lunes, diciembre 28, 2020

¿Qué es enseñar? ¿Qué es aprender?, Paulo Freire

 Paulo Reglus Neves Freire (RecifePernambuco1921São Paulo1997) fue un pedagogo y filósofo brasileño, destacado defensor de la pedagogía crítica. Es conocido por su influyente trabajo Pedagogía del oprimido, que generalmente se considera uno de los textos fundamentales del movimiento de pedagogía crítica. Además, entre otras ideas, Freire proponía la autonomía como fundamento pedagógico en la escuela. No es posible vivir plenamente como ser humano sin esperanza. 

 

En 1996, tuvo una de sus últimas intervenciones públicas en la Universidad de San Luis, cuando le fue entregado el título de Doctor Honoris Causa. Su discurso fue transformado en libro (El grito manso) y condensa las reflexiones sobre la educación que Freire legó, en los últimos años de su vida, a las futuras generaciones. Freire se dedicó, sobre todo, a la alfabetización de adultos en ámbitos de educación no formal. La dictadura militar brasileña hizo que sufriera la persecución, la prisión y el exilio. Es el exponente más célebre de una idea simple pero potente: si todos y todas sabemos algo, el hecho educativo nunca se produce en una sola dirección. Es decir, aprende quién enseña y enseña quien aprende.

 

“Lo que pasa en educación es que casi siempre engullimos contenidos. Pero hay que hacer más que eso. Hay que conocer»

 

El siguiente texto, forma parte de una entrevista realizada a  Paulo Freire  por  Rosa María Torres, y que posteriormente se publicaría en el libro: (Educación Popular: Un encuentro con Paulo Freire, CECCA-CEDECO/Fundación Fernando Velasco, Quito, 1986) 

 

Rosa María Torres: Me parece importante volver sobre el tema sobre el papel del educador. Tanto a nivel de los teóricos como de los grupos de base viene dándose una tendencia muy fuerte y generalizada a concebir la relación educativa entre educadores y educandos como una relación horizontal, “entre iguales“, en la que, finalmente, nadie enseña a nadie. A tal punto ha llegado a extenderse esta visión que varios autores proponen la eliminación del rol del maestro. Y es este punto, justamente, el que suele encontrar mayor rechazo y mayores resistencias entre los educandos.


Paulo Freire: El educador que dice que es igual a sus educandos, o es demagógico o miente o es incompetente. El educador es obviamente diferente, de otra manera no reconocería al educando. Si fueran los dos la misma cosa, no habría manera de identificarlos. Creo que éste es un punto fundamental.


En segundo lugar, toda educación es directiva. Por tanto, no existe una educación no-directiva, y esto ya está dicho en la Pedagogía del Oprimido.


Toda educación tiene un momento que yo llamo inductivo, que implica la toma de responsabilidad del educador. La gran diferencia que hay entre un educador autoritario y un educador radicalmente democrático está en que este momento inductivo, para el educador autoritario, jamás acaba. El empieza y termina inductivamente. El toma las decisiones completamente, constantemente. En cambio, un educador democrático ciertamente incide, pero intenta, durante la práctica, transformar la inducción en compañerismo.


Compañerismo no significa ser iguales. El hecho de que el educador se haga compañero de sus educandos no significa que renuncie a la responsabilidad que tiene, incluso de comandar, en muchos momentos, la práctica. El educador tiene que enseñar. No es posible dejar la práctica de la enseñanza librada al azar.


En Estados Unidos, donde acabo de estar en un seminario, hay una preocupación muy grande con lo que ellos llaman el facilitador. Yo siempre digo, y lo acabo de decir allá: “Yo no soy facilitador de ninguna cosa. Yo soy profesor. Yo enseño”.


Pero entonces, ¿qué es enseñar? ¿Será que enseñar es transmitir conocimientos? Yo digo que no. El conocimiento no se transmite; el conocimiento se hace, se rehace a través de la acción transformadora de lo real y a través de la comprensión crítica de la transformación que se ha dado antes o que se puede dar mañana. Este es el momento de la abstracción en el acto de conocimiento. El equívoco de los educadores autoritarios es pensar que los contenidos de la educación pueden ser transformados en montones de sabiduría apaciguada, inutilizada, que es transferida como ladrillos a los educandos.


Para mí, enseñar es desafiar a los educandos a que piensen su práctica desde la práctica social, y con ellos, en búsqueda de esta comprensión, estudiar rigurosamente la teoría de la práctica.


En nombre de la necesidad de transferir los contenidos que consideramos indispensables, lo que hacemos es olvidar la unidad entre la práctica y la teoría, la cual podría ser desarrollada a través de la propia comprensión teórica de la práctica que tienen los educandos. Este proceso de búsqueda de esta unidad exigiría del educador competente, a cada paso, la iluminación teórica de los contenidos.


