domingo, diciembre 28, 2008

Eficacia Escolar desde el enfoque de los Derechos Humanos

Educación desde el enfoque de derechos humanos
LA EDUCACIÓN ES UN BIEN PÚBLICO y un derecho humano fundamental, del que nadie puede estar excluido, porque gracias a ella nos desarrollamos como personas y es posible el desarrollo de las sociedades. La importancia del derecho a la educación radica en que hace posible el goce de otros derechos como el acceso a un empleo digno o la participación política, pero, a su vez, éste requiere hacer efectivos otros derechos como el de la salud, la alimentación, o, el derecho de los niños a no trabajar. La consideración de la educación como derecho, y no como un mero servicio o una mercancía, exige un rol garante del Estado que tiene la obligación de respetarlo, asegurarlo y protegerlo por las consecuencias que se derivan de su violación o irrespeto (Muñoz, 2004).
Si bien existe un amplio reconocimiento del derecho a la educación, tanto en el ámbito internacional como en las legislaciones nacionales, éste puede ser concebido de forma muy distinta por los diferentes actores y países. En muchos casos se entiende como el mero acceso a la educación formal, concentrando los esfuerzos en aumentar la cobertura, en desmedro de la calidad de la educación y la distribución equitativa de las oportunidades educativas.

En ese sentido, las cualidades del derecho a la educación, entendido de una manera más amplia, serían el derecho de una educación obligatoria y gratuita; la universalidad, no discriminación e igualdad de oportunidades; el derecho a la participación; el derecho a un trato justo y a una educación que incluya a todos; y el derecho a una educación de calidad que permita el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

EL DERECHO A UNA EDUCACIÓN OBLIGATORIA Y GRATUITA
La obligatoriedad y la gratuidad de la educación son dos condiciones esenciales del derecho a la educación, y son mencionadas en los diferentes instrumentos de carácter internacional y en las legislaciones de muchos países. En los primeros, la obligatoriedad y gratuidad se establecen solamente para la educación primaria, expresando que la educación secundaria, técnica y profesional, debe ser generalizada y progresivamente gratuita, y que la educación superior debe hacerse accesible a todos, en base a los méritos de cada persona.

Uno de los mayores avances en la región de América Latina y el Caribe es la extensión de la educación obligatoria que oscila entre 9 y 12 años, abarcando en muchos países la denominada secundaria baja. Hoy en día una educación primaria, que generalmente dura 6 años, es insuficiente para insertarse en la actual sociedad del conocimiento y salir de la pobreza, porque el acceso a empleos más productivos, aspecto esencial para la movilidad social, requiere cada vez de mayores niveles de formación. Por ello, todos los países de la región deberían aspirar a ofrecer una educación obligatoria y gratuita que incluya la secundaria, como una vía primordial para romper el círculo vicioso de la pobreza.

La obligatoriedad de la educación requiere que ésta sea también gratuita. Los obstáculos económicos son una barrera importante para ejercer el derecho a la educación y un aspecto especialmente sensible en muchos países de América Latina. La creciente participación del sector privado en la educación, y la presencia de modelos que consideran ésta como un servicio o producto regulado por las reglas del mercado está teniendo como consecuencia que los límites entre lo público y lo privado sean cada vez menos nítidos, y que el Estado no se responsabilice en algunos países de garantizar una educación gratuita y de calidad a todos sus ciudadanos. (OREALC/UNESCO 2007)

UNIVERSALIDAD, NO DISCRIMINACIÓN E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
Para que el derecho a una educación de calidad sea garantizado con justicia tiene que ser reconocido y aplicado a todas las personas, sin ningún tipo de discriminación. El sistema de Naciones Unidas ha promovido diferentes convenciones y declaraciones para proteger los derechos de ciertos colectivos minoritarios o con menor poder dentro de la sociedad, en las que se considera la educación como uno de sus componentes fundamentales: Convención sobre la eliminación de todas formas de discriminación contra la mujer (1979), Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación racial (1969), Convención para la protección de los derechos de los trabajadores y los miembros de sus familias (1990), Convención para la protección y promoción de los derechos y la dignidad de las personas con discapacidad (2006).

En el ámbito específico de la educación, el instrumento internacional más importante es la Convención contra la Discriminación en Educación (UNESCO 1960). Existe discriminación cuando determinadas personas o grupos tienen limitado su acceso a cualquier tipo y nivel educativo, cuando reciben una educación con estándares inferiores de calidad, o cuando se establecen sistemas educativos o instituciones separadas para ciertos grupos, o cuando determinadas personas o grupos reciben un trato incompatible con la dignidad humana.

