martes, julio 07, 2015

¿Qué es la Competitividad?

En nuestro blog consideramos que “Calidad Educativa” es un concepto complejo, que no puede reducirse a una serie de números. Un componente fundamental de la misma es la de responder a la necesidad de “Aprender a convivir”, lo que nos lleva a preguntarnos si esto se logra compitiendo o colaborando. En los siguientes párrafos, el autor hace referencia al intento de naturalización de la competencia.


La libre competencia es uno de los argumentos falaces divulgados por el capitalismo. Está tan imbuido en la conciencia social que hasta los mismos representantes de la izquierda tradicional europea lo aceptan.

El imperativo categórico de esta organización social es que la economía debe ser competitiva, que para tener éxito en la vida hay que competir, ser competitivos. Sin embargo, la biología evolucionista nos dice que la humanidad surgió de la cooperación y la solidaridad. La competencia, la lucha por el territorio y el alimento es la ley de la selva, la animalidad. Los homínidos se fueron desprendiendo de su animalidad y convirtiéndose en seres humanos a medida que fueron cooperando solidariamente en la conquista de su medio.

Defender y practicar la competitividad equivale a proclamar la ley de la selva como principio rector de nuestro comportamiento, a destacar la animalidad frente a la humanidad. El capitalismo niega así la verdadera naturaleza del ser humano, su índole solidaria y cooperante. El capitalismo es pues, la negación humana, la inhumanidad. Carlos Marx, quien dedicó su vida al estudio del capitalismo, escribió, hace ya más de 150 años, esto sobre la competencia:
La competencia aísla a los individuos, no sólo a los burgueses, sino más aún a los proletarios, enfrentándolos a unos con otros, a pesar de que los aglutine. De aquí que tenga que pasar largo tiempo antes de que estos individuos puedan agruparse, aparte de que para esta agrupación —si ésta no ha de ser puramente local— tiene que empezar por ofrecer la gran industria los medios necesarios, las grandes ciudades industriales y los medios de comunicación rápidos y baratos,, razón por la cual sólo es posible vencer tras largas luchas a cualquier poder organizado que se enfrente a estos individuos aislados y que viven en condiciones que reproducen diariamente su asilamiento. Pedir lo contrario sería tanto como pedir que la competencia no existiera en esta determinada época histórica o que los individuos se quitaran de la cabeza aquellas relaciones sobre las que, como individuos aislados, no tienen el menos control.



Extraído de
La Intoxicación Lingüística
El uso perverso de la lengua
Vicente Romano

Colección TILDE
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