Estos comentarios son solamente para decir que si bien podemos reconocer que las condiciones de partida son éstas, es preciso por eso mismo luchar contra ellas. Y para eso los educadores deben ser o hacerse competentes. La competencia científica, la competencia técnica y filosófica es absolutamente indispensable en la lucha por la transformación de la educación.


A los jóvenes profesores les digo siempre: Mira, cuando un muchacho te dice que eres un incompetente, que estás tergiversando el rol del maestro pues tú estás para enseñar y él para aprender, tu podrías reconocer efectivamente que estás para enseñar y él para aprender, pero agregar: Está bien. Tú me dices que yo soy incompetente, pero yo te haría dos preguntas: ¿qué es enseñar y qué es aprender?. y ¿qué es competencia?. Y ahí vas a tener la oportunidad de discutir incluso la naturaleza ideológica que está detrás del concepto de competencia. Porque esa naturaleza ideológica de la competencia tiene mucho que ver con los intereses de las clases dominantes. Para éstas, competentes son las clases dominantes e incompetentes son las clases dominadas. Y dado que esta ideología autoritaria se reproduce también a nivel de los educandos, tú como educador tienes que plantear a los educandos desafíos de esta naturaleza y encauzarlos.


Lo que pasa en educación es que casi siempre engullimos contenidos. Pero hay que hacer más que eso. Hay que conocer. Si yo fuera responsable de un Ministerio, entregaría mi vida, sin ninguna dimensión idealista sino profundamente dialéctica a trabajar todos los fines de semana con los educadores, desde los niveles más bajos hasta los más altos, sobre la cuestión de qué es conocer, qué es crear, qué es la producción del conocimiento, cómo se puede invitar a conocer sin ser paternalista, pero, al mismo tiempo, sin ser autoritario. El problema no es transferir paquetes de conocimientos a ser memorizados.


Para mí, sólo hay conocimiento cuando se aprende el objeto. Cuando tú aprendes el objeto, necesariamente memorizas el objeto aprendido. Lo que no puedes hacer es memorizar en vez de aprender. Y es esto precisamente lo que hace la escuela tradicional. Los niños son obligados a repetir. Hay una extraña epistemología según la cual es la repetición del concepto lo que da conocimiento, cuando en verdad lo que da conocimiento es la aprehensión de lo real.

 

 

 

Fuente: https://www.bloghemia.com

 

miércoles, diciembre 23, 2020

Tendencias educativas

 Desde el acceso masivo a internet a mediados de los años 90, la llamada transformación digital ha modificado significativamente todos los ámbitos de actividad humana. Este profesor especializado en educación digital presenta las 7 nuevas corrientes pedagógicas que hay en el siglo XXI, a la luz de esa óptica.

 


Es así como la compra del último CD de nuestra banda de rock favorita o la descarga de los Hits del 2020 de una tienda online han dado paso a Spotify, o la saga Star Trek habita en los catálogos de Netflix y Prime Video o cómo –en un futuro no muy lejano– veremos transformarse las grandes industrias automovilísticas europeas y asiáticas en operadoras digitales gestionando la movilidad de millones de personas a través de una app y una flota de automóviles eléctricos sin conductor.

 

Mientras el mundo gira a una velocidad que escapa a nuestra capacidad de predicción, la educación parece tomárselo con más tranquilidad –por lo menos hasta el momento–, resguardada de los vientos de la digitalización. De hecho, pese a las incontables experiencias de innovación pedagógica llevadas a cabo por docentes y expertos educativos, mayoritariamente seguimos formando a nuestro alumnado de la misma manera que décadas atrás.

 

La crisis desencadenada por la Covid-19 ha sumergido al ecosistema educativo –escuelas y universidades, centros de formación, profesorado, alumnado, familias, investigadores, administración pública, empleadores y demás agentes– en una situación de excepcionalidad e incertidumbre que parece no tener fin. Con la llegada de la primera ola de la pandemia (marzo de 2020), de la noche a la mañana la red se convirtió en un auténtico bazar de herramientas, recursos de aprendizaje, experiencias y consejos de cientos de opinadores sobre tecnología educativa y aprendizaje en línea.

 

La segunda ola (octubre de 2020) está siendo distinta. Ahora el nuevo foco es cómo adaptar las instituciones educativas a las normativas impuestas por la emergencia sanitaria y repensar los modelos formativos para que se adapten a un escenario social y tecnológico distinto del actual. Empezamos a preguntarnos sobre el mañana.

 

Prácticas obsoletas frente a nuevos modelos

La evolución del ecosistema educativo a partir de esta crisis es poco previsible. Nuevos factores y retos entran en juego alterando las condiciones del entorno, estresando a sus agentes y creando nuevos nichos para ser ocupados. Algunas de las tendencias del aprendizaje previstas para el siglo XXI van a quedar obsoletas. Otras, en cambio, se verán potenciadas y se convertirán en los cimientos y materiales de construcción de nuevos modelos y prácticas educativas.