EFICACIA ESCOLAR DESDE EL ENFOQUE DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN
EL DERECHO A LA PARTICIPACIÓN
La participación es una de las libertades fundamentales de las sociedades democráticas y es de vital importancia para el ejercicio de la ciudadanía, por ello uno de los propósitos de la educación es desarrollar capacidades a las personas para que participen en las diferentes actividades de la vida humana. La participación también está relacionada con la posibilidad de tomar decisiones que afectan la vida de los ciudadanos y las de las comunidades en que viven, relacionadas con el desarrollo de procesos democráticos de toma de decisiones, desde el nivel macro de las políticas hasta el nivel de la escuela y de las aulas, considerando los puntos de vista de todos los actores de la comunidad educativa, y constituyendo un mecanismo fundamental para el ejercicio de los derechos de padres, profesores y alumnos.

EL DERECHO A UN TRATO JUSTO Y A UNA EDUCACIÓN QUE INCLUYA A TODOS
Hacer efectivas la no discriminación y la plena participación requiere avanzar hacia el desarrollo de escuelas más inclusivas en las que se acoja a todos los niños independientemente de sus condiciones personales, culturales o sociales; niños discapacitados y bien dotados, niños de la calle, de minorías étnicas, lingüísticas o culturales, de zonas desfavorecidas o marginales, lo cual plantea un reto importante para los sistemas educativos (UNESCO, 1994).

La tensión entre segregación e inclusión está presente en todos los países del mundo, y es especialmente crítica en América Latina que se caracteriza por una gran desigualdad en la distribución de los recursos materiales y simbólicos, con sociedades altamente fragmentadas. La exclusión en educación no afecta sólo a aquellos que nunca han accedido a la escuela, o, son expulsados tempranamente de ella, sino también a quienes, estando escolarizados, sufren discriminaciones, o, son segregados por su origen social y cultural, por su género, o sus niveles de rendimiento, y a quienes no logran aprender porque acceden a escuelas de muy baja calidad. La exclusión educativa es por tanto un fenómeno de gran magnitud que amerita una revisión profunda de los factores que generan exclusión, internos y externos a los sistemas educativos, y el desarrollo de políticas integrales que los aborden de forma integral (Blanco, 2008).

Proporcionar a todos el acceso a una educación de calidad y fortalecer las interacciones entre estudiantes de diferentes contextos sociales y culturas en la misma escuela es una poderosa herramienta para lograr la cohesión social y el desarrollo de sociedades más justas y democráticas. La escuela pública o financiada con fondos públicos debería ser en esencia una escuela inclusiva que acoja a todos e integre la diversidad.

EL DERECHO A UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD QUE PERMITA EL APRENDIZAJE A LO LARGO DE LA VIDA
El pleno ejercicio del derecho a la educación exige que ésta sea de calidad, promoviendo el máximo desarrollo de las múltiples potencialidades de cada persona, a través de aprendizajes socialmente relevantes y experiencias educativas pertinentes a las necesidades y características de los individuos y de los contextos en los que se desenvuelven; es decir, el derecho a la educación es el derecho a aprender. La calidad de la educación es crucial, porque influye de forma determinante en los resultados de aprendizaje y en los niveles de asistencia y finalización de estudios, por lo que finalmente la calidad afecta la universalización de la educación (OREALC/UNESCO 2007).

Propuesta de educación de calidad de la OREALC/UNESCO Santiago
La calidad de la educación es una aspiración constante de los sistemas educativos compartida por el conjunto de la sociedad, y uno de los principales objetivos de las reformas educativas de los países de la región. Podría decirse que ningún país está contento con la calidad de su educación, lo cual es lógico, porque a medida que se van logrando ciertas metas se aspira a más, y porque las exigencias en materia del conocimiento van variando debido a los cambios sociales, científicos, tecnológicos y del mundo productivo.

Al igual que el derecho a la educación, la calidad de ésta puede entenderse de manera amplia o restringida. Existen distintos enfoques e interpretaciones, con frecuencia no coincidentes entre los distintos actores, ya que implica hacer un juicio de valor respecto de las cualidades que se le exigen a la educación en una sociedad concreta y en un momento dado. La calidad de la educación no es un concepto neutro; su valoración está determinada por factores ideológicos y políticos, los sentidos que se le asignan a la educación, las diferentes concepciones sobre el desarrollo humano y el aprendizaje, y por los valores predominantes en una determinada cultura.

