martes, febrero 24, 2015

Predictores de calidad en los centros educativos


El concepto de calidad en educación es muy complejo, y sujeto a apreciaciones diversas, en esta publicación nos ocuparemos de una parte del problema ¿Qué predictores de la calidad puedo tener en cuenta? ¿Qué aspectos de la realidad educativa me pueden orientar?

En la mayoría de los estudios que se han realizado sobre escuelas eficaces se señala como factores determinantes la existencia de un fuerte liderazgo educativo, un contexto organizado y seguro, la adquisición de destrezas básicas, las expectativas de los alumnos, etc.

Pero es evidente que la eficacia de tales factores esta condicionada por el contexto social y cultural, las estrategias de la institución, la gestión de los recursos materiales, personales y funcionales, la metodología, etc. A efectos de sistematizar los componentes impulsores de la calidad, vamos a señalar los más destacados comenzando por aquellos que están dentro de la propia institución escolar.

La disponibilidad de medios materiales y personales como predictor de calidad
En este apartado se engloban todos aquellos recursos de tipo personal o material que constituyen el patrimonio con el que la institución lleva a cabo su actuación. Incluimos los recursos materiales, el profesorado, personal no docente y alumnos:

Recursos materiales. Aunque no conocemos estudios contrastados de que exista una correlación inequívoca entre los resultados educativos y las condiciones físicas de los centros, no es menos cierto que unas buenas instalaciones y medios mejorará los procesos de enseñanza-aprendizaje y favorecerá las condiciones de trabajo. Dentro de tales recursos hay que contemplar:

o          Edificios e instalaciones:
Acomodación a los usuarios.
Adecuación a las actividades.
Utilización compartida (rentabilización).
Adecuación a los materiales a utilizar

o          Mobiliario
Adecuación a las instalaciones.
Adecuación a los alumnos.
Adecuación a las actividades.

o          Materiales didácticos
Materiales de carácter científico-técnico
Libros
Materiales audiovisuales.
Materiales informáticos
Telemática
Materiales elaborados por profesores y alumnos.
o          Biblioteca
o          Recursos económicos

El profesorado y otro personal docente. Un apoyo fundamental para la potenciación de la calidad educativa radica en los profesores, que son promotores directos de la misma. Entre las variables que influyen como predictores de la calidad educativa podemos señalar: formación inicial, estabilidad y permanencia, nivel formativo, formación continua, actitud (hacia el compromiso y la autodeterminación), salud laboral, experiencia profesional, liderazgo educativo, autosatisfacción profesional, etc.

Personal no docente. Se engloba tanto a los profesionales que ejercen funciones de apoyo educativo (servicio de orientación, logopeda, terapeuta, compensatoria, integración, etc.), médico, psicólogo, asistente social y personal administrativo y de servicios.

Los alumnos. Los alumnos son los que justifican la existencia de un centro educativo. Partiendo de esta premisa hay que tener en cuenta:
o          Ratio profesor/alumno.
o          Perfil de partida (capacidad intelectual, nivel de aspiración, actitud hacia la educación, procedencia sociocultural, etc.)
o          Asistencia escolar.

El diseño de estrategias de la institución, predictor de calidad
Este bloque hace referencia a la concepción básica y a la organización estática de la institución, pero con la perspectiva de dinamizar el centro. Dentro del perfil organizativo hay que tener en cuenta:

El sentido de la misión, es decir, la finalidad o razón de ser de la misma.
La estructura organizativa (órganos unipersonales, órganos colegiados, órganos colegiados próximos).
Principios de funcionamiento.
o          Autonomía institucional.
o          Horizontalidad de las estructuras jerárquicas.
o          Clima relacional.
o          Mejora e innovación continua.

Documentos de planificación.
o          Proyecto educativo.
o          Proyecto curricular
o          Reglamento de Régimen Interior.
o          Programación de aula o materia.

