domingo, noviembre 21, 2010

Metas 2021 Acceso y permanencia en una Educación de calidad



Este documento presenta el proyecto “Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los bicentenarios”, formulado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) junto con la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Educación. Se trata de una iniciativa que aspira a impulsar la educación como fuerza transformadora en sociedades jaqueadas por la pobreza y la desigualdad, a las que se suma ahora la incertidumbre económica y financiera. Para ello, la OEI busca promover un debate entre los diversos actores implicados en la mejora de la educación de los países iberoamericanos, a fin de que contribuyan a identificar los objetivos deseados y los medios más adecuados para alcanzarlos.

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ACCESO Y PERMANENCIA EN UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD. LA IMPORTANCIA DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS. LA LECTURA
La propuesta inicial
La preocupación por la calidad de la educación ha ido surgiendo de manera paulatina cada vez con más fuerza en los discursos políticos, y en forma paralela al desarrollo de la meta de una educación para todos, comúnmente fijada por los países de la región iberoamericana. Extender la escolarización obligatoria, mejorar el acceso y conseguir la permanencia de los alumnos en el sistema educativo, han sido las metas más perseguidas por la mayoría de los países, y son posiblemente los objetivos más ambiciosos que el proyecto Metas Educativas 2021 se plantea. Concretamente, se establece como meta lograr doce años de educación formal para todos los alumnos. Además de ser un fin en sí mismo, puede considerarse el medio para lograr el desarrollo económico, social y cultural de la región. Si bien es cierto que en los últimos años son notables los esfuerzos realizados en esta dirección, aún distan mucho de ser suficientes. Tal y como se muestra en los datos aportados en el documento inicial de Metas 2021, se han producido, en las últimas décadas, mejoras en la gestión económica, en la lucha contra la pobreza y en la atención a las políticas sociales y el acceso a la educación. Concretamente, en el año 2003 más del 90% de los niños y niñas de la región ya cursaban la educación primaria, y cerca del 70% la secundaria, si bien las tasas de permanencia y de logro final eran más reducidas. Estos progresos, aunque significativos, son aún insuficientes en lo que se refiere al objetivo de lograr que todos los niños y niñas estén en la escuela durante doce años. Sin embargo, en la actualidad se continúa insistiendo desde las diferentes esferas políticas en trabajar por una educación para todos, en la búsqueda de una igualdad educativa que evite cualquier situación de exclusión, al mismo tiempo que ha ido tomando mayor relevancia la preocupación por la mejora de la calidad de la enseñanza.