Estos factores son dinámicos y cambiantes por lo que la definición de una educación de calidad también varía en diferentes períodos, de una sociedad a otra y de unos grupos o individuos a otros (UNESCO/OREALC 2007).

En los países de América Latina, al igual que en otras partes del mundo, la calidad de la educación está muy asociada a eficiencia y eficacia, valorando aspectos como la cobertura, los niveles de conclusión de estudios, la deserción, repetición y los resultados de aprendizaje de los estudiantes, especialmente en lenguaje y matemática. Sin menospreciar la importancia de estas dimensiones, desde un enfoque de derechos, éstas son claramente insuficientes. La educación es un proyecto cultural que se sustenta una serie de concepciones y de valores respecto al tipo de sociedad que se quiere construir y del ideal de persona que se quiere desarrollar.

La Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe ha establecido cinco dimensiones para definir una educación de calidad, desde la perspectiva de un enfoque de derechos. Estas dimensiones son relevancia, pertinencia, equidad, eficacia y eficiencia, y están estrechamente relacionadas, al punto que la ausencia de alguna de ellas determinaría una concepción equivocada de lo que cabría entender por una educación de calidad (UNESCO/OREALC 2007). Estas dimensiones fueron adoptadas por los ministros de educación de América Latina y el Caribe, en la Declaración de la II reunión intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para América Latina y el Caribe, Buenos Aires, 29 y 30 de marzo de 2007:

1. Relevancia está relacionada con los sentidos de la educación, sus finalidades y contenido, y con el grado en que ésta satisface efectivamente las necesidades, aspiraciones e intereses del conjunto de la sociedad y no solamente de los grupos con mayor poder dentro de la misma. Desde la perspectiva del derecho internacional, a la educación se le atribuyen cuatro finalidades fundamentales

2. La pertinencia de la educación nos remite a la necesidad de que ésta sea significativa para personas de distintos contextos sociales y culturales, y con diferentes capacidades e intereses, de tal forma que puedan apropiarse de los contenidos de la cultura, mundial y local, y construirse como sujetos en la sociedad, desarrollando su autonomía, autogobierno, su libertad y su propia identidad.
Para que haya pertinencia la oferta educativa, el currículo y los métodos de enseñanza tienen que ser flexibles para adaptarse a las necesidades y características de los estudiantes y de los diversos contextos sociales y culturales. Esto exige transitar desde una pedagogía de la homogeneidad hacia una pedagogía de la diversidad, aprovechando ésta como una oportunidad para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje, y optimizar el desarrollo personal y social.

3. Equidad: Una educación es de calidad cuando logra la democratización en el acceso y la apropiación del conocimiento, es decir, cuando cualquier persona tiene la posibilidad de recibir las ayudas y el apoyo necesario para aprender a niveles de excelencia, y cuando los resultados de aprendizaje no reproducen las desigualdades de origen de los estudiantes ni condicionan sus opciones de futuro.
Desde la perspectiva de la equidad, es preciso equilibrar los principios de igualdad y diferenciación, proporcionando a cada persona las ayudas y recursos que necesita para que esté en igualdad de condiciones de aprovechar las oportunidades educativas.
Asegurar la igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento requiere la provisión de instituciones y programas educativos suficientes y accesibles para todos, tanto desde el punto de vista físico como económico. También es necesario asegurar la igualdad de oportunidades en los insumos y procesos educativos, a través de un trato diferenciado, que no sea discriminatorio o excluyente, en lo que se refiere a los recursos financieros, materiales, humanos, tecnológicos, y pedagógicos con el fin de alcanzar resultados de aprendizaje equiparables.

4. La eficacia y eficiencia son dos atributos básicos de la educación de calidad para todos que han de representar las preocupaciones centrales de la acción pública en el terreno de la educación. Eficacia implica analizar en qué medida se logran o no garantizar, en términos de metas, los principios de equidad, relevancia y pertinencia de la educación, mientras que la Eficiencia se refiere a cómo la acción pública asigna a la educación los recursos necesarios y si los distribuye y utiliza de manera adecuada.