Adecuación al contexto.
o          El contexto educativo en el sentido de funcionamiento del sistema en relación con el:
Aprovechamiento adecuado de recursos humanos.
Empleo de recursos institucionales.
Adecuada gestión de los recursos materiales
Estructura integra l del sistema educativo en relación con el marco normativo, el proceso evolutivo de los alumnos, igualdad            de oportunidades, apoyo a los alumnos con necesidades educativas, atención a la interculturalidad, etc.
Promoción directa de la calidad educativa con acciones como
la investigación, proyectos de innovación, evaluación, etc.

o          El contexto físico-social son determinantes fundamentales           del rendimiento escolar con especial atención al:

Entorno físico.
Ubicación geográfica.
Nivel socioeconómico del contexto.
Recursos para el desarrollo educativo y cultural.

o          El contexto familiar ejerce una gran influencia en el rendimiento escolar y educativo de los alumnos. Del ámbito familiar hay que destacar:

Nivel socio-cultural de la familia.
Nivel socio-económico.
Implicación de los padres en el desarrollo educativo de los hijos.

La gestión de recursos, predictor de calidad
Este punto hace referencia a la utilización de todos los recursos de que dispone el centro. Este apartado comprende aspectos como:

Gestión de recursos materiales en relación con la incidencia que tiene sobre la calidad su utilización. Dentro de este bloque hay que señalar:

o          Edificio e instalaciones.
o          Mobiliario.
o          Materiales didácticos.
o          Biblioteca.
o          Mediateca.
o          Medios económicos.

Optimización de recursos humanos por la gran influencia que tiene en la calidad de un centro. El profesorado es un factor esencial en el desarrollo y funcionamiento de la organización. Aquí habría que fijarse:
o          Principios generales (participación, comunicación, formación permanente, trabajo en equipo, incentivación, dedicación a la tarea, etc.
o          Gestión de personal docente.
o          Gestión de los alumnos (mantenimiento de expectativas elevadas, seguimiento de su progreso, participación, recompensa e incentivación del éxito, etc.
o          Gestión de otros recursos personales: profesores de apoyo, profesionales especialistas, personal de administración y servicios, etc.

Funcionalización de los componentes organizativos en el sentido de que se orienten a la calidad y la reflejen. Como componentes del modelo de organización social cabe señalar:
·            Tendencia permanente a la mejora continua.
·            Cultura institucional propia.
·            Clima interpersonal gratificante sentido de pertenencia a la institución, cohesión interna, sentimiento de solidaridad, sentimiento de seguridad, relaciones fluidas, facilidad en el intercambio de ideas, disponibilidad al consenso, cultivo de la responsabilidad, motivación por el mejoramiento continuo.
·            Continuidad o prevalencia.
·            Investigación innovadora.
·            Apertura a la comunidad.

La metodología educativa, predictor de calidad
Entendemos por metodología educativa la peculiar forma de realización de las funciones y tareas que se orientan a la consecución de objetivos educativos. Dentro del tratamiento metodológico propio de un centro debieran estar presentes principios como:

Previsión de las intervenciones didácticas (planificación con expresión de objetivos, actividades, etc.
Acomodación al nivel de desarrollo de los alumnos.
Adaptación al contexto.
Mantenimiento de un clima positivamente interactivo.
Motivación positiva.
Estímulo a la creativa.
Relaciones con la familia y la comunidad.
Oferta de optativas y actividades extraescolares.
Dedicación a la tarea.
Evaluación frecuente de los alumnos.

El liderazgo educativo, predictor de calidad
En el modelo de calidad total que venimos propugnando para los centros educativos, el liderazgo educativo juega un papel esencial como predictor de calidad. El liderazgo tiene que ser ejercido por el director y el equipo directivo en su ámbito de responsabilidad; pero también son líderes los coordinadores de equipos y los profesores en su aula. En este apartado conviene tener en cuenta el:

Liderazgo del Consejo Escolar.
Liderazgo del equipo directivo.
Liderazgo del director del centro (afectivo, visionario, profesional, cultural, formativo...).
Liderazgo del tutor y del profesor:
o          Diseñar de proyectos formativos.
o          Promover clima de seguridad incentivadora.
o          Sugerir materiales didácticos.
o          Proveer tecnología educativa.
o          Seleccionar experiencias formativas.
o          Orientar los procesos de formación.
o          Evaluar el proceso formativo.




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lunes, febrero 16, 2015

Educación significa “educación para la ciudadanía democrática”



En esta publicación, la autora sintetiza sus argumentos sobre el sentido que le da al término “Educación”, considerada esta como un aporte a la construcción de una ciudadanía democrática ¿Cuáles son las diferencias que plantea con respecto a la construcción hegemónica?

