jueves, enero 01, 2009

Educación chilena: brecha entre público y privado

Los resultados de la última PSU (Prueba de Selección Universitaria) volvieron a estimular en Chile un debate que ha cruzado a todos los gobiernos de la Concertación. Lo que la PSU volvió a reflejar fue la profunda y creciente brecha entre la educación particular pagada y la educación pública chilena. Para ello, valga una muestra entre las diversas variables: sólo el 57,8 por ciento de los alumnos de los colegios municipalizados obtuvo un resultado superior al mínimo de 450 puntos, barrera que más del 94 por ciento de los estudiantes de la educación privada superó. A la inversa: el 42,2 por ciento de los alumnos del sistema público reprobó, pero sólo el seis por ciento de los que asisten a colegios pagados.

Y hay más estadísticas. Los alumnos de los colegios municipalizados obtuvieron en promedio 457 puntos, en tanto aquellos de colegios subvencionados 489 puntos. En ambos casos, que abarcan más del 90 por ciento de la cobertura escolar, se trata de establecimientos favorecidos con recursos estatales a los cuales asisten los hijos de familias de menores ingresos. A la inversa, en los colegios particulares pagados el promedio en la PSU fue de 607 puntos, el que aumentó desde los 595 puntos obtenidos en 2007.

Hay también una fuerte concentración de los altos puntajes en la educación privada. El 45 por ciento de los mayores puntajes se concentraron en cinco comunas del país, que son también las de más altos ingresos y con los mejores colegios particulares. De los cien establecimientos que tuvieron mejores resultados, 95 de ellos son privados, tres subvencionados y sólo dos municipales.

Con estas cifras en la mano, que también exhiben una clara tendencia al ensanchamiento de esta brecha, se ha despertado otra vez una antigua discusión referida a las bases que ha de tener una buena educación en Chile, polémica que va desde su total estatización hasta su total privatización. Y entre ella, aparecen actores, los que van desde los maestros, los estudiantes, los partidos políticos, el gobierno, el sector privado hasta diversos especialistas, entre ellos desde economistas a historiadores. Un debate amplio, que por cierto apunta a las actuales políticas de educación y al proyecto de ley (Ley General de educación) que espera por su aprobación en el Senado. Un proyecto tan polémico como las actuales evaluaciones a los resultados de la PSU. El retiro de la LGE del Congreso ha sido el objetivo de lucha de los movimientos estudiantiles durante el año que acaba.
La PSU exhibe lo que ya está detectado desde la Educación Básica. Otra prueba, la Simce, y rendida por los estudiantes de diez años de edad, muestra la misma fisura. El 2006, el 60 por ciento de los alumnos de estrato bajo calificó con el mínimo, en tanto sólo el once por ciento de los estudiantes de altos ingresos, y de colegios particulares, está bajo este rasero. Una brecha, se ha citado, que se expresa en las posibilidades de ingreso a la universidad a través de la PSU.

En evaluaciones internacionales la cosa no es mejor. La prueba TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study), de matemáticas y ciencias, colocó a Chile en el lugar 35 entre 38 países, situación que se repite en la prueba de comprensión de lectura PISA (Programme for International Student Assesment), en la que los alumnos chilenos sólo superaron a cinco naciones de un total de 43.

La apertura de esta brecha hizo reaccionar al presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo. En comentarios a la prensa, dijo que los malos resultados en la educación pública y particular subvencionada no hacen relación con la calidad de la docencia sino que tienen que ver con las políticas de educación. "Es claro que el marco regulatorio es fundamental para mejorar la educación, pero también hay que reconocer que no sacamos nada con tener profesores eficientes si el problema está en las políticas educacionales". La nueva ley de educación en el senado, dijo, no ayudará a eliminar la brecha entre colegios públicos y privados.
El actual sistema educacional data de comienzos de la década pasada. La actual LOCE (Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza), vigente desde el 10 de marzo de 1990, el día previo al traspaso del mando entre Augusto Pinochet y Patricio Aylwin, es para muchos actores, entre ellos el Colegio de Profesores y las organizaciones de estudiantes, la causa del deterioro de la calidad del sistema público. En la LOCE, dicen, que consagra el concepto del lucro en la educación municipalizada y particular subvencionada, está el origen de los males.

El historiador Rafael Luis Gumucio Rivas, comenta con Terra Magazine. "Uno de los más nefastos legados de Pinochet fue la municipalización de la educación. Sólo las municipalidades ricas pueden dar buena educación, y las pobres y comunas rurales, de muy mala calidad. Por ejemplo, Putre y Paiguano, con el más bajo puntaje nacional, son comunas rurales, muy alejadas del centro de Chile. En la Región Metropolitana, los peores resultados se ubicaron en Pudahuel, San Joaquín y Peñaflor", todas también pobres.

La segmentación social se ha radicalizado entre la PSU del año anterior y la del presente año, dice Gumucio. "Entre el 75 por ciento de los chilenos que ganan menos de 250 mil pesos uno de cada diez estudiantes logró, apenas, 600 puntos; sólo el 47 por ciento de los alumnos de las escuelas municipales puede postular a universidades del Consejo de Rectores, contra el 91,4 de las escuelas particulares pagadas. De los diez mejores colegios, sólo hay uno municipal ¿ el Instituto Nacional-, la mayoría de los otros son particulares".
En los colegios privados, cada alumno cuesta, comenta, nada menos, que 350 mil pesos mensuales (unos 560 dólares), que los pagan los padres de familia; en las escuelas municipales, el Estado apenas aporta 35 mil por alumno, lo que equivale a diez veces menos; si a eso se suma la calidad de los profesores y el medio social que rodea a los estudiantes, el abismo se hace cada día más brutal e insoportable.

En el conservador Centro de Estudios Libertad y Desarrollo la evaluación de la PSU y del sistema educativo público es similar. Un comentario del experto Pablo Eguiguren señala que esta prueba está "lejos de cumplir con los objetivos que originalmente se planteó en pos de una mayor equidad", lo que viene a confirmar, dice, la deficiente preparación que la educación pública está entregando a los jóvenes en el país. De hecho, recalca que de acuerdo a las últimas encuestas realizadas a los profesores, los establecimientos municipales alcanzan a cubrir una proporción mucho menor de la materia del año, en comparación con los estudiantes de establecimientos particulares.

El politólogo y director del Centro de Estudios Francisco Bilbao, Omar Cid, hace un análisis de los efectos del sistema de educación en la sociedad chilena. "El principio rector instaurado es el de la competencia, generando un darwinismo educacional en que los establecimientos de menores recursos son condenados a entregar una educación de mala calidad porque los aportes obtenidos de la subvención desconocen los contextos sociales, fortaleciendo con ello la desigualdad".

El Estado como entidad es impotente a la hora de controlar y tener recursos efectivos que velen por la calidad de la educación, dice Cid, en cualquiera de sus manifestaciones formales de enseñanza: básica, media, técnico profesional y universitaria. "Eso se traduce en magros resultados en los sistemas de medición existentes SIMCE, PSU".

Y para el gobierno el diagnóstico es también el mismo. La Ministra de Educación, Mónica Jiménez, dijo tras conocer los resultados: "La PSU nos muestra que nuestra sociedad es inequitativa. Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos por la educación pública".

Autor: Paul Walder. Santiago, Chile

Extraído de http://www.ar.terra.com/terramagazine/interna/0,,OI3418586-EI8862,00-Educacion+chilena+brecha+entre+publico+y+privado.html

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