El objetivo de extender la escolarización y mejorar su calidad supone enfrentarse a nuevos retos y desafíos que deben tener su reflejo en los programas políticos. Es necesario destacar la situación de las escuelas públicas frente a las privadas. Como pone de manifiesto el documento Metas 2021, el aumento de la escolarización en todos los países, sin que se produjera un incremento similar en el gasto público y en la gestión eficiente de los recursos destinados a la educación, ha conducido a un deterioro de la escuela pública y a un dualismo entre los sistemas educativos que refleja, y en cierta manera tiende a mantener, las diferencias sociales: una escuela pública gratuita y mayoritaria a la que acceden los alumnos de los sectores populares que, o bien no tienen una escuela privada cercana, o bien no pueden pagarla, y una escuela privada minoritaria, en la que se escolarizan principalmente los alumnos de clase media-alta de la población. De igual forma, otro de los graves problemas que afectan e inciden de manera directa en la calidad de la educación es el tiempo de aprendizaje de los alumnos. Concretamente, la realidad latinoamericana muestra que las horas de permanencia del alumno en el centro escolar son escasas en muchos de los países de la región. No existen garantías de que los estudiantes tengan cinco horas lectivas en la educación primaria y al menos seis horas en la educación secundaria. De igual forma, el número de escuelas con horario integral es muy reducido, lo que supone que a cada centro asisten varios turnos de alumnos, con la limitación que ello supone para la atención educativa. Por otro lado, la repitencia y la sobreedad son otras de las problemáticas a las que se enfrentan los sistemas educativos de la región, que afectan de manera directa a las posibilidades de proporcionar una educación adecuada y de calidad. Cuando se analizan los recursos y medios con que cuentan los países, también se observan profundas carencias. Algunas condiciones resultan básicas e indispensables. Sin ellas, es muy difícil que los alumnos aprendan y se mantengan en la escuela, e impiden además asegurar una igualdad en los procesos educativos: escuelas cercanas y con puestos escolares suficientes, con servicios sanitarios y electricidad y con la posibilidad de atender a la salud y la alimentación de los alumnos, y con profesores preparados. Asimismo, son necesarios medios que posibiliten llevar a cabo una enseñanza activa: bibliotecas, ordenadores, espacios para la música, el arte, el deporte o para una atención educativa especializada para determinados alumnos. A modo de ejemplo, y dada la importancia que la lectura tiene dentro de la llamada sociedad de la información y el conocimiento, las estadísticas muestran que el porcentaje promedio de escuelas con bibliotecas en la región es de 51,1%. Más en detalle, Guatemala, Argentina, Uruguay, Chile y Cuba (82,1%) cuentan con más del 60% de las escuelas con bibliotecas, mientras que en las peores situaciones, con porcentajes menores al 40%, están República Dominicana, Panamá, Paraguay, Ecuador, Costa Rica y Nicaragua. La cantidad de libros promedio por biblioteca (850 es la media para los países de la región) en general es mayor a medida que aumenta la proporción de escuelas con biblioteca (a excepción de Guatemala): con 1.300 o más libros promedio están Cuba, Colombia, Chile, Argentina y Brasil, mientras que con menos de 500 libros se encuentran Nicaragua, Ecuador, Paraguay y Guatemala. Resulta imposible hablar de calidad en la educación sin hacer alusión a la situación del profesorado. Como se ha puesto de manifiesto en el debate dedicado a la cuestión docente, al que se hará referencia en páginas posteriores, son muchas las condiciones que afectan al ejercicio de la profesión y que distan de ser las idóneas: la desajustada formación inicial, la insuficiencia en los sistemas de acceso acreditados y exigentes, la inexistencia de retribuciones que eviten el exceso de horas lectivas y permitan la dedicación a una sola escuela, y la falta de oferta de una carrera profesional incentivadora y motivadora que atraiga a buenos profesionales para el ejercicio de la docencia y los mantenga en el sistema educativo. Sin duda, en estrecha relación con lo visto anteriormente se encuentra el tipo de currículo que se oferta y con el que se trabaja en la institución escolar. La insuficiencia de las condiciones materiales y de un profesorado preparado, motivado y valorado, reduce las posibilidades de desarrollar en la escuela y en el aula un currículo que resulte atractivo para los alumnos. Diseñar y ofrecer una propuesta curricular significativa y atrayente para los alumnos es, incuestionablemente, otra de las variables que definen la calidad de la educación de un país. Como bien queda explicado en el texto, un currículo significativo es aquel que conecta con los intereses de los alumnos y con sus formas de vida, que se adapta a sus ritmos de aprendizaje, que establece de forma permanente la relación entre lo aprendido y las experiencias que los alumnos viven fuera de la escuela, que permite la participación del alumnado y el trabajo en grupo, que incorpora de forma habitual la utilización de las tecnologías de la información, que incluye de forma relevante y equilibrada el desarrollo de la educación artística y deportiva, y que cuida que todos sus alumnos se encuentren bien en la escuela y que puedan aprender. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el apoyo y la participación de las familias. Se puede afirmar que toda acción educativa, para ser de calidad y lograr los efectos deseados, debe incorporar al conjunto de instituciones y sectores que guardan relación, más allá del contexto escolar. Se trata, por tanto, de lograr la participación de la familia y su vinculación en el proceso educativo de los alumnos. Por último, es preciso incluir entre los factores determinantes de la calidad de la enseñanza una gestión eficiente de los recursos públicos. Ello supone, tal y como se constata en el texto, llevar a cabo una coherente descentralización de las competencias educativas entre los niveles central, regional, municipal y escolar, la coordinación entre todos ellos y la agilidad en la adopción de decisiones y en la asignación de los recursos públicos. Asimismo, la importancia de una estrategia intersectorial para lograr una educación mejor, para más alumnos y durante más tiempo, ha vuelto a poner en primer plano la necesidad de un Estado y unas administraciones educativas fuertes y eficientes, capaces de abordar con rigor los procesos de descentralización, de cooperación institucional, de control y supervisión de los procesos educativos y de compensación de las desigualdades que se produzcan.

Metas, indicadores y niveles de logro
El documento inicial del proyecto Metas Educativas 2021 ha planteado distintos objetivos en torno dos grandes ámbitos: el acceso a la educación y la calidad de la enseñanza. En relación con el primero, las metas se han centrado en universalizar la educación primaria y secundaria y extender la jornada escolar a tiempo completo.

META GENERAL CUARTA. Universalizar la educación primaria y la secundaria básica y mejorar su calidad. Asegurar la escolarización de todos los niños y niñas en la educación primaria y en la educación secundaria básica en condiciones satisfactorias. • Indicador 10. Porcentaje de escolarización y de finalización de la educación primaria. – Nivel de logro. En 2015, el 100% del alumnado estará escolarizado en educación primaria y entre el 80% y el 100% la terminarán a la edad correspondiente. En 2021, se espera que más del 90% de los alumnos terminen la educación primaria a la edad establecida.

META ESPECÍFICA 9.
METAS EDUCATIVAS 2021
• Indicador 11. Porcentaje de escolarización y de finalización de la educación secundaria básica. – Nivel de logro. Alcanzar entre el 60% y el 95% de alumnos escolarizados en 2015 en educación secundaria básica y entre el 70% y el 100% en 2021; que entre el 40% y el 80% del alumnado terminen la educación secundaria básica en 2015, y en 2021 entre el 60% y el 90%.
META ESPECÍFICA 11.