A partir de los planteamientos de Martha Nussbaum y de Boaventura de Sausa Santos, he derivado una serie de aserciones con el fin de contribuir a la reflexión sobre el sentido de la democracia, los fines de la educación y la urdimbre de relaciones entre educación y democracia, en un mundo globalizado y bajo la presión de las políticas neoliberales. Más que conclusiones, son puntos de llegada (o de partida) para alentarnos a tomar parte activa en la solución de una crisis que nos involucra a todos, que requiere de nuestro concurso en los distintos escenarios donde se construye día a día una educación que no puede serlo sino desde el horizonte del fortalecimiento de nuestras democracias.

1. La democracia no está dada por siempre y para siempre. La democracia es un legado que se construye y se fortalece permanentemente. Uno de sus mayores riesgos es que en el horizonte de las libertades individuales se pierda de vista la justicia social, la igualdad de derechos y la autonomía de pensamiento, como garantes de las relaciones democráticas.

2. El problema de la democracia —de su fortalecimiento y permanencia—, no se cifra en las fronteras de lo nacional. Nussbaum y Santos coinciden al señalar la necesidad de no restringir nuestra mirada a lo local-nacional, sino de abrirnos al mundo; pero en un sentido distinto al propuesto por la globalización neoliberal, de tal manera que la reciprocidad, el respeto y el interés genuino por los otros tengan cabida.

3. El proceso que desencadenó la crisis de la universidad como bien público descrita por Santos, es consecuencia del predominio del paradigma hegemónico de desarrollo y del modelo de educación para el crecimiento económico que está minando la democracia y la educación para la ciudadanía.

4. El modelo de educación para el crecimiento económico es antagónico frente a los valores y metas de la democracia.

5. La democracia le cuesta (y por tanto le resta) a la rentabilidad y a la competitividad. El trabajo con grupos pequeños y las metodologías personalizadas, la implementación de mecanismos cualitativos de evaluación donde la retroalimentación constituye un componente básico, la realización de proyectos cooperativos que involucren expresiones artísticas, la generación de espacios para la discusión y el debate razonado, la ampliación del acceso a la universidad por la vía de las becas y no por el de los préstamos, la promoción de redes de cooperación de instituciones públicas a nivel global y local, la asignación razonable de funciones para los profesores donde prime lo académico sobre lo administrativo, la financiación de proyectos de investigación y de extensión por fuera de los criterios del impacto y la rentabilidad, entre otras acciones; significan sacrificar la ganancia monetaria en aras de los réditos para el fortalecimiento de la democracia de las naciones en el concierto para una globalización alternativa o contrahegemónica.

6. El afán de las naciones por el crecimiento económico hace que nos desinteresemos del rumbo que está tomando la educación y como consecuencia de ello del porvenir de las sociedades democráticas.

7. Los ciudadanos deben conocer las implicaciones del modelo de desarrollo hegemónico en su país. Una auténtica democracia no es compatible con un modelo orientado al crecimiento económico, la competitividad y la rentabilidad.

8. No podemos esperar la participación activa y deliberante de los estudiantes en la actual crisis si no les garantizamos una formación como ciudadanos en una sociedad democrática. Su mirada estrecha sobre la democracia (que se reduce al tema de sufragar o no) es el espejo en el que vemos reflejados nuestros logros en esta materia.

9. Sólo ciudadanos en el ejercicio de sus derechos están en capacidad de defender la universidad como bien público e incidir en sus transformaciones. Estos ciudadanos deben ser formados en la escuela (a lo largo de todos los niveles), en el marco de una educación para la ciudadanía democrática.

10. La políticas neoliberales se ocultan bajo el paradigma de una falsa democracia
—o democracia fetiche—, que pretende reducir las libertades al libre mercado.

11. Parásita de la democracia, la educación para la rentabilidad quiere reducir cada vez más los espacios de igualdad y oportunidades y trastocar los valores que caracterizan una sociedad democrática para que el capital económico prime como interés fundamental y defina las políticas de acción en el sector de la educación a través de la configuración de un capital cognitivo.

12. El modelo de educación para la rentabilidad —que forma parte del modelo de organización social de la competitividad—, encontró en la sociedad democrática un escenario de   desarrollo que implica — necesariamente— ir minándola poco a poco. Corresponde a quienes no compartimos los ideales y valores de ese modelo, aprovechar lo que queda de democracia para fortalecer los principios de una educación para la ciudadanía democrática.

