y la economía, en la formación de nuestra infancia, de tal forma que podamos considerar en el tema concentrador de nuestra atención, a la educación pública como política de un Estado concebido realista y moralmente. Fórmula que nos conduce a examinar el tercer y último concepto analizado en esta introducción: el de Estado. Como evidentemente cualquier estudiante de derecho, de administración pública o un ciudadano indeterminado y bien informado sabe, al tocar este tema entramos al terreno de la filosofía del derecho, conceptuación con una larga tradición histórica, especialmente relevante en los tiempos modernos. Menciono esta especificación para tenerla presente y no para anunciar una disertación sobre el tema, reconstructora de esta historia, larga en sí, incluso limitada sólo a la modernidad. En su defecto consideremos al Estado a través de un acercamiento analítico (o sincrónico), que nos lo presenta como la estructura formal, jurídica, política y administrativa reguladora de la vida común de una población asentada en un territorio determinado y regida por una vida propia, que la define como una Nación, quizá pluriétnica y multicultural como es el caso del Estado y la Nación mexicanos, y que en todo caso busca el bien de su población. Tendremos así una estructura y una finalidad que definen al Estado, lo cual supone que tenemos que entenderlo no como una mero entramado jurídico-político inocuo, sino como una organización social de interés público, colectivo o común, que tiene que promover, defender y garantizar los derechos presentes y futuros de la mayoría. Es en este sentido que tenemos que entender la frase siguiente del Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000: "La educación es un proceso continuo y de largo plazo que no puede circunscribirse a períodos gubernamentales. Nuestra responsabilidad no es sólo con las generaciones actuales; tenemos en el presente que construir las bases del futuro"12 . Realizadas estas definiciones, continuemos nuestro razonamiento con el apartado siguiente, denominado:

3. Claroscuros de la política educativa actual
Si retomamos el prototipo expuesto en la presentación acerca de los niveles básicos de análisis de la educación pública como política de Estado, podemos distinguir que la política estructural propone un modelo educativo progresista, productivista, comunicativo, participativo, promotor de las potencialidades de la población y con algunos otros perfiles luminosos, que nos hacen pensar en un paradigma que incluso puede ser calificado como transformador de estructuras, si se lo compara con el modelo recusado, el cual es calificado como centrado en el profesor y en todo caso mejorable, con diversas estrategias, entre las cuales destaca la llamada 'cultura de la evaluación continua'13 . Y si hacemos esta reflexión hemos de tener en cuenta frases como las siguientes de la Recomendación de la Séptima Reunión de Ministros de Educación de América Latina y el Caribe [MINEDLAC VII]:
"Los más altos responsables de la educación en la región sentenciaron que el cumplimiento de este requerimiento [el emitido en la recomendación] era la única vía para seguir avanzando en el largo camino hacia la verdadera democracia, el desarrollo y la paz". La búsqueda de esta meta "implica enfrentar desafíos que no pueden esperar y definir nuevas tareas para la siguiente etapa del desarrollo educativo"14 ."Los desafíos están focalizados principalmente en la educación básica, pero los análisis realizados sobre la educación secundaria y superior indican que también se necesitan mejoras en estos campos... La educación permanente para todos, incluyendo el mejoramiento profesional docente, es la tarea fundamental si los países de la región desean que sus pueblos tengan acceso al conocimiento y la sabiduría para cambiar los modelos de producción con equidad social... El compromiso de los Ministros de Educación persigue lograr mejores niveles educativos y aprendizajes más pertinentes para alcanzar los cambios sociales que exige la fuerza laboral, los académicos, los padres de familia, la ciudadanía toda".

Textos así pueden ser encontrados reiteradamente en este importante documento internacional —claramente presente en nuestra actual política educativa tanto nacional como internacional, y también en el Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000, donde encontramos la siguiente frase:
El Programa "pretende lograr equidad en el acceso a las oportunidades educativas y establecer condiciones que permitan su aprovechamiento pleno; trata de asegurar que la educación permanezca abierta también a las generaciones futuras, conforme a una visión de desarrollo sostenible; se dirige a alentar la participación y responsabilidad de los principales agentes que intervienen en los procesos educativos y a formar seres humanos que participen responsablemente en todos los ámbitos de la vida social; además se orienta a estimular la productividad y creatividad en el desempeño de todas las actividades humanas" (Edición citada, p. 9).