 

Veamos una selección con siete tendencias representativas. Son la síntesis de un análisis de distintos informes y aportaciones de expertos educativos hecho antes de la pandemia. Ahora son una invitación para preguntarnos cuáles de ellas se verán potenciadas, cuáles perderán su relevancia y cuáles formarán parte del nuevo ecosistema educativo en la era poscovid-19:

1.      Informalización del aprendizaje. Incremento del aprendizaje informal potenciado por la red y la tecnología digital. Tiene relación con el llamado aprendizaje a lo ancho de la vida referido a la interconexión de aprendizajes adquiridos en diferentes ámbitos (profesional, social, académico, lúdico, etc.). Con formas de crear y distribuir el conocimiento distintas de las del aprendizaje formal, penetra en la actividad formativa de los entornos académicos.

2.      Educación permanente. Actividad formativa a lo largo de todo el ciclo de vida de una persona. Tiene lugar tanto en ámbitos formales como informales y en contextos diferentes (laboral, académico, doméstico, etc.). La capacidad de las personas para diseñar su trayectoria formativa a lo largo de la vida y disponer de habilidades superiores para aprender en contextos digitales se considera un aspecto fundamental.

3.      Aprendizaje autodirigido. La personalización del aprendizaje es uno de los mantras más recitados por los responsables docentes y gestores formativos. Sin embargo, la verdadera personalización debe estar orientada a empoderar y capacitar a las personas para tomar sus propias decisiones con relación a su proceso formativo para aprovechar las incontables oportunidades de aprendizaje que ofrecen la red y el ecosistema educativo. En un contexto de formación a lo largo de la vida, con una tendencia creciente hacia la informalización, la capacidad de dirigir y gestionar el propio aprendizaje es crucial.

4.      Aprendizaje social. El aprendizaje social está en la base de teorías y movimientos de renovación pedagógica anteriores a la red y en numerosos enfoques y pedagogías emergentes actuales como el Aula invertida, el movimiento maker o el Pensamiento de diseño. La proliferación en los ámbitos profesionales y domésticos de aplicaciones y herramientas de computación en la nube, de comunicación o de gestión de proyectos contribuyen a la realización de experiencias educativas de corte socioconstructivista basadas en la colaboración.

5.      Deslocalización. Como ocurre con otras actividades, el aprendizaje ya no puede estar referenciado por coordenadas espacio-temporales. La conexión permanente y las aplicaciones de computación en la nube que ofrecen los dispositivos móviles permiten aprender en cualquier momento y lugar, disfrutando de las máximas prestaciones en cuanto a acceso a la información, a la comunicación y a la productividad.

6.      Automatización. Los avances en inteligencia artificial (IA) empiezan a esbozar escenarios educativos con bots y asistentes virtuales desempeñando diferentes papeles en los procesos académicos y formativos. Asimismo, la confluencia de la Analítica del aprendizaje con los algoritmos de inteligencia artificial ponen al alcance de docentes e instituciones educativas la posibilidad de personalizar el aprendizaje, diseñando de forma dinámica contenidos y actividades a medida.

7.      Liberalización de la acreditación. La irrupción de la tecnología de cadena de bloques en el ecosistema educativo abre la posibilidad de tener sistemas alternativos de reconocimiento y acreditación de competencias, habilidades y experiencias formativas sin necesidad de disponer de archivos centralizados en instituciones determinadas. Aprendizajes adquiridos en espacios informales o destrezas desarrolladas en entornos corporativos pueden ser acreditados de forma fiable, permanente y detallada.

Solo queda esperar y tratar de propiciar un cambio en la educación aprovechando el momento que estamos viviendo. Inclinarse más por una u otra tendencia no es lo importante. Lo realmente significativo es dejar atrás los planteamientos que hayan quedado obsoletos.

 

 

 

 

 

Por Ahora Educación

Fuente: Xavier Mas Garcia, experto en Educación Digital, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, para https://theconversation.com

 

lunes, diciembre 21, 2020

Marcos Roca: repensar la escuela en equipo, con foco en los vínculos

 La cercanía con los estudiantes, el valor de la confianza, la capacidad creativa de los equipos docentes, la necesidad de repensar los formatos escolares fueron algunas claves del trabajo de este año en el Taller Escuela María Asunción Guglielmi, de Fe y Alegría, dirigido por Marcos Roca.

 


Marcos Roca es director del Taller Escuela María Asunción Guglielmi, de Fe y Alegría, en San Martín: un bachillerato para jóvenes y adultos que en su mayoría viven en asentamientos del conurbano bonaerense y de Capital. Todos sus estudiantes vienen de haber dejado la escuela o de haber repetido varias veces. Sin embargo, siguen apostando a la educación como el camino para crecer.

 

Frente a la pandemia, Marcos y su equipo de docentes reforzaron el compromiso que venían sosteniendo desde siempre: hacer lo necesario para que la experiencia escolar que ofrecen a sus estudiantes sea diferente de aquella que los llevó a abandonar en el pasado. Sobre estas cuestiones habló en su paso por el ciclo “En primera persona” de Agenda Educativa, una serie de entrevistas en las que docentes y directivos comparten sus aprendizajes durante la pandemia.