13. Democracia y artes-humanidades se precisan mutuamente.

14. La educación humanística permite educar desde el reconocimiento de la diferencia, el respeto y la comprensión; asume las relaciones humanas como parte de un entramado complejo en el que se conjugan pensamiento y emoción; reconoce el valor de la pluralidad al interior de la sociedad y permite evaluar la toma de decisiones considerando el modo en que éstas afectan a las otras personas.

15. Aunque los cambios que está teniendo la educación no han sido el resultado de una decisión consciente, ni hemos analizado suficientemente sus implicaciones; tales transformaciones están limitando nuestro futuro.

16. Uno de los problemas más graves de la crisis de la educación para la ciudadanía democrática es que, como sociedad, hemos interiorizado una serie de valores de los que en realidad no somos conscientes. En una suerte de círculo que se cierra sobre sí mismo, la educación produce mentes dóciles que no cuestionan los cambios; cambios que sólo se podrían revertir si existieran ciudadanos con capacidades como las que describe Martha Nussbaum en su libro.

17. No existe una oposición entre ciencias y humanidades. Una práctica idónea de las llamadas ciencias exactas y de las ciencias sociales debería estar impregnada del «espíritu de las humanidades (…) que aparece con la búsqueda del pensamiento crítico y los desafíos de la imaginación, así como con la comprensión empática de una variedad de experiencias humanas y de la complejidad que caracteriza a nuestro mundo» (Nussbaum).
 
18. La promoción de los valores socráticos, la formación de ciudadanos del mundo y la capacidad de situarse en el lugar del otro a través de la educación            humanística implican necesariamente que se trabaje con miras a una apropiación significativa de la cultura escrita por parte de los estudiantes en formación. Sin ser el único camino posible, la lectura y la escritura de textos de distintos géneros y modalidades constituyen espacios potencialmente ricos para el desarrollo de las habilidades requeridas para el ejercicio de la ciudadanía democrática. Esta apropiación de los conocimientos procedimentales de la cultura escrita (lectura desde la perspectiva de la organización del texto, activación de los conocimientos previos para leer, identificación de distintos enunciadores presentes en un texto y sus correspondientes puntos de vista, confrontación de posturas distintas ante asuntos que requieren ser debatidos, formulación de argumentos autónomos y debidamente estructurados, etc.), forma parte de la educación humanística que debemos fortalecer en contra de la tendencia dominante, producto de la primacía del modelo de educación para el crecimiento económico.

19. La educación debe ser educación para la ciudadanía democrática. Nuestra apuesta: aprovechar lo que queda de democracia en nuestras sociedades para salvar la democracia.




Extraído de:
Educación significa “educación para la ciudadanía democrática”1
Giovanna Carvajal Barrios
Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle. Comunicadora Social y Licenciada en Música, Magíster en Comunicación y Diseño Cultural. Actualmente realiza el doctorado en Ciencias de la Educación de Rudecolombia-Universidad Tecnológica de Pereira.

lunes, febrero 09, 2015

Pedagogía socrática: la importancia del autoexamen y la argumentación


¿Qué “Calidad Educativa” necesita nuestra sociedad? ¿Es posible imaginarla con personas que son objeto de diversas manipulaciones? ¿Qué rol debe cumplir el pensamiento crítico, la “capacidad de razonar”?

La capacidad de argumentación —valorada enormemente dentro del pensamiento socrático—, es uno de los pilares sobre los que se construye la democracia. Desafortunadamente, en un mundo orientado a maximizar el crecimiento económico, este ideal socrático se ve en serias dificultades. En primer lugar, porque se considera que la capacidad de pensar y argumentar autónomamente es algo de lo que se puede prescindir, y en segundo lugar, porque la tendencia a la estandarización de la evaluación impide apreciar el desarrollo de esta capacidad socrática.

El autoexamen —aunado a la capacidad de razonar—, permite a las personas tener claridad en sus objetivos e independencia de criterio (no ser un sujeto fácilmente influenciable y manipulable), e invita a respetar el criterio de los otros. La capacidad de autoexamen, de discernimiento y de argumentación, forman parte de la cultura política en las sociedades democráticas, en cuyo contexto juegan un papel fundamental la cultura del disenso individual y la cultura de la responsabilidad, ante las ideas y los actos propios. Esto es aún más significativo en aquellas sociedades —como la colombiana—, donde hay diversidad de etnias, religiones, tendencias ideológicas y tradiciones, en general.