Con este señalamiento y otros muchos análogos17 , podemos entender que las tendencias explícitamente señaladas por el PDE, sean las siguientes: ♦ "La creciente urbanización que habrá de intensificarse en los próximos años, impone a la educación la necesidad de fomentar valores, actitudes y comportamientos que propicien una mejor convivencia en ciudades y aglomerados urbanos. Los procesos de politización, resultado del desarrollo social y de la mayor interdependencia e información, fortalecen tendencias participativas y democratizadoras. Como lo señaló Juárez, el destino de la humanidad es la democracia. La educación deberá fomentar valores y actitudes que devengan en conductas auténticamente democráticas y contribuyan al respeto y vigencia de los derechos humanos, en todos los ámbitos de la vida social, pasando por la familia y la escuela y tocando todos los espacios de convivencia. La mayor conciencia de la situación de la mujer y de sus potencialidades como factor esencial en la solución de muchos de los problemas ancestrales y en la modernización de las sociedades, ha identificado el tema de su educación como el de mayor importancia para superar su rezago, lograr su incorporación plena a las nuevas oportunidades de vida y, por su crucial posición familiar, para el cambio de comportamientos, percepciones, actitudes y hábitos. Por lo tanto, en todos los tipos, niveles y modalidades educativos tendrá que darse atención especial a la mujer, de modo que se estimule su participación, se ayude a superar las condiciones que explican su atraso y se amplíen las expectativas del papel que ella puede desempeñar en todos los campos de la actividad humana, al margen de prejuicios y discriminaciones. ♦ El deterioro ecológico mundial exige crear conciencia acerca de la gravedad del problema y la necesidad de adoptar conductas que favorezcan el equilibrio y el mejoramiento de la ecología. La educación deberá incluir, cada vez más, contenidos orientados a la creación de una nueva cultura ecológica que detenga la destrucción del medio ambiente y garantice la cooperación de la población en las acciones de mejoramiento ambiental" (Edición citada, p. 12).

Estos argumentos, incluso dejando de lado otros indicados en el PDE sin la debida formalización18 , indican los espacios de luces y sombras a los cuales nos referimos, concretos tanto en los niveles señalados como en estos otros dos, que darán la base para obtener el primer gran resumen crítico de esta comunicación, que sentará el punto de partida para la propuesta postulada en la conclusión. 1. El modelo estructural sugerido, de necesaria ejecución en la vida cotidiana, propone de un lado un discurso cognitivista, intelectualista, idealista, centrado en los aprendizajes, y de otro: 2. Impulsa a obtener competencias, entendidas no solamente como se lo señaló anteriormente, sino definidas de manera compleja.

3.1 Luces y sombras estructurales y cotidianas
Cuando tomamos textos como los transcritos, apreciamos sus valiosos significados y concluimos su relevancia histórica, percibiendo el valor de la estructura impulsada por los organismos internacionales y nacionales vinculados a la gestión pública de la educación. Y cuando nos enfrentamos a la realidad cotidiana del sistema educativo formal a través del trabajo directo con profesores en formación, con directores de escuelas, con políticos de la educación, con padres de familia —incluso con cierta escolaridad—, encontramos que la realidad cotidiana es muy otra: el común denominador es que ni unos ni otros se han apropiado de los valores, recomendaciones y significados de la política educativa estructural, con la consecuencia que en la práctica el cambio está lejos de darse y por el contrario las más de las veces nos encontramos con enormes resistencias que lo detienen e incluso desvirtúan. Esta afirmación, tomada de la experiencia directa como sujeto y objeto del sistema educativo, debería ser comprobada por una investigación educativa que con el instrumental metódico y operativo adecuado nos indicara qué tanto saben los profesores de banquillo, los directores de escuela, los padres de familia, y demás personal educativo, de los cambios propuestos, de su realidad y perentoriedad, para modificarle su carácter de supuesto investigativo, dándole la validación suficiente en la documentación del abismo existente entre el ser y el deber ser de nuestro sistema educativo, sin embargo por ahora debemos tomarla como está formulada, para pasar a examinar la otra línea analítica destacada, que nos habla de:

3.3 Claroscuros idealistas y materiales en la concepción educativa
Si bien la anterior tesis necesita la validación indicada a pesar de la certeza que muchos tenemos de su verdad, este otro punto puede ser ampliamente reseñado en los textos mismos con frases como estas:
"Optimizar y, cuando sea posible, incrementar el tiempo de horario lectivo efectivo para mejorar las oportunidades de aprendizaje. Para conseguir un aprendizaje de mayor calidad es preciso ampliar el ciclo lectivo, extender la jornada diaria, racionalizar las actividades administrativas de los docentes, modificar la organización de las actividades de enseñanza-aprendizaje de forma que se puedan atender las distintas necesidades de los alumnos y eliminar las actividades que no son pertinentes para el logro de los objetivos educativos escolares o extraescolares"

Y con estas otras, que en contrapunto resaltan el concepto de competencias:
Hay que "Aplicar criterios y procedimientos que permitan evaluar no sólo los resultados sino también los procesos que siguen los alumnos para desarrollar los diferentes tipos de competencias" (Recomendación, p.10, punto 25) Para lograr "todo ello [las intenciones expresadas], como se señala expresamente en la Recomendación", se reconoce que "el desarrollo social tiene que basarse en una concepción centrada en... el dominio pleno de los códigos de la modernidad —entendidos como lenguajes y competencias básicas para participar en la vida pública y productiva" (Recomendación, p. 3).

En el PDE encontramos igual situación, como puede apreciarse en diferentes lugares:
"La definición y utilización de estándares nacionales para medir y evaluar los resultados del aprendizaje es crucial para mantener la unidad de la educación en nuestro país" (Edición citada, p. 38). "Los resultados de las evaluaciones del aprendizaje, principalmente los que expresan los logros de grupos escolares y de planteles, estimularán a maestros y alumnos en sus esfuerzos para alcanzar mayor calidad"(Igual, p. 40).
Sobre las competencias aseguran:
"La educación tenderá a disminuir la cantidad de información, a cambio de reforzar valores y actitudes que permitan a los educandos su mejor desarrollo y desempeño, así como a concentrarse en los métodos y prácticas que les faciliten aprender por sí mismos"(Igual, p. 11). "En la educación básica han de adquirirse valores esenciales, conocimientos fundamentales y competencias intelectuales que permitan aprender permanentemente; en ella se despiertan la curiosidad y el gusto por el saber y se forman hábitos de trabajo individuales y de grupo. El valor de una buena educación básica habrá de reflejarse en la calidad de vida personal y comunitaria, en la capacidad de adquirir destrezas para la actividad productiva y en el aprovechamiento pleno de las oportunidades de estudio en los niveles medio superior y superior").

Con esta presentación resulta evidente el contrapunto indicado, seguramente más evidenciado con el análisis detallado de las referencias hechas y de otros contextos por recuperar, que nos permiten concluir que existen al menos dos modelos educativos enfrentados en el actual momento de fin de siglo, los cuales marcarán la educación pública como política de Estado para el próximo milenio. Y con esta certeza podemos preguntarnos: ¿y ahora? Seguramente usted tiene diversas sugerencias, que en el espíritu comunicativo de nuestra época podrán entrar en diálogo con la formulada a continuación:

4. La alternativa propuesta: desarrollo ético y sostenible
Comencemos estas conclusiones con otra cita del documento internacional utilizado:
"El desarrollo social tiene que basarse en una concepción centrada en un nuevo humanismo que ponga en práctica tres principios:
i- El ejercicio de la ciudadanía de todos los habitantes, sin exclusiones;
ii- El dominio pleno de los códigos de la modernidad — entendidos como lenguajes y competencias básicas para participar en la vida pública y productiva.
iii- La creación de una profunda actitud ética y moral de respeto por sí mismo y por el otro, aceptándolo como un ser legítimo" (punto 5 de los principios de la Recomendación, p. 6).