“Cuando empezó el aislamiento, solo habíamos tenido una semana de clases con los ingresantes, y un par de días con los estudiantes de 2° y 3°. Primero pensamos: vamos a aprovechar este tiempo para reunirnos y seguir trabajando como equipo la propuesta”, recuerda Marcos.

 

A medida que pasaba el tiempo y la cuarentena se extendía, las estrategias reconfiguraban: “Empezamos haciendo un trabajo por materias, que después pasó a ser un trabajo por áreas: Sociales, Naturales, Lenguas y Nuevas Tecnologías, una por día. El viernes lo dedicábamos al encuentro comunitario de toda la escuela”. Marcos destaca que esta modalidad implicó un trabajo en equipo por parte de los docentes, y facilitó una visión más integral del aprendizaje.

 

Empezamos haciendo un trabajo por materias, que después fue un trabajo por áreas: Sociales, Naturales, Lenguas y Nuevas Tecnologías. Los viernes teníamos un encuentro comunitario

 

El contacto con los estudiantes fue clave desde el principio: “Hicimos un acompañamiento por Whatsapp, primero individual, después armamos grupos por curso. Luego sumamos las videollamadas y empezamos a encontrarnos con las dificultades de conexión y la falta de dispositivos”.

 

Las tutorías resultaron un espacio fundamental para el seguimiento de cada estudiante: “Designamos docentes a cargo de cada curso: grupos de cuatro docentes se dedicaban específicamente a un curso. A la vez, cada docente asumió tutorías con grupos pequeños, de unos diez estudiantes, a quienes seguía semanalmente y con quienes fue generando un vínculo más estrecho”.

 

El resultado: a diferencia de lo que pasó en otras escuelas, la matrícula no bajó. “Durante la segunda parte del año, cuando en algunas escuelas empezaba a mermar la participación, nosotros pudimos sostenerla o incluso aumentarla”, subraya Marcos, y agrega que todas las ideas surgieron del trabajo en equipo: “Los docentes fueron sumando ideas, estrategias y miradas. El trabajo comunitario facilita todo: como director, solo acompaño el proceso que está haciendo el equipo docente“.

 

Cada docente asumió tutorías con grupos pequeños, de unos diez estudiantes, a quienes seguía semanalmente y con quienes fue generando un vínculo más estrecho

 

Poner en valor lo aprendido para repensar la escuela a partir de 2021 fue otro eje de trabajo: “Creamos una comisión que se llama ‘Escuela a Futuro’, integrada por docentes, miembros del equipo directivo de la escuela, de Fe y Alegría, y por una egresada. La idea es poder pensar nuestra escuela a futuro a partir de todos los aprendizajes de este año, ver qué es lo que no queremos perder cuando volvamos a la presencialidad”.

 

“Creo que la escuela que viene va a estar enriquecida por esta experiencia“, asegura Marcos. Entre los principales aprendizajes de este año, resalta dos: el valor de la confianza y la importancia del vínculo con los estudiantes. “Creo que este año mostró que, cuando se deposita confianza en las comunidades educativas, de ahí pueden surgir experiencias significativas”, afirma.

 

Con respecto a los vínculos, concluye: “Cuando nos preguntábamos cómo lograr más y mejores aprendizajes, las respuestas siempre tenían que ver con cómo nos vinculábamos con los estudiantes. Como educadores tenemos que poner el foco en el estudiante como persona y en sus habilidades socioemocionales. Los contenidos aparecen como consecuencia del foco en la persona“.

 

 

 

Fuente

https://agendaeducativa.org/marcos-roca-repensar-la-escuela-en-equipo-con-foco-en-los-vinculos/

sábado, diciembre 19, 2020

¿No dejas a nadie atrás? La formación para eliminar la violencia, un fin implícito en la Nueva Escuela Mexicana

 «Las naciones marchan hacia su grandeza al mismo paso que avanza su educación»

Simón Bolivar

 


La violencia en sus múltiples formas se ha manifiestado con mayor ferocidad en tiempos de pandemia; hace 6 meses, cuando en México se iniciaba la lucha contra el COVID y con ella una nueva época denominada la nueva normalidad, las crifras de violencia eran ya alarmantes. La violencia familiar y la violencia de género en todas sus modalidades distintas a la violencia familiar, citados por el observatorio de violencia de género en medios de comunicación según datos del reporte de marzo de 2020 de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en México, incrementaron de 23.4% a un 100.7% respectivamente, es decir de 147 a 295 delitos en marzo de 2020 respecto al mismo mes de 2019 (p.2). Los delitos que se reportan e integran las cifras de violencia en México se encuentran agrupados por el tipo de bien jurídico afectado: la vida y la integridad corporal, la libertad personal, la libertad y la seguridad sexual, el patrimonio, la familia, la sociedad entre otros. En México, según la ONU mujeres (2019), “la violencia doméstica contra la mujer aumentó el 60% durante la pandemia”, no menos alarmantes son los datos que reflejan que 2 de cada 3 mujeres en edades que fluctúan entre los 15 y 18 años, es decir que cursan la Educación Media Superior (EMS), han vivído algún tipo de violencia. Estas cifras de violencia generalizada en México son alarmantes y deben ser atacadas desde diversas instituciones y mecanismos, uno de ellos y el eje central de la grandeza de un pueblo es la Educación.