La eficacia escolar dentro del enfoque de calidad de la educación
Es indiscutible que los países de la región vienen realizando esfuerzos importantes para incrementar la cobertura, mejorar la infraestructura, diseñar nuevos currículos y formar a los docentes, entre otros aspectos. Sin embargo persisten problemas de calidad de la educación que afectan en mayor medida a los individuos o colectivos que están en situación de vulnerabilidad. Es preciso, por tanto, dar mayor prioridad al desarrollo de políticas que tengan como centro el cambio de la escuela y promover cambios en las personas que constituyen la comunidad educativa, y de forma muy especial los docentes.

Existe cierto consenso respecto de que las reformas educativas no han logrado transformar de forma sustantiva la cultura de las escuelas y las prácticas educativas. Pero también existen evidencias que muestran que las escuelas pueden marcar la diferencia, por lo que es importante hacer estudios que nos muestren las condiciones y procesos que contribuyen a la mejora educativa. La investigación sobre escuelas eficaces, de amplia tradición e influencia en el mundo, tiene su acento en aspectos pedagógicos, no tiene nada que ver con teorías economicistas.

“Una escuela eficaz es aquella que consigue un desarrollo integral de todos y cada uno de sus alumnos, mayor de lo que sería esperable teniendo en cuenta su rendimiento previo y la situación social, económica y cultural de las familias” (Murillo 2005:25).

Esta propuesta tiene tres características:
• Valor añadido como operacionalización de la eficacia.
• Equidad como un elemento básico en el concepto de eficacia.
• Desarrollo integral de los alumnos como un objetivo irrenunciable de todo sistema educativo.

Este planteamiento, por tanto, encaja en la definición de educación de calidad antes propuesto. Así, para que una escuela sea de calidad, es necesario que además de la eficacia y la eficiencia, cumpla los requisitos de relevancia, pertinencia y equidad. Y es complementario al de eficiencia.

En todo caso, la investigación sobre eficacia escolar es una importante fuente de información que nos ayudará, sin duda, a proporcionar una educación de calidad para todos

Autora:
Rosa Blanco
Directora de la Oficina Regional para la Educación de la ORELAC/UNESCO
Bajar el texto completo de
Eficacia-escolar-factores.pdf está en
http://www.oei.es/noticias/spip.php?article4038

viernes, diciembre 12, 2008

Finlandia, el respeto a la Educación

El valor que concede la sociedad finlandesa a su enseñanza es tan elevado que la profesión de maestro es una de las más demandadas. La flexibilidad, gratuidad del sistema e igualdad de oportunidades también contribuyen al éxito en PISA

La profesora Onerva Mäki es uno de los millones de granitos de arena que constituyen el exitoso “granero” educativo de Finlandia. Su compromiso con la enseñanza y una carrera dedicada a la Educación de los niños discapacitados le ha llevado a ser galardonada por la Unesco con uno de los premios Comenius, –la distinción más prestigiosa a la carrera docente–.

Para ella el “respeto a la Educación que coexiste en la sociedad finesa” es la clave del sobresaliente de Finlandia en PISA. De él brotan el resto de características, –como la calidad del profesorado, la gratuidad de la Educación o la flexibilidad del currículo– que hacen posible el sueño educativo finlandés. La explicación reside en que respeto y Educación son dos palabras que desde hace siglos caminan de la mano en este diminuto país nórdico, con cerca de un millón menos de habitantes que la Comunidad de Madrid –5.300.000–. Hasta tal punto de que “en el siglo XIX un ciudadano no podía casarse en Finlandia si no sabía leer”, explica la galardonada Onerva Mäki.

Esa obligación estaba influenciada por unos fuertes principios luteranos que establecían que todos los cristianos debían ser capaces de leer la palabra de Dios y que fue el punto de partida de un sistema educativo que no ha hecho otra cosa que cosechar éxitos. Pero no sólo el respeto a la docencia honra al sistema educativo de Finlandia. El resto de elementos los acaba de desvelar el Ministerio de Educación finés en un documento que bajo el título PISA: algunos de los factores que explican el éxito finlandés en Educación descubre la fórmula mágica que durante los últimos años persiguen el resto de países. Y parece ser que no es uno sino varios los secretos que hacen posible su exitoso sistema educativo.

Éstos abarcan desde los valores de la sociedad, su excelente red de bibliotecas, el compromiso de los profesores, la flexibilidad del currículo, a la gratuidad de un sistema educativo –en el que no hay que pagar ni por el dentista–. “Intentar imitar alguna de estas características por separado no tendría mucho sentido”, explica la secretaria de Estado del Ministerio de Educación de Finlandia, Heljä Misukka, que defiende que su éxito “sólo puede ser explicado por la sinergia de diferentes factores”.El primero de ellos, según el documento del Ministerio finés es el que ya argumentaba la profesora Onerva Mäki: el valor que la sociedad finlandesa le concede a la Educación, donde “cerca de tres cuartos de los adultos entre 25 y 64 años han completado el Bachillerato y un tercio tiene una licenciatura”. Y del que sólo se excluye un 1% de este grupo de edad sin la enseñanza obligatoria.

A una Educación muy valorada le sigue una profesión de Magisterio altamente cualificada, el segundo de sus secretos. “En Finlandia a todos los profesores se les exige licenciatura y su formación incluye varios periodos de enseñanza práctica”, defiende el Ministerio. Lo que convierte la profesión de maestro en una ocupación “altamente reconocida y de elección popular” que permite a las universidades “la posibilidad de elegir sólo a los estudiantes más cualificados”. Con buenos maestros e interés por la enseñanza, disponer hasta del cuaderno o el dentista gratis no deja a los finlandeses excusa para no ir al colegio.

En Finlandia que los niños estudien no le cuesta ni un euro a sus padres y ese es el tercero de sus secretos. La enseñanza obligatoria es gratuita durante sus nueve años de duración, pero además incluye los materiales escolares, la comida, el transporte y hasta la asistencia sanitaria. A eso hay que añadirle un sistema educativo muy flexible que permite “organizar la enseñanza de la forma más adecuada en cada zona”, concede a los docentes “amplias responsabilidades pedagógicas” derivadas de su gran papel participativo y les autoriza a elegir junto al colegio el material y métodos de enseñanza preferible para sus alumnos.

Pero no sólo los docentes colaboran en el sistema educativo, otra de las peculiaridades de su enseñanza es la amplia interacción entre profesores y estudiantes y la igualdad de oportunidades que se ofrece a todos los niños. “Nosotros no hacemos diferencias por zona de residencia, género, situación económica, lenguaje u origen cultural”, explica el informe. Y no existen escuelas diferenciadas para niños y niñas. Fuera de las escuelas, la guinda del pastel la pone una exitosa red de bibliotecas que permite obtener los libros de manera completamente gratuita. Todo un conjunto de factores que contribuyen al respeto de la sociedad por su Educación o viceversa.

Los secretos para liderar PISA
Una enseñanza valorada
Desde que el luteranismo estableciese en el siglo XIX la obligación de todo ciudadano de saber leer para ámbitos tan cotidianos como casarse, la Educación en Finlandia ha sido muy respetada por la sociedad.

Ser maestro es un orgullo
A diferencia de los que ocurre en otros países, en Finlandia la profesión de maestro es una de las más demandadas.La exigencia de la carreraEn Finlandia para ejercer como profesor es imprescindible contar con una licenciatura. Además, el hecho de ser una carrera tan solicitada permite a las universidades ser mucho más exigentes.Gratis hasta el dentistaEn Finlandia la Educación Obligatoria –que comprende entre los 7 y los 16 años– es completamente gratuita. Los padres no pagan ni un euro por la enseñanza, comida, trasporte y sanidad de sus hijos.

La igualdad real
La equidad es una de sus señas de identidad. La diferencia en PISA entre niños y niñas y entre las diferentes regiones fue menor que en el resto de países participantes. Amplia flexibilidadFinlandia cuenta con un sistema educativo muy flexible que se basa en la delegación de poderes. Cada municipio es responsable de la organización y cumplimiento de los objetivos educativos. Y profesores y colegios eligen el material y métodos de enseñanza más apropiado para sus alumnos.

Muy participativo
Existe una gran interacción entre profesores y alumnos pero también entre los diferentes actores: autoridades, colegios, docentes, familias, asociaciones y sindicatos.Leer también es gratisUna extensa red de bibliotecas permite disponer de todos los libros completamente gratis.