En el PDE encontramos frases análogas. En la primera línea de este documento afirman que el "Programa de Desarrollo Educativo 1995-2000 parte de la convicción de que hoy, como nunca antes, la verdadera riqueza de los países radica en las cualidades de las personas que los integran" y aseguran que "el Programa se enmarca en el concepto de desarrollo humano"(p.9).
Refiero esta cita e indico otros contextos análogos, para hacer palpable la similitud entre los documentos nacionales e internacionales considerados y ubicar el tema anunciado con el nombre de ética y educación, central para redondear estas conclusiones. Si entendemos que la ética es la vinculación de las personas en tanto personas, y que la moral es la formalización con la cual regulamos el comportamiento interpersonal, nos estaremos ubicando en una concepción realista que permite clarificar profundamente el ambiente ético y moral en el cual nos encontramos, afirmando que la ética es fundamental en la vida humana en cuanto define el carácter de nuestras relaciones, las cuales primariamente se tienen que basar en el respeto y la dignidad de la vida humana, la cual se convierte en el horizonte de referencia obligada para cualquier actividad frente a la naturaleza; interpersonal (o práctica), y económica, que será crucial para su producción, reproducción y desarrollo26 . Esta concepción se centra en la dignidad de las personas, la cual es preferida a otros tipos de significados, particularmente los valores del capital, los cuales en su lógica auto referente y sistémica subsumen cualquier forma de humanidad, autonomizándose e independizándose de los valores de la vida —incluida la vida natural—en cuanto afectan profundamente el equilibrio ecológico del planeta por razones cada vez más conocidas. Si pensamos el universo natural, práctico y económico convocado en estos razonamientos, tendremos que concluir que "el desarrollo social basado en una concepción centrada en un nuevo humanismo", ha de identificar valoraciones filosóficas como las aquí y ahora resaltadas, precisándolas para potenciar una comunicación entre todos los interesados que examine tanto la materialidad del vínculo interpersonal señalado (el carácter material, de los contenidos con los cuales producimos, reproducimos y desarrollamos la vida); los acuerdos a los cuales llegamos para realizar lo primero señalado, y las condiciones de viabilidad con las cuales buscamos nuestras metas, toda vez que hemos de realizar una acción factible, alejándonos de utopismos que sólo conducen a callejones sin salida. Es evidente que esta posición es diferente a la de aquellos que avalan los valores del capital, y por lo tanto es distinta, diferente a la de ellos, lo cual le da una concepción crítica que busca crear un mundo realmente humanizado donde la educación será un fin para la humanización y dejará de ser el medio en la cual la han convertido los servidores del capital, particularmente los vinculados con el dominante neoliberalismo, concepción económico-política que como bien sabemos nos coloca al borde de la muerte, ya no por una catástrofe nuclear como en los tiempos de la guerra fría (o de la confrontación Este/Oeste), sino por la anunciada recesión económica mundial producida por cualquiera de los efectos financieros de nombres alcohólicos: el tequila, el vodka y quizá el sake, si Japón sigue en la debacle económica de la cual nos informa la prensa de todos los días. De hecho podemos profundizar estas reflexiones, sin embargo es probable que en este momento hayamos producido en usted ideas e incitaciones para debatir o profundizar en algunos temas, por lo cual es importante respetar el espíritu comunicativo de esta época, promoviendo un posible diálogo, según los presupuestos de no-dominación, no-agresión y menos violencia, resaltados con interesantes textos que seguramente darán para muchas mayores reflexiones.

1 comentario :

Anónimo dijo...

ME GUSTA TU PERSPECTIVA DE LA EDUCACION

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