 

“En el mundo 650 millones de mujeres y niñas se casaron antes de cumplir los 18 años. El matrimonio infantil da lugar a embarazos precoces, aislamiento social, interrumpe la escolarización, limita las oportunidades y aumenta el riesgo de sufrir violencia” (UNICEF,2019, P.54). Las cifras no paran ahí, puesto que la UNICEF ( 2017) documenta que “15 millones de muchachas adolescentes (de entre 15 y 19 años) de todo el mundo han sido obligadas a mantener relaciones sexuales forzadas (coito u otras prácticas sexuales forzadas) en algún momento de sus vidas” (p. 73 y 82). En la inmensa mayoría de los países, el principal riesgo para las adolescentes es verse obligadas a mantener relaciones sexuales. Según los datos recogidos por la UNICEF en 30 países, solamente el 1 por ciento de ellas ha buscado ayuda profesional.

 

En todo el mundo, uno de cada tres estudiantes (de 11 años y de entre 13 y 15 años de edad) sufrió el acoso de compañeras o compañeros en un centro educativo. Niñas y niños tienen igual condición de riesgo de sufrir algún tipo de acoso escolar para ello no hay distinción. Sin embargo, los niños suelen ser víctimas de acoso físico y las niñas de acoso psicológico, de manera particular de ignorarlas o hacer como que no existan, se las excluya o se corran rumores degradantes o burlones sobre ellas. La UNESCO ha documentado que la violencia de género en el “contexto escolar es un importante obstáculo para la escolarización universal y el derecho a la educación de las niñas” (UNESCO, 2019). En la mayoría de los países donde existen datos, menos del 40 por ciento de las mujeres violentadas buscan alzar la voz. Entre las mujeres que lo hacen, la mayoría recurre a su familia o a amistades muy pocas confían en instituciones oficiales (ONU, 2017).

 

La violencia se facilita por la estructura de violencia que existen en México, un país violentado y acostumbrado al grado de que en 2017 ocurrieron 70 asesinatos al día, pasando desapercibida la cifra y el acto, no sólo por la sociedad mexicana sino aún más grave por el gobierno de México en esa época. Según el INEGI (2018) “la violencia de género ha permitido que el 66% de las mujeres haya sufrido un tipo de violencia y que un 44% de ellas haya sido violentada por su propia pareja o esposo” (p.2), tal cómo se pudo atestiguar hace unos días con un senador y su esposa, donde incuso la misma violentada se disculpa y pide perdón.

 

Las mujeres forman parte del más del 51% de la población de México, sin embargo tienen un menor acceso a la educación y el trabajo, según la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 del gobierno de México recien publicada en 2019. En cuanto a educación, el reporte asevera que en México hay una falta de opciones para las mujeres jóvenes, que incluso han alcanzado un nivel educativo más elevado que los hombres y que también existe una separación sexual en el ámbito laboral que restringe oportunidades de desarrollo para las mujeres. Las Naciones Unidas han establecido que los principios de igualdad y no discriminación son parte de las bases del estado de derecho donde “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, palabras famosas de la Declaración Universal de Derechos Humanos que hace 60 años establecieron la premisa básica del derecho internacional.

¿Cómo reconocernos humanos?, ¿Cómo construimos una sociedad libre de violencia?, ¿Cómo hacer suyos los propósitos educativos desde la percepción humanista?, ¿Cómo contribuir en la construcción de una escuela que parta de la perspectiva de los derechos humanos, que esté concebida desde una estructura abierta que integre a la comunidad y que espera ofrecer “una educación humanista, inclusiva, con perspectiva de género, intercultural, científica y de excelencia”?

 

El reto de una educación para la paz es justo el verla como una exigencia no solo de la EMS sino también de todos los niveles de educación, entiéndase desde el nivel básico hasta el de posgrado. Develar el derecho formal de la paz implica hacerlo en la vida diaria un derecho real. “La educación para la paz lleva implícitos otros valores como: justicia, democracia, solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación, autonomía, racionalidad, amor a la verdad.)” ( Vídanez, 2007, introducción).