Ampliar el número de las escuelas de tiempo completo en primaria.
• Indicador 14. Porcentaje de escuelas públicas de primaria de tiempo completo. – Nivel de logro. Conseguir que al menos el 10% de las escuelas públicas de educación primaria sea de tiempo completo en 2015 y que entre el 20% y el 50% lo sea en 2021. En relación con la mejora de la calidad, se ha planteado lograr que todos los alumnos y alumnas alcancen las competencias básicas para proseguir estudios posteriores, para incorporarse a la sociedad de forma activa y para ejercer sus derechos y deberes como ciudadanos libres y responsables. Ello supone ofrecer un currículo significativo que potencie, al menos, la educación en valores, que incorpore la lectura y el uso del ordenador en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, en el que la educación artística tenga un papel relevante y que estimule el interés por la ciencia entre las alumnas y los alumnos. Con el objetivo de concretar estas afirmaciones se han incorporado las siguientes metas con sus correspondientes indicadores y niveles de logro.

META GENERAL QUINTA. Ofrecer un currículo significativo que asegure la adquisición de las competencias básicas para el desarrollo personal y el ejercicio de la ciudadanía democrática. Mejorar el nivel de adquisición de las competencias básicas y de los conocimientos fundamentales por parte de las alumnas y los alumnos. • Indicador 16. Porcentaje de alumnos con niveles satisfactorios de logro en competencias básicas en las pruebas nacionales e internacionales. – Nivel de logro. Disminuir entre un 10% y un 20% en los dos niveles bajos de rendimiento en las pruebas de LLECE 6.° grado estudios PISA o de la IEA en los que participen los diferentes países, y aumentar en la misma proporción los alumnos en los dos niveles altos en dichas pruebas.

META ESPECÍFICA 14.
Potenciar la educación en valores para una ciudadanía democrática activa, tanto en el currículo como en la organización y gestión de las escuelas. • Indicador 17. Resultados de los alumnos en los estudios nacionales e internacionales sobre ciudadanía democrática que se realicen a lo largo de la década. – Nivel de logro. Lograr una mejora en los resultados entre los estudios que se realicen.

Ofrecer un currículo que incorpore la lectura y el uso del ordenador en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, en el que la educación artística tenga un papel relevante y que estimule el interés por la ciencia entre alumnas y alumnos. • Indicador 18. Tiempo semanal de lectura en las distintas etapas. – Nivel de logro. Dedicar al menos 3 horas de lectura obligatoria en educación primaria y 2 horas en educación secundaria básica.

META ESPECÍFICA 15.
Mejorar la dotación de bibliotecas y ordenadores en las escuelas. • Indicador 12. Porcentaje de escuelas con biblioteca. – Nivel de logro. Conseguir que al menos el 40% de las escuelas dispongan de biblioteca escolar en 2015, y el 100% en 2021. • Indicador 13. Razón de alumnos por ordenador. – Nivel de logro. Conseguir que la proporción entre ordenador y alumno se encuentre entre 1/8 y 1/40 en 2015 y entre 1/1 y 1/10 en 2021.

Principales ideas aportadas
Hablar de calidad educativa supone hablar, al mismo tiempo, de determinadas condiciones imprescindibles, como aspectos implícitos en la propia definición del término. Mejorar la formación y competencias de los docentes, contar con adecuadas infraestructuras y recursos, impulsar políticas educativas que garanticen la inclusión de todos los alumnos en situación de igualdad, desarrollar un currículo significativo que conecte con los intereses de los estudiantes, acercar el contexto familiar a la institución escolar… son algunos de los insumos en los que, necesariamente, se debe incidir al abordar el tema de la calidad en la educación. Existe un amplio consenso en considerar como punto de partida para hablar de calidad y de competencias básicas en educación la necesidad de llevar a cabo un proceso previo de análisis y reflexión. Por un lado, afirman, cabe preguntarse qué tipo de alumno se quiere formar. Construir una definición común permitirá tomar conciencia de qué tipo de sociedad se quiere construir y, por tanto, qué tipo de educación es necesaria para ello.
Es básico tener claro qué clase de estudiante es el que se quiere formar, pues con esta abundancia de formación en competencias, a veces los estudiantes salen preparados para trabajar, mas no para comprender y entender el mundo que los rodea y los fenómenos que en él se presentan.

Por otro lado, en esta misma dirección se sitúan aquellos que apuestan por construir y consensuar una definición en relación a qué se entiende cuando se habla de educación. Dotar de una significación común al concepto “educar” permite establecer la línea de base sobre lo que se quiere enseñar y qué condiciones son necesarias para lograrlo. Algunas de las opiniones recogidas consideran que la educación es un proceso de “formación para la vida”. Educar como actividad central para el desarrollo supone dotar de estrategias que permitan al alumno, según se recoge en varios de los foros, enfrentarse y desenvolverse con éxito en la vida.
La capacidad de poner en funcionamiento de forma integral aquellos conocimientos adquiridos y rasgos de personalidad que permiten resolver situaciones diversas. Las personas necesitan una amplia gama de competencias para afrontar los complejos retos del mundo de hoy. Debemos educar para la vida, para las elecciones de vida que realice una persona durante toda su vida. La escolarización permite desarrollar competencias de logro. Los educandos desarrollan sus facultades creativas y emocionales y adquieren competencias, valores, conocimientos y actitudes necesarios para convertirse en ciudadanos responsables, activos y productivos. Si estos son los resultados de la educación que se da, entonces estamos de camino hacia la calidad y excelencia educativa.