Para la autora, el pensamiento socrático debe abordarse desde edades tempranas, reflejarse tanto en los contenidos curriculares como en las metodologías pedagógicas y sistemas de evaluación, sin dejar de lado que se requiere su presencia en el ethos de la institución misma.

La defensa que hace Nussbaum de la presencia del pensamiento socrático en la educación se basa, en gran medida, en los aportes de John Dewey y Rabindranath Tagore. El primero de ellos, defiende el pensamiento socrático por considerar que los métodos educativos convencionales generan pasividad en los alumnos, lo cual es «fatal para la democracia, ya que ésta no puede sobrevivir si sus ciudadanos no son seres activos en estado de alerta». Por ello, Dewey invitaba constantemente a: (a) transformar el aula en un «espacio del universo real» donde se debatan problemas de la vida misma y se logre que los alumnos sean personas activas, desarrollen sus capacidades intelectuales, asuman posturas frente a problemas de la vida real e interactúen con los demás; (b) fomentar actividades cooperativas que permitan el aprendizaje de la ciudadanía a partir de la realización de proyectos en común con un espíritu a la vez crítico y respetuoso, y que además estimulen la valoración de las labores manuales y los oficios. En resumen, en esta propuesta los niños y las niñas no asumen una actitud de receptores pasivos «sino que aprenden mediante su propia actividad (social)».

La propuesta pedagógica de Tagore, por su parte, se caracterizó por: el cultivo de la capacidad de comprensión y de integración para el avance de la humanidad mediante una educación que coloque el acento en el aprendizaje global y la autocrítica propuesta por Sócrates; conceder importancia central a las artes para el desarrollo pleno de la personalidad; rechazar las «tradiciones inertes y restrictivas que impedían a los hombres y mujeres desarrollar todo su potencial humano»; defender las libertades individuales; fomentar la capacidad de pensar por sí mismo y de participar en las decisiones culturales y políticas; mostrar sensibilidad ante la carga desigual que suponían las tradiciones para las mujeres; defender la atribución de poder social a las mujeres. En cuanto a la implementación de estos principios, la escuela de Tagore se distinguió por la realización de clases al aire libre, un programa curricular totalmente atravesado por las artes y las disciplinas humanísticas, la preeminencia de la mayéutica socrática y la incorporación de la dramatización como método para fomentar el pensamiento socrático.

Infortunadamente, según el diagnóstico presentado por Martha Nussbaum, el ideal socrático está muy cerca de desaparecer: las naciones democráticas de distintas partes del mundo le están restando valor e importancia a aquellas «aptitudes y capacidades indispensables para conservar la vitalidad, el respeto y la responsabilidad necesarios en toda democracia», pero que resultan antagónicos al modelo de desarrollo que pone énfasis en la rentabilidad.

Para la autora, es necesario que el pensamiento crítico se incorpore a la metodología pedagógica de las distintas asignaturas; lo cual implica, entre otros, enseñar a los estudiantes a recabar información de diferentes fuentes, evaluar la validez y pertinencia de los datos obtenidos, elaborar trabajos escritos con argumentos fundamentados y contrastar tales argumentos con los que se presentan en otros textos. Sumergirse de manera activa en el pensamiento socrático exige el dominio de las estructuras argumentativas, aplicando dicha experticia en debates al interior de las clases y en la redacción de escritos que han de ser evaluados cualitativamente por los profesores. En este punto, yo agregaría lo siguiente: estas actividades que permiten desarrollar en los estudiantes el ejercicio de la ciudadanía y la interacción política respetuosa, van de la mano con la promoción de un alto grado de adscripción a la cultura escrita, a sus distintos cánones y a los conocimientos procedimentales que le son propios.

Todo ello, señala Nussbaum, requiere que se trabaje con grupos pequeños, para permitir la interacción entre estudiantes y profesores, la evaluación cualitativa de las interacciones en el aula y de los escritos de los estudiantes, con comentarios que retroalimenten la capacidad de argumentación crítica.