 

En México, a partir de la Reforma educativa de 2018 el Sistema Educativo Nacional debe garantizar el derecho a la educación de todo ciudadano Mexicano, se dió lugar a un nuevo enfoque educativo que se da desde los “derechos humanos y de la igualdad sustantiva, de incidir en la cultura educativa mediante la corresponsabilidad y el impulso de transformaciones sociales dentro de la escuela y en la comunidad”. Se establecieron nuevas líneas de política pública para la EMS, mismas que se formularon con el propósito de lograr que los jóvenes accedan, permanezcan en la escuela y egresen con los aprendizajes establecidos, esto conlleva que que aprendan a aprender, que los aprendizajes perduren y que se conviertan en jóvenes con valores individuales y sociales para la paz; para su logro se requiere de maestras y maestros, directivos y supervisores que estén dispuestos a transformarse.

 

La historia de la educación en el mundo ha permitido aseverar que los países con mejores sistemas educativos le han apostado a asegurar una delicada, rigurosa, gratuita y obligatoria formación de sus docentes, directivos y personal administrativo y de apoyo desde la perspectiva de los derechos humanos y bien común, lo que ahora constituye el gran reto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM). “La perspectiva de los Derechos Humanos se plantea desde la concepción holística del entorno, el contexto familiar, la comunidad y de las personas”(Naciones Unidas, 2006, p.2). En países con cambios en sus modelos educativos con resultados sobresalientes, se ha documentado principalmente a Finlandia, donde la formación de sus docentes es exigible desde el acceso al quehacer como una de sus claves de éxito, así como la obligatoriedad de tesis como proyecto final de investigación para la titulación de licenciatura y cursar estudios pedagógicos de más de 1400 horas, lo que hace de Finlandia un país con un sistema muy exigente de formación. Suecia es otro de los países que destaca por su calidad educativa, “centrando su sistema educativo en dos ejes rectores: el aprendizaje permanente y la valorización de los docentes” ( Instituto Sueco, 2013) esto por mencionar sistemas educativos que a lo largo de la historia nos permiten contar con un referente de éxito.

 

La EMS en México, nivel educativo con las mayores cifras de deserción según la encuesta nacional de deserción donde la violencia en sus diferentes manifestaciones es el factor más prevaleciente por las que un jóven deja la escuela. Según datos de la Tercera Encuesta Nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas de EMS el 72% de los hombres y un 65% de las mujeres que estudian la media superior reportan haber haber sido victimas de algún tipo de agresión o violencia, ya sea física o verbal de parte de sus compañeros de escuela (2014,p.3).

Situándonos en el contexto de México, ¿Qué elementos dedemos integrar en la escuela para contribuir en la desaparición de las diversas formas de violencia, la violencia de género acrecentada en México no sólo en época de pandemia mundial? ¿Qué está haciendo la EMS para contribuir en la construcción de una sociedad libre de violencia para cumplir con el propósito central de la NEM? ¿Estamos en los centros educativos haciendo realidad una educación para la paz que no esté nada más acentada en la Reforma constitucional?. Estas y muchas otras preguntas deberían de ser temas centrales a abordar en las escuelas, sin embargo a pesar de la reforma costitucional y de la NEM aún tenemos graves deficiencias para afrontarla, ya que todos estamos inmersos en una cultura que ha concebido como natural la violencia, donde la sana convivencia desfallece y la educación para la ciudadanía y los valores en general se han quedado por el momento en estatus de buenas intenciones, sin concretarse en disposiciones educativas legales realmente implementadas al menos para EMS.

 

El gran reto para la Educación en México en la NEM, es la construcción como sociedad que perciba a la educación como transformador de la realidad del país, donde la formación, no sólo directiva, logre impactar en una educación humanista, inclusiva con perspectiva de género, intercultural, científica y de excelencia (NEM, 2019, p.3) que incida en la disminución y erradicación de la violencia, que ofrezca la oportunidad para que las jóvenes de México logren y ejerzan su derecho a la educación y trato digno e igualitario.

 

Necesitamos transformar paradigmas que se logren a través de la formación del personal de las instituciones escolares, garantizar las mismas oportunidades de aprendizaje a todas y todos los mexicanos, garantizar esas condiciones de excelencia en el servicio será posible si consideramos la revalorización y la formación docente, directiva, de personal de apoyo y de supervisión de forma holística y obligatoria desde la perspectiva de los derechos humanos, para que sea desde ahí la transformación de nuestros jóvenes educandos.

 

Proponemos el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad a través de una Educación para la paz desde la formación en la NEM, la apremiante formación de docentes, directivos y personal de apoyo en la EMS centrada en la formación desde la perspectiva de derechos humanos, en la formación para la función directiva que exiga horas mínimas por ciclo escolar tanto al aspirante a un cargo directivo como a los directivos en funciones, en la formación para la paz, en la formación en la NEM, la obligación de cursar un programa de maestría ofrecido desde y para el personal directivo (todo el personal), formación centrada en la investigación; formación para la certificación docente y directiva, formación directiva acorde al contexto de la región donde se ejerce la función, formación planteada en la construcción del bien común, no desde el maestro, no desde el director, no desde el supervisor, no de arriba hacia abajo, sino en la construcción del nosotros como un sistema educativo basado en el respeto a los derechos humanos.Tan relevante como la formación del personal en las instituciones educativas es la integración y colaboración del equipo humano e infraestructura para diagnósticar, atender y dar seguimiento a las y los jóvenes y sus familias que requieran acompañamiento y la emergente contratación de personal especializado como psicólogos, trabajadores sociales, orientadores que propicie esos espacios que la EMS debe de garantizar para detener la deserción y la violencia en todas sus manifestaciones que con los programas existentes no han sido atendidos y disminuidos.