Extraído de http://www.magisnet.com/articulos.asp?idarticulo=3823

lunes, diciembre 08, 2008

El gran engaño latinoamericano

Una nueva encuesta mundial revela que, sorprendentemente, los latinoamericanos están mucho más satisfechos con la educación pública de sus países que la gente de otras regiones que obtienen mucho mejores resultados en los exámenes estudiantiles y en los rankings universitarios.
Antes de explicar por qué esto debería ser motivo de preocupación en Latinoamérica, veamos los resultados de la encuesta Gallup de 40,000 personas en 24 países de la región, encargada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como parte de un estudio más amplio sobre los niveles de satisfacción en diversos rubros.
Cuando se les preguntó a los encuestados si estaban satisfechos con el sistema de educación pública de sus países --incluyendo las escuelas primarias, las secundarias y las universidades-- la respuesta fue enormemente positiva.

El 85 por ciento de los costarricenses, el 84 por ciento de los venezolanos, el 82 por ciento de los cubanos, el 80 por ciento de los nicaragüenses, el 77 por ciento de los salvadoreños y más del 72 por ciento de colombianos, jamaiquinos, hondureños, bolivianos, panameños, uruguayos y paraguayos dijeron estar satisfechos con la educación pública de sus respectivos países.
Comparativamente, sólo el 66 por ciento de los encuestados en Alemania, el 67 por ciento de los estadounidenses y el 70 por ciento de los japoneses están satisfechos con la educación pública de sus respectivos países, según revela el estudio.

''Los latinoamericanos en general están más satisfechos con su educación pública de lo que justifican los resultados de los exámenes internacionales'', dice Eduardo Lora, el economista del BID que coordinó el estudio. ``Están satisfechos sin fundamento''.

Los exámenes estandarizados internacionales para estudiantes de 15 años revelan que Venezuela, Paraguay, Bolivia, Honduras y República Dominicana, cuyos encuestados se mostraron más satisfechos de su educación pública que Japón, obtuvieron resultados promedio de un 35 por ciento más bajo que los estudiantes japoneses, según el estudio del BID.

En lo que hace a la educación superior, Latinoamérica --que tiene algunas de las universidades estatales más grandes del mundo-- tampoco tiene un gran desempeño en comparación con otras regiones. Un ranking reciente de las 200 mejores universidades del mundo realizado por el suplemento de Educación Superior del Times de Londres, Gran Bretaña, no incluye ninguna universidad latinoamericana entre las 100 mejores del mundo, a pesar de que Brasil y México están entre las 15 economías más grandes del mundo.

Sólo tres universidades latinoamericanas figuraban en la lista de las mejores 200: La Universidad Nacional Autónoma de México (150), la Universidad de Sao Paulo, Brasil (196) y la Universidad de Buenos Aires, Argentina (197). En comparación, hay nueve universidades asiáticas entre las 50 mejores del mundo.
Cuando le pregunté por qué tantos latinoamericanos tienen una visión optimista de sus sistemas educativos, Lora me respondió que la mayoría de la gente en la región tiende a juzgar su sistema educativo por la calidad de los edificios escolares, o por el trato que reciben sus hijos en la escuela, más que por lo que los estudiantes aprenden.

En otras palabras, ha habido un gran avance en cuanto a la expansión de la educación --los índices de alfabetismo se han duplicado desde la década de los años 30, para llegar al 86 por ciento de la población de la región-- pero no se ha producido un avance similar en la calidad de la educación.
''El peligro es que, si la gente está satisfecha, no existe la exigencia social de mejorar los estándares educativos'', me dijo Lora. ``Paradójicamente, esa demanda sólo existe donde ya se han alcanzado los estándares relativamente más altos de la región, como Chile''.

Mi opinión: Por suerte, la gente de algunos países de la región es cada vez más consciente de la baja calidad de su sistema educativo, y de que eso impide que sus países se desarrollen más rápidamente en una economía global en la que las exportaciones basadas en el conocimiento son mucho más redituables que las materias primas.

El estudio del BID revela que sólo el 54 por ciento de los argentinos y el 45 por ciento de los peruanos están satisfechos con la educación pública de sus países. ¡Bien por ellos! Los mexicanos y los brasileños son algo menos conscientes de sus deficiencias educativas, aunque tampoco están entre los más ilusos: el 68 por ciento de los mexicanos y el 64 por ciento de los brasileños están satisfechos con sus respectivos sistemas de educación pública.

Sin embargo, la mayoría de los países de la región debería dejar de vivir en la negación. Al igual que los adictos a la droga o al alcohol, el primer paso para resolver su problema educativo debería ser reconocer que tienen un problema, para luego tomar medidas para solucionarlo.

ANDRES OPPENHEIMER
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