Extraído de:
Educación significa “educación para la ciudadanía democrática”
Giovanna Carvajal Barrios
Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle. Comunicadora Social y Licenciada en Música, Magíster en Comunicación y Diseño Cultural. Actualmente realiza el doctorado en Ciencias de la Educación de Rudecolombia-Universidad Tecnológica de Pereira.

lunes, febrero 02, 2015

Calidad Educativa para el Modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico


¿Cuál es la imagen de “Calidad Educativa” que tiene la escuela orientada hacia el crecimiento económico? ¿Es compatible con la búsqueda de una convivencia social democrática? 

Según el modelo de desarrollo dominante en el mundo, la meta de toda nación debería ser el crecimiento económico, sin importar otros aspectos, como: la distribución de la riqueza, la igualdad social, las condiciones necesarias para la estabilidad democrática, la calidad de las relaciones de género y raza, u otros aspectos de la calidad de vida no vinculados con el crecimiento económico.

Contrario a lo que argumentan los defensores de dicho modelo dominante, los avances en sectores como la educación y la salud guardan muy poca correlación con el crecimiento económico. Igual sucede con la libertad política, que no necesariamente está garantizada por los indicadores de crecimiento de la economía. Así lo indica Nussbaum, cuando sostiene que, «producir crecimiento económico no equivale a producir democracia, ni a generar una población sana, comprometida y formada que disponga de oportunidades para una buena calidad de vida en todas las clases sociales». Para Nussbaum, el crecimiento económico goza de gran aceptación en los últimos tiempos, pues « la tendencia apunta a confiar cada vez más en el “viejo paradigma”, en lugar de buscar una descripción más compleja de lo que debería tratar de lograr cada sociedad para sus integrantes.

Educación para el crecimiento económico
A este modelo de desarrollo con miras al crecimiento y la rentabilidad, corresponde un modelo de educación para el crecimiento económico, centrado en los procesos de alfabetización y en las competencias en matemática, informática y tecnología. Los valores que sustentan este modelo son: la estandarización, el impacto (económico), la rentabilidad, la competitividad, la eficacia, la indiferencia ante la igualdad de acceso a la educación, el desprecio y el temor hacia las humanidades y las artes.

La educación para el crecimiento económico promueve una cierta familiaridad con la historia y los datos económicos, pero sólo por parte de quienes accederán a niveles más avanzados de la educación —una élite—. Sin embargo, para Nussbaum, se trata de una aproximación que no estimula, ningún tipo de pensamiento crítico serio sobre cuestiones de clase, de raza y de género, sobre los supuestos beneficios de las inversiones extranjeras para los sectores pobres de la población rural ni sobre la supervivencia de la democracia cuando existe una profunda desigualdad de oportunidades básicas.

El pensamiento crítico no constituye un componente importante de la educación para el crecimiento económico. Por el contrario, es desalentado, pues representa un peligro para los objetivos de tener trabajadores obedientes con capacidad técnica que lleven a la práctica los planes de las élites orientados a las inversiones extranjeras y al desarrollo tecnológico.

La historia enseñada por la educación para el crecimiento económico concede importancia a las ambiciones nacionales (específicamente la de la riqueza), en detrimento de cuestiones relacionadas con la pobreza y las responsabilidades globales. Una historia que ponga en evidencia las injusticias sociales de clase, casta, género, etnia o religión, generaría un pensamiento crítico sobre el presente, algo que no conviene a los intereses del modelo de desarrollo dominante. La educación para el crecimiento económico presenta la pobreza y las privaciones sin precisión de lugar. La búsqueda irrestricta del crecimiento no conlleva a «una reflexión sensible sobre las desigualdades sociales o distributivas (…) [pues] cuando la pobreza adquiere un rostro humano, surgen dudas y vacilaciones sobre la búsqueda del crecimiento» (Nussbaum).

Como puede verse, las metas del modelo de educación para el crecimiento y del modelo de desarrollo que lo sustenta, lesionan los principios y metas de la democracia y constituyen la antítesis de un modelo de educación orientado al fortalecimiento de la ciudadanía.



Extraído de:
Educación significa “educación para la ciudadanía democrática”1
Giovanna Carvajal Barrios
Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle. Comunicadora Social y Licenciada en Música, Magíster en Comunicación y Diseño Cultural. Actualmente realiza el doctorado en Ciencias de la Educación de Rudecolombia-Universidad Tecnológica de Pereira.

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