 

La NEM, es una oportunidad para incidir en la cultura del pueblo mexicano y de cambiar paradigmas en todos los involucrados en el sistema escolar, requiere de docentes con pasión, con vocación, con compromiso, con valores, con formación en perspectiva de género. Contar en las aulas con personal que busque erradicar el machismo hegemónico llamado patriarcado y con la firme convicción de nunca dejar de aprender, sólo así podremos “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos” (ONU, 2016, p.1).

 

 

 

Por Avila Sotomayor Ulises Hermilo; Euán Vázquez Margarita C; Sánchez Ramos Rodolfo A.

 

Fuente

https://www.educacionfutura.org/no-dejas-a-nadie-atras-la-formacion-para-eliminar-la-violencia-un-fin-implicito-en-la-nueva-escuela-mexicana/

jueves, diciembre 17, 2020

Luces y sombras del modelo educativo semipresencial

 La puesta en marcha de la educación semipresencial en Secundaria sirve para bajar la ratio y minimizar el riesgo de contagio, pero tiene sus inconvenientes.

 


La pandemia actual ha llevado a la sociedad a adaptarse a una nueva realidad en los más diversos ámbitos: desde cómo nos relacionamos a cómo trabajamos o estudiamos. Y es que, sin duda, el sector educativo ha sido uno de los que más ha tenido que modificar sus esquemas para garantizar una educación de calidad, sin poner en riesgo la salud y el bienestar de los miembros de la comunidad educativa. 

 

Una de las medidas implantadas en numerosos centros educativos ha sido poner en marcha la modalidad semipresencial desde 3º de ESO en adelante con el claro objetivo de bajar la ratio de las aulas y garantizar la distancia mínima de seguridad. De este modo, las clases se suelen dividir en dos grupos: mientras que unos asisten físicamente al centro escolar, otros lo hacen de forma online desde casa a través de un dispositivo electrónico. 

 

Beneficios: mayor seguridad, autonomía, organización…

Además del lógico beneficio en materia de seguridad sanitaria, este modelo posibilita una atención más personalizada de los alumnos que asisten físicamente al centro por parte de los docentes. El resto de la clase sigue las explicaciones desde sus hogares de forma telemática, algo que, para algunos profesores, tiene beneficios adicionales como la mejora de la capacidad de organización del alumnado. “También se fomenta una mayor autonomía y responsabilidad, ya que tienen que estar más pendientes de sus tareas”, explica Manuel Jesús Fernández Naranjo, profesor de Geografía e Historia de Secundaria en el IES Virgen del Castillo (Sevilla).

 

Por otro lado, los alumnos desarrollan además ciertas habilidades que les serán muy útiles en un futuro, tanto académico como laboral. Por ejemplo, al tener que trabajar desde casa y de forma autónoma, aprenden a buscar y valorar qué información les resulta relevante y a trabajar en equipo con el resto de sus compañeros a través de las herramientas de las que disponen en la Red. En este sentido, algunos expertos creen que con la modalidad semipresencial lo que se consigue es favorecer la colaboración, el debate o la reflexión y la competencia digital de los alumnos. 

 

Para que el modelo semipresencial funcione correctamente es preciso que el centro disponga de una infraestructura tecnológica adecuada y que, lógicamente, el alumnado cuente con los equipos necesarios en sus hogares. Un ejemplo de éxito lo encontramos en el Colegio Base (La Moraleja, Madrid), cuyas aulas están equipadas desde el inicio del curso con cámaras PTC.

 

Estas cámaras de vídeo cuentan con un zoom inteligente y compensan la luz de fondo para una mayor calidad de imagen. Con ellas, es posible impartir clase presencial y online al mismo tiempo: los estudiantes desde sus casas ven al profesor y siguen la presentación que esté proyectando, pudiendo ver tanto lo que se muestra en la pantalla o pizarra física del aula o en la pantalla digital disponible en la plataforma a través de la cual conectan. 

 

Sombras: falta de recursos, mala conexión, cansancio…  

Pero no todos los centros ni familias cuentan con estos recursos. De hecho, en muchos de ellos son los propios estudiantes que asisten físicamente los que se turnan para transmitir con sus smartphones o tabletas las explicaciones del profesor en tiempo real a los compañeros que permanecen en sus domicilios, con los problemas técnicos (calidad de imagen y sonido especialmente) y de concentración que esto provoca: los alumnos que permanecen en casa terminan teniendo numerosos problemas para seguir el funcionamiento habitual de la clase y algunos terminan exhaustos después de varias horas delante de la pantalla. 

