La Calidad Educativa está en función de las necesidades de una comunidad. La Educación Sentimental puede ser una respuesta, pero ¿Qué condiciones organizativas hacen falta?¿Cómo debe ser la dirección del establecimiento? ¿Qué otros aspectos podemos considerar?
Para que la educación sentimental (incluyo en ella la
sexualidad) pueda realizarse en las escuelas de una forma sistemática,
progresiva y colegiada es preciso que se cumplan unas exigencias que la hagan posible.
No todas son del mismo tipo ni tienen la misma importancia,
pero todas ellas contribuyen, a corto o largo plazo, a transformar una
situación excesivamente academicista, homogeneizadora y autoritaria.
No basta el saber y el querer. Es necesario poder hacer las
cosas que se deben hacer. La forma de organizarse es uno de los elementos
imprescindibles para facilitar la acción inteligente. La autonomía de la
escuela, la flexibilidad, la adaptabilidad, la rapidez en dar respuestas ...
son exigencias que hacen posible un proyecto rico y atractivo.
Las condiciones
organizativas
Para que haya una buena comunicación hace falta tener una
actitud abierta pero hacen falta también estructuras que hagan posible el
encuentro, la participación, la comunicación.
La forma de organizar el tiempo, el espacio, las normas, las
actividades pueden favorecer o dificultar la manifestación emocional. Los
ejemplos podrían multiplicarse hasta el infinito: los espacios permiten
trabajar de forma compartida, hay tiempos destinados a la participación, hay
actividades que de se desarrollan cooperativamente...
Hay que disponer de medios, de tiempos, de espacios y, sobre
todo, del personal especializado necesario para que desarrolle eficazmente el
proyecto de escuela.
Los llamados Centros TIC (Tecnologías de la Información y de
la Comunicación) son un ejemplo de cómo las organización se transforman. La
comunicación entre los alumnos, en los Centros de este tipo, se modifica
sustancialmente. Por ejemplo, en un aula tradicional se exigía a los alumnos
que no hablasen con sus compañeros; en un aula informatizada en la que trabajan
dos alumnos en el mismo ordenador, la interacción entre ellos es permanente.
Si se mejora el contexto organizativo de las escuelas se
habrá ganado mucho para hacer viable el cambio. Contextos depauperados social,
psicológica, organizativa e, incluso, arquitectónicamente hacen difícil una
modificación de las actitudes y una transformación de la práctica. Hay
ambientes y estructuras que dificultan el cambio. La influencia de las
estructuras en las conductas, actitudes individuales es muy importante. Las
estructuras de espacio y tiempo, por ejemplo, tienen repercusiones tan
interesantes como complejas en el desarrollo de las interacciones.
El tamaño de los
Centros
Es necesario estudiar cómo influye el tamaño de los Centros
en el establecimiento de relaciones interpersonales enriquecedoras. Yo mismo
puede comprobar, al dirigir una institución educativa, cómo se modificaba el
clima entre los integrantes de la comunidad con el aumento anual de la
matrícula: 700, 1200, 1500, 1700 alumnos/as en cuatro años sucesivos. La
fluidez de las dinámicas, la flexibilidad de las estructuras, el mutuo
conocimiento... variaron de forma sustantiva.
La masificación de los alumnos hace difícil la relación
personal, la atención ala diversidad y la adecuación a las características,
demandas y exigencias de cada alumno/a. Los Centros de gran tamaño y las aulas
masificadas dificultan la comunicación eficaz.
Favorecer la investigación
Favorecer y facilitar la investigación de los profesionales
sobre sus modos de relacionarse, pondría en camino de la comprensión y de la mejora. Para ello
necesitan tiempo, medios, facilitadores externos ...
El núcleo de la investigación, según proponemos, no es sólo
la dimensión cognitiva. Ha de situarse también en el dimensión emocional: en el
tipo de relaciones que se establece, en la importancia de los afectos para
aprendizaje, en la naturaleza emocional de algunos conflictos...
Desarrollar la
participación
Deben participar en las tareas de cambio los profesores, los
alumnos y los padres de manera simultánea o coherente. No es fácil que se
produzcan innovaciones sustanciales a través de la actuación de uno sólo de los
estamentos. Es necesario liberar la voz de los participantes para poder
comprender los significados de la acción y de la comunicación.
La iniciativa más fructífera es la que parte de abajo hacia
arriba, es decir, la que surge en el seno de la comunidad considerada como un
todo y se pone en marcha dentro de ella.
El desarrollo organizativo entendido desde una perspectiva
democrática avivará el diálogo, facilitará la comprensión y hará posible la
mejora de las relaciones en la escuela.
El impulso de una
dirección sensible
La dinamización de la escuela a través de equipos directivos
que se conviertan en impulsores, coordinadores y facilitadores de los procesos
de mejora es un mecanismo de cambio importante del que todavía estamos muy
alejados. Entiéndase que esta sugerencia no supone que la cultura de la
organización pueda ser gestionada desde arriba, sino impulsada en su desarrollo.
Extraído de
Arqueología de los sentimientos en la Organización Escolar
Miguel Ángel SANTOS GUERRA
Universidad de Málaga