Asimismo, otras de las intervenciones vertidas en el debate definen el proceso de educar como el medio principal para lograr la enseñanza y la transmisión de valores dentro de un contexto social y cultural determinado.
Lo primero es saber qué queremos lograr con la educación, qué competencias queremos desarrollar en los alumnos. Sin duda, lo principal es tener claro que educar es enseñar valores.

En última instancia, los comentarios se centran en considerar que la educación consiste, principalmente, en preparar y formar a los alumnos para una adecuada inserción en el mundo laboral.
Un análisis breve del tema indica que el factor de inserción laboral inmediato al culminar el ciclo educativo es el que más toman en cuenta los estudiantes como sujetos de la educación. Esa debe ser la preocupación principal del educador.

Continuando con el análisis de los aportes recogidos en los foros, el siguiente aspecto destacado se concreta ya en torno a la propia concepción del constructo de calidad en la educación. Una vez comprendido qué tipo de sociedad se quiere construir y qué tipo de educación es necesaria para ello, consideran pertinente plantear qué significa hablar de calidad educativa. Por un lado, de manera recurrente se incide en la idea de la calidad como el factor clave, fundamental, para la prevención del fracaso escolar y del abandono prematuro de la escuela.
La calidad debe ser un punto de referencia de toda actuación en el campo educativo y de cada uno de los actores involucrados en ella, como garante de una formación completa del individuo. Tasa de graduación baja, costos de la educación altos respecto al costo de oportunidad de trabajo, poca relevancia y calidad de los aprendizajes son todos los motivos que inducen a los jóvenes a abandonar rápidamente el sistema educativo. Es necesario trabajar para lograr una educación de calidad para todos los países, sobre todo para los menos avanzados. Proporcionar una formación completa que contribuya a una mayor homogeneidad en los niveles socioculturales y económicos de los países. La duración, escolaridad y asistencia a la escuela dependerá de la calidad de la enseñanza que se imparta a los alumnos y de la cantidad de conocimientos útiles para la vida que estos adquieran.

Estos comentarios guardan estrecha relación con otras de las opiniones más reflejadas en los foros al tratar de definir qué es la calidad educativa y qué implicaciones lleva asociadas. Concretamente se destacan las siguientes afirmaciones: a) “Calidad” implica formación, mejor preparación de los docentes.
Se hace necesario el compromiso de las autoridades y principalmente de los docentes para incorporarse a procesos de actualización formativa. Para una educación de calidad es imprescindible la formación integral. Es fundamental desarrollar un plan de capacitación digital para los maestros(as) de Iberoamérica. Cubrir las deficiencias en cuanto a la capacitación en TIC de los maestros y directivos. Como requisitos están la formación continuada de los docentes y la presencia de profesores especializados por etapas. “Calidad” significa contar con un cuerpo docente preparado para enseñar, un adecuado contexto físico para el aprendizaje, buenos materiales de estudio y de trabajo, así como estrategias didácticas adecuadas.

b) “Calidad” implica aproximar la familia a la institución escolar.
Lograr que la familia se aproxime a la escuela, que se preocupe por la educación de sus hijos, es el primer paso para lograr una buena educación en la región.

c) “Calidad” implica gratuidad de la formación.
Se deberían hacer esfuerzos para conseguir una educación gratis, para que la gente que quiere estudiar lo pueda hacer. No sólo se trata de garantizar el acceso de todos al sistema educativo, sino de que las condiciones sean iguales para todos. Al ser gratuito, la calidad no vendría marcada por el nivel económico y social de la familia.

d) “Calidad” implica contar con herramientas y recursos adecuados.
Brindar las herramientas necesarias a los individuos, computador en el aprendizaje y fomentar la expresión en la lectura. La calidad educativa conlleva actualizarse en la educación, no seguir con una enseñanza tradicional y con métodos obsoletos. Hay que incorporar las nuevas herramientas al proceso de enseñanza y aprendizaje.

e) “Calidad” implica desarrollar programas educativos contextualizados, así como una buena planificación del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Una de las características del enfoque por competencias es el poder diseñar actividades en las que se aborden los temas en situaciones, contextos reales del entorno del alumno y, preferentemente, que parta desde sus intereses. La labor del profesor es adaptar los materiales a los intereses de los alumnos y al contexto de la materia que se imparte, o sea, diseñar las actividades de aprendizaje sobre la base de las competencias que desea fomentar en sus educandos. Planificar los procesos de enseñanza-aprendizaje atendiendo al enfoque de competencias, entre otros.