 

Además, “debemos conocer que los alumnos no eligen un escenario u otro y que estos no se mantienen fijos, sino que van rotando debido en gran parte a condiciones externas”, recuerda Jorge Calvo, asesor, formador en tecnología educativa, profesor y director de proyectos educativos en European Valley. Del mismo modo, señala que los alumnos pasan de un escenario presencial a otro online “en menos de dos días” y ello implica cambios de ritmo en su aprendizaje, acentuados aún más cuando ese cambio de escenario lo hace un alumno en particular o grupos reducidos de esa aula.

 

Por otro lado, no todos los estudiantes que se quedan en casa disponen siempre de un dispositivo, una conexión fiable a Internet o de un espacio adecuado para el estudio en casa. “No es habitual que cada alumno tenga un dispositivo personal dentro de una familia de varios hermanos y, además, es frecuente que tengan programadas clases telemáticas al mismo tiempo”, explica Elías Gómez, profesor de Lengua Castellana y Literatura y jefe de estudios del IES Enrique Nieto (Melilla). Y a esto hay que añadir las dificultades que surgen a la hora de resolver dudas o atender al alumnado con necesidades educativas especiales. “Se reduce muchísimo la retroalimentación entre el profesor y alumno, y es casi imposible ir solucionando dudas a medida que van surgiendo”, zanja Gómez. 

 

Y es que, a pesar de que algunos profesores citan el fomento de la capacidad de organización de los alumnos como un aspecto positivo del modelo semipresencial, lo cierto es que esa organización puede acabar siendo un reto, y no solo para ellos. El docente se ve obligado a plantear tareas para los que están en el aula y otras para los que están en casa; y, por su parte, el alumno puede acabar recibiendo una ‘lluvia’ de actividades distintas a lo largo de la semana. De hecho, en esta etapa educativa los jóvenes aún están aprendiendo a gestionarse el tiempo para estudiar. “Desde los 11 hasta los 18 años es fundamental la organización temporal de los estudios y tareas, que a una edad tan temprana es muy difícil que los jóvenes puedan lograr por sí solos”, explica Gómez (IES Enrique Nieto).

 

En su centro, todos los docentes cuentan con equipos informáticos con cámara y micrófono y además tienen acceso a la plataforma SED (Sistema Educativo Digital) desde la que se puede establecer conexión con el alumnado, subir trabajos o tareas y compartir un calendario de organización. Sin embargo, todo esto, aunque facilita las clases online, no deja de ser una alternativa a modo de parche. Las clases presenciales siguen siendo la primera opción por varios motivos: “la interacción es menor, se producen fallos técnicos con la conexión y, para el profesor, es difícil estar pendiente de 15 caras en una pantalla y otras 15 en el aula”, zanja Gómez. 

Para Calvo, el aprendizaje híbrido o el escenario mixto “es, sin duda, la situación más complicada a la que se enfrenta un docente en el aula” y esto se debe a que se ve obligado a gestionar estos dos escenarios, lo cual exige de una alta competencia y seguridad digital.

 

¿Y las familias qué opinan del modelo educativo semipresencial? 

La implantación de este modelo ha derivado en numerosas quejas por parte de las familias. Como explica Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA): “El modelo semipresencial está creando muchas desigualdades entre el alumnado de diferentes comunidades autónomas”. 

Esta brecha digital va más allá del equipamiento: algunas familias no cuentan con los conocimientos tecnológicos básicos para poder acompañar y ayudar a los jóvenes en su formación online o a distancia. “Hay alumnos que lo están pasando regular, ya que no todo es un ordenador, y familias que no tienen los conocimientos suficientes para acompañar a sus hijos en ese aprendizaje desde casa”, añade. 

 

Además, la sensación general es que sus hijos no están recibiendo una verdadera atención educativa. Tanto es así que, en Madrid, la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado Francisco Giner de los Ríos ha trasladado esta queja al Defensor del Pueblo, preocupada especialmente por los estudiantes de FP. Este organismo insiste en que los cursos de Formación Profesional son “el eslabón más débil de la cadena” y creen que con esta medida se está abocando al alumnado a tener una formación “parcial e inadecuada” si no dota de recursos humanos suficientes y se asegura la modalidad presencial. 

 

Por su parte, la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) ha publicado un documento en el que recoge ideas, propuestas y prioridades para mejorar este sistema híbrido. Según los estudiantes, es prioritario realizar los esfuerzos necesarios para que la enseñanza sea presencial o evitar al máximo las clases online así como garantizar que todos los estudiantes tengan las mismas oportunidades y acceso a los dispositivos y herramientas necesarias para las clases telemáticas. 

 

 

 

Fuente

Por Jennifer Tejada

https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/luces-sombras-modelo-educativo-semipresencial/

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Facebook

Busca en mis blogs