El análisis hasta aquí realizado facilita la derivación a otro de los aspectos fundamentales al hablar de calidad: el desarrollo de las competencias básicas y su concreción formal en el currículo. Resulta incuestionable, afirman, considerar el papel fundamental que una adecuada propuesta curricular tiene para una formación en competencias y de calidad para los alumnos. Sin embargo, muchas de las intervenciones se hacen eco de que no siempre se consigue desarrollar un currículo significativo para los estudiantes. Es frecuente, afirman, encontrar ofertas curriculares que no conectan con los intereses del alumnado y con sus formas de vida. Esto lleva, al no estar dando una respuesta educativa adaptada, rica y heterogénea, a que el alumno no aprenda y se aleje de la escuela. Lograr un tipo de currículo que resulte significativo requiere, según se pone de manifiesto en los foros, tener en cuenta una serie de condiciones. En primer lugar, se habla de la necesidad de cuidar y mejorar la distribución de la carga horaria.
Hay exceso de materias, la distribución de las mismas se hace complicada para el alumno. No por sobrecargar el currículo el alumno va a aprender más; más bien al contrario, una mala distribución del mismo desmotiva y lleva al estudiante a abandonar.

En segundo lugar, varias de las intervenciones señalan como necesario atender al contexto. Es decir, se considera que el currículo debe estar contextualizado para ser significativo para el alumno.
Por todo esto, creo que lo más importante es crear “currículos significativos” regionales, con vistas a lo global, porque no debemos quedar aislados en este mundo globalizado, pero no debemos perder nuestra identidad regional fruto de una rica historia en sus orígenes y desarrollo. Es fundamental ofrecer un currículo pertinente con el desarrollo del país si queremos conectar con los alumnos y proporcionales una formación que les permita desarrollar las competencias necesarias para adaptarse y crecer en su entorno.
Por último, cabe destacar que la mayoría de las opiniones coinciden en que se incorporen en las propuestas curriculares unos conocimientos consensuados, planificados y bien organizados. En esta misma línea, la importancia de fomentar la creatividad desde la escuela, desde los currículos, es otro de los aportes de los foros.
Lo mejor que se puede hacer es impartir una educación basada en diferentes competencias, como pueden ser lengua, matemática, ética… Una serie de conocimientos consensuados, organizados y planificados por la sociedad para poder dar una formación de calidad. Falta mayor espacio para incentivar la creatividad. Hay una mala distribución de las horas en el currículo.

La sociedad actual, según reconocen, presenta un escenario social y cultural distinto que demanda un nuevo tipo de individuo con unas capacidades y destrezas, en cierta medida, diferentes a las de antaño. Los sistemas educativos, y más concretamente la escuela, deben trabajar por desarrollar un nuevo tipo de competencias en los estudiantes. Las tecnologías de la información y de la comunicación estuvieron presentes en las propuestas formuladas:
Formar a los alumnos en el uso de las TIC, acercarlos a la tecnología, enseñarles a aprender con ella es fundamental para formar ciudadanos del siglo XXI. La brecha digital es una brecha social, económica… sólo salvable si alfabetizamos tecnológicamente a los alumnos.

También las matemáticas fueron objeto de reflexión:
Una formación básica en competencias que prepare al alumno para el mercado laboral debe incluir, necesariamente, una buena formación en el aprendizaje de las matemáticas. Educar en competencias, educar en la calidad, buscando el desarrollo pleno del alumno, supone proporcionar a todos unas destrezas mínimas en lectoescritura y en matemáticas básicas.

Lectura
El hecho de haber dedicado un foro de manera exclusiva al tema de la lectura, a su papel en la educación, así como al desarrollo de unas metas específicas para su consecución —tal y como se ha visto en un apartado anterior— constata la importancia que la lectura tiene para el desarrollo del individuo y de la sociedad. Capítulo 2. Acceso y permanencia en una educación de calidad. La importancia de las competencias básicas. La lectura se considera una actividad central en la educación. Como destaca Antonio Basanta:
Leer es así algo más que una destreza. Se convierte en un sentido. E imprime la totalidad de la acción educativa, pues nada distinto a la concepción de un lector es lo que pretendemos alcanzar en el proceso formativo de nuestros alumnos y alumnas: personas que sientan curiosidad e interés por cuanto les rodea; que posean los mecanismos básicos para la interpretación y análisis de cuanto les concierne; que comprendan profundamente cuanto se les ofrece y tengan la capacidad de discriminar, de valorar, de elegir para, finalmente, convertir esa experiencia en material de enriquecimiento personal y grupal. ¿Y qué otra cosa es leer? ¿Y qué otra cosa es ser lector?

La lectura es, por tanto, un pilar central y base del desarrollo. Es incuestionable, afirman, la importancia fundamental que la lectura tiene desde los primeros años.
Leer bien, comprender lo leído, expresar lo que comprendieron es la base para funcionar en la sociedad. La meta educativa de la lectura es un derecho humano. La lectura es un pilar del desarrollo. Hay que considerar la necesidad de comenzar a trabajar en ello desde los 0 a los 3 años. Libros físicos y virtuales. La escuela tiene que planificar, promover su enseñanza y práctica cotidiana en cada una de las áreas. No poner horas curriculares solamente para la lectura sino que forme parte de todas las áreas. Se tiene que lograr que se quiera leer, hay que enseñar desde muy temprana edad.

La lectura no es sólo para los que tengan un entorno estimulante, sino para todos, para ser justos con la educación de todos los alumnos. Así, Margarita Eggers afirma:
Todos los chicos deben tener las mismas oportunidades, los que nacieron entre libros y padres que les leyeron, y aquellos que no pudieron compartir ese momento íntimo y trascendente. Por eso no podemos decir que sólo deben leer quienes quieran leer, cuando tantos chicos no han conocido jamás la posibilidad de que un texto les sea revelado, les resuene y los envuelva.

Lograr que el alumno desarrolle una adecuada comprensión lectora y el gusto por la lectura son otras de las ideas que más aparecen en el debate.
El alumno que lee comprensivamente será capaz de construir más y mejores aprendizajes en su vida escolar.
Hay que hacer llegar al estudiante la importancia de la lectura como un instrumento poderosísimo para ampliar las posibilidades de procesamiento y uso de información. Que sepa aprovechar la lectura. Propiciar y realizar concursos de lectura tanto a nivel del aula como de la institución educativa mejora las destrezas lectoras de los alumnos. Es fundamental que sean capaces de leer y entender lo que leen. Saben leer y escribir, pero no saben para qué sirve leer y escribir. Leer y leer comprendiendo son dos situaciones distintas.

En cualquier caso, como se pone de manifiesto en muchas de las intervenciones, trabajar en la enseñanza y aprendizaje de esta competencia instrumental básica requiere de una correcta planificación y de métodos adecuados.
La lectura hay que entenderla como parte esencial de la formación del alumnado. No se trata de obligar a leer, sino de leer con gusto. Ello significa cuidar los métodos y ser capaces de definir lecturas apropiadas a cada lugar y cada contexto. En ocasiones, existe poca motivación de parte del maestro en despertar el interés por la lectura; se emplean métodos inadecuados. Se debe incidir en lecturas libres, espontáneas, informales, sin necesidad de evaluarlo. Dedicar un tiempo especial a la lectura, al uso de la computadora y a las artes es prioritario, pero esto debe ser bien guiado por profesores que induzcan y motiven bien la lectura. En el tema de la lectura […] hay que mirar especialmente la metodología que se use. Hay que evitar hacer de la lectura un proceso monótono y aburrido. Es fundamental contar con metodologías adecuadas para todas las zonas, tanto urbanas como rurales, y con materiales en la lengua materna.

En este proceso, como se destaca en varias intervenciones, el papel de la biblioteca es fundamental. Clara Budnik lo resume con precisión:
Y es en las bibliotecas donde aseguramos el acceso a esas variadas lecturas. Son las bibliotecas el espacio más democrático para el acceso a la lectura y debemos reconocer en ellas el papel que juegan en la sociedad al asegurar el libre y real acceso. En los países desarrollados, la existencia de una buena red de bibliotecas está directamente relacionada con altos índices de lectura, de comprensión lectora y de creación de hábitos, ya que las bibliotecas garantizan la práctica de la lectura para todos los miembros de una comunidad, así como la escuela garantiza el aprendizaje de la lectura. Son las bibliotecas las que aseguran un derecho ciudadano básico: el derecho a la lectura. Entonces cuando hablamos de una educación del Bicentenario, una educación al 2021, que por lo demás cohesione a la comunidad iberoamericana en torno a objetivos comunes para sociedades justas y democráticas, debemos mirar la biblioteca como una aliada fuerte y participativa.
En estas mismas ideas insiste Constanza Mekis al señalar la importancia de regular las bibliotecas escolares:
Las bibliotecas escolares deben ser un requisito básico de cualquier establecimiento educativo. La creación de una legislación que las regule es vital. Lo importante es explicitar dentro del sistema educativo la necesidad de asegurar ciertos requisitos básicos para la existencia de las bibliotecas.

En última instancia, también se ha insistido en la importancia de implicar en este proceso a la familia. El que la lectura esté perfectamente alineada con los objetivos que la institución escolar persigue no significa que dependa exclusivamente de ella. El interés y el gusto por leer se deben trabajar y promover tanto desde la escuela como, con igual o mayor fuerza, desde el propio contexto familiar.
Una familia que lee es fundamental para desarrollar el gusto en el niño hacia la lectura. La familia debe apoyar también. Es una responsabilidad no sólo de la escuela. La familia tiene que intervenir, implicarse y apoyar en la misma dirección.

Continuando con el análisis de las competencias principales señaladas por los intervinientes encontramos también otras tres que van más allá de los aprendizajes académicos o instrumentales. Por un lado, se habla de formar en valores: construir una ciudadanía responsable, con criterios no sólo cognitivos, sino éticos y morales es, en opinión de algunos de los intervinientes, parte de la educación a transmitir.
Enseñar valores es primordial. Un futuro sostenible ha de constituir una competencia básica y debe ser recogida explícita y destacadamente.

Una segunda línea de opinión se orienta a dar mayor importancia a la ciencia y al deporte. De manera recurrente aparece la idea de proporcionar mayor peso curricular a la investigación, a las ciencias y al deporte, en general, como elementos clave para el desarrollo.
El progreso, el desarrollo, pasa por estimular el interés por la ciencia. Implica enseñar a pensar, a plantear hipótesis, a manejar el pensamiento abstracto, a investigar… estos son elementos básicos que no deben faltar al hablar de competencias y de currículo. No se puede considerar que se trabaja el desarrollo integral del individuo si se deja fuera el deporte. Es necesario que se agreguen en el currículo las disciplinas deportivas con mucho mayor peso.
En último lugar, los aportes se centran en lo relevante de enseñar al alumno a desarrollar capacidades metacognitivas. Conocer y controlar el propio proceso de aprendizaje es central, afirman, para lograr formar personas autónomas e independientes, capaces de aprender a aprender a lo largo de toda la vida.
El elemento clave a enseñar es propiciar la elaboración del aprendizaje por parte del alumno y ayudarlo a controlar su proceso de pensar y aprender, mediante procedimientos y estrategias. Alumnos que aprendan a aprender y a pensar y a autoevaluarse sobre la marcha. Ese es el objetivo y la principal capacidad a enseñar.

Finalmente, cabe destacar que para poder enseñar y formar en esas competencias es necesario un requisito central: el desarrollo de una nueva metodología, más flexible, que posibilite trabajar todas las áreas y diseñar actividades adaptadas y contextualizadas.
El docente necesita mayor libertad, un currículo más flexible y nuevos métodos que le permitan manejar con más opciones las materias, decidir cuándo primar un aspecto y/o cómo temporalizar los aprendizajes. Calidad de enseñanza significa contar con instalaciones y equipamiento adecuados. Además de actualizar los programas de estudio, que deberán estar ser acordes a las necesidades del entorno en el cual los alumnos se desarrollan.

Insuficiencias formuladas
Posiblemente la crítica más repetida ha sido la ausencia de la educación física y deportiva entre las metas educativas. Raúl Gómez, Rodolfo Rozengardt y Gladys Renzi lo plantean con el siguiente texto:
La lectura atenta del documento Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, permite inferir la ausencia de referencias a la educación física y a sus contenidos específicos entredichas metas. Dado el interés y la valoración positiva demostrada por la OEI hacia la educación física y sus manifestaciones, resulta difícil para el colectivo de profesionales dedicados a esta disciplina aceptar la sorpresa causada por esta omisión. Más complicado aun es encontrarle una explicación que no contradiga los antecedentes de abordajes concretos realizados por la OEI, que justificarían la inclusión de la educación física entre las metas educativas fijadas para el 2021.

De manera general, cuando se habla de calidad de la educación y todo lo que ello lleva implícito, son muchas las dificultades e insuficiencias que se ponen de manifiesto. Si hablar de calidad educativa supone hablar de currículo, formación docente, infraestructuras, hablar de problemas en esta área conlleva, Capítulo 2. Acceso y permanencia en una educación de calidad. La importancia de las competencias básicas. Falta mucho por hacer ya que en algunos lugares no se cuenta ni con los servicios básicos, hay pocos o nulos recursos económicos destinados a la educación, familias desintegradas y poco preocupadas por la educación de sus hijos, pocas escuelas, falta de lugares accesibles para estudiar, falta de recursos destinados a la educación.

Concretamente, como queja principal y factor de gran peso a la hora de lograr calidad en la educación, se alude a las infraestructuras. En este sentido, por ejemplo, se hace especial hincapié en la insuficiencia o en la ausencia total de bibliotecas escolares en algunos centros escolares y zonas de la región. Existe la necesidad, afirman, de proporcionar recursos y materiales adecuados a las bibliotecas existentes, así como de crear otras nuevas en aquellos lugares donde no las hay.
Acondicionar las instituciones, que exista la posibilidad real de utilizar horas de lectura en las aulas. No se trata de fortalecer un área e ir en detrimento de otras, sino más bien de complementar. Debería trabajarse por la exigencia de una red tupida de bibliotecas escolares, regida por profesores cualificados, dotada de fondos suficientes y permanentemente actualizados. Las bibliotecas escolares deberían formar parte inseparable del propio proyecto educativo. La realidad nos muestra, en cambio, que en bastantes países muchos colegios carecen de bibliotecas. Un problema grave que afecta a la calidad educativa son las malas infraestructuras, la falta de recursos y la masificación en las aulas.

Otro aspecto reseñado en varias de las intervenciones hace alusión a lo que ya se ha comentado en el apartado anterior: existe una marcada debilidad de las ciencias y del deporte en el currículo. Ambos elementos, comentan, deberían estar presentes de manera prioritaria en las agendas educativas de las escuelas.
La lectura y la escritura, los idiomas, el uso de las TIC, son competencias y capacidades a desarrollar. Sin embargo, igual de importante es proporcionar mayor tiempo para el cultivo de las artes, las ciencias y también para la educación física. En la actualidad hay una enorme falta de apoyo en educación, para el área de las ciencias y para la experimentación. El deporte es un aspecto que debería trabajarse de manera integral, dándole la importancia que tiene dentro del desarrollo y, por tanto, en el currículo.
En esta misma dirección se encuentra una de las propuestas surgidas en el marco del Foro sobre Carta Cultural Iberoamericana: Cultura y Medio Ambiente, celebrado el 25 y 26 de enero de 2010 en Sevilla (España). Entre las conclusiones que de él se han derivado se recoge:
Se propone igualmente la incorporación de la educación para la sostenibilidad en la ambiciosa propuesta Metas Educativas 2021: la educación que queremos para la generación de los Bicentenarios, así como, lo antes posible, en los currículos escolares y de formación del profesorado de la región.

La última de las insatisfacciones reflejadas, ya puesta de manifiesto en anteriores debates, se refiere a la insuficiente inversión que se hace en educación. Es imprescindible, según se muestra en las valoraciones de los foros, lograr una mayor inversión si se quiere alcanzar una educación que pueda ser considerada de calidad.
Se hace prioritario lograr una mayor inversión en educación. La inversión económica es insuficiente. Hay que invertir más si queremos lograr el acceso a la educación con igualdad de condiciones. Muchos estados no cuentan ni con los recursos suficientes para emprender campañas de fomento a la lectura.

Retos y nuevas propuestas
De las numerosas iniciativas recogidas en líneas anteriores en relación con la calidad, el desarrollo de competencias básicas y la lectura cabe señalar específicamente las siguientes seis propuestas. a) Tomar modelos exitosos de funcionamiento para lograr la calidad en la educación.
Una estrategia de trabajo sería difundir programas educativos que hayan sido exitosos en contextos difíciles, así se pueden guiar de aquellos otros que lograron hallar soluciones. Para una educación permanente y de calidad debería existir un compromiso de educar con contención, acompañamiento y un currículo interesante y adaptable a las necesidades de los alumnos. Existen experiencias buenas; hay que compartirlas.

b) Incorporar la evaluación al proceso educativo, dándole el papel y la importancia que su inclusión tiene como garante de calidad.
Se requiere un órgano regulador y coordinador dentro del contexto escolar y una estrategia de implantación.
Hay que trabajar con indicadores que nos evalúen y que sean, al mismo tiempo, evaluables.

c) Respecto a la lectura, la propuesta que se recoge en las intervenciones se concreta en la creación y formación líneas de acción para fomentar el gusto por la lectura.
Formar líneas de acción para el fomento de la lectura. Crear espacios para la lectura, programas para la promoción de la lectura coordinados por expertos. Desarrollar redes entre las escuelas para el intercambio de libros, concursos de narraciones, etc.; es decir, actividades que permitan potenciar la lectura en los centros y entre los estudiantes.

En esta misma línea se contempla, como iniciativa, la puesta en marcha de medidas que permitan vincular la lectura a las nuevas tecnologías.
Es necesario vincular la lectura a las nuevas tecnologías. Una estrategia que se podría poner en marcha es que los maestros realicen un proyecto de trabajo colaborativo, escuchar cuentos, relatos…

d) Relacionar la formación con lo más ocupacional.
Poner en los dos últimos años de la enseñanza obligatoria la posibilidad de estudiar un oficio; esto permitiría dar una formación de calidad, adaptada y relacionada con el mundo laboral. Promover los oficios dentro de la educación para lograr la permanencia de los jóvenes en la misma.

e) Desarrollar y poner en práctica nuevas políticas actualizadas.
Las administraciones y demás entidades políticas están obsoletas. Hacen falta políticas educativas nuevas que permitan desarrollar nuevos currículos adaptados a las demandas de hoy, que incorporen las herramientas, que posibiliten nuevas metodologías flexibles que respondan a las necesidades de los alumnos y que les den una formación de calidad que les prepare para la realidad social, económica y cultural del siglo XXI.

f) Finalmente, y en consonancia con las críticas manifestadas por la ausencia de la educación física en el proyecto Metas Educativas 2021, se formuló una propuesta completa que se gestó entre un grupo de profesionales de la disciplina que compartió el 1er Congreso Internacional de Educación Física Escolar, realizado en La Pampa, Argentina.
Por todos los argumentos hasta aquí presentados, se propone reconocer el aporte formativo de la educación física incluyéndola en las Metas Educativas 2021, modificando el enunciado de la meta específica 15, agregando un indicador y su correspondiente nivel de logro, a saber:

Meta general quinta. Ofrecer un currículo significativo que asegure la adquisición de las competencias básicas para el desarrollo personal y el ejercicio de la ciudadanía democrática. Meta específica 15. Ofrecer un currículo que incorpore la lectura y el uso de la computadora en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, en el que la educación artística y la educación física tengan un papel relevante y que estimule el interés por la ciencia, el arte y las creaciones de la cultura de movimientos entre las alumnas y alumnos. Indicador. Tiempo semanal dedicado a educación física en las escuelas. Nivel de logro. Dedicar 2 (dos) horas de educación física en la educación inicial 4, y al menos 3 (tres) horas de educación física en la educación primaria y en la